En el lejano 2015 se decía que un, en aquel momento, presunto gobierno de Cambiemos no iba a, prácticamente, hacer nada, los cambios habían sido tan grandes que revertirlos iba a resultar… zaraza, zaraza. Del mismo modo Cambiemos tenía minoría en el parlamento y los gobernadores iban a imponerle condiciones y cosas por el estilo. Como primera cosa sospechosa resultó que los votos de muchos “peronistas” de las provincias, Córdoba, sin ir más lejos, pasaron en masa, en Massa si así lo prefieren, a Cambiemos. Después resultó que, efectivamente, el semi neoperonismo de Massitistas y de peronoides varios que se abrieron del peronismo, apoyaron en el parlamento medidas tremendas como el pago a los buitres, blanqueo y movidas así. Esos mismos que no hicieron nada para frenar el veto a la ley antidespidos. Porque es así como se consuman las peores guachadas, dejando que ocurran sin hacer nada. También resultó que los gobernadores quedaron amenazados con recortes de presupuesto y se tendieron a los pies de la revolución de la alegría. Hay gobernadores peronistas, kirchneristas, de la Cámpora, que-se-yo-que, que se pasaron a Cambiemos o como se llame y al único que parece llamarle la atención es a mí. Por lo menos los gobernadores tienen la excusa de la situación de sus provincias, lo que también viene a ser una mentira, las provincias, en algunos casos casi incompresiblemente ricas, están en la posición de mendigos porque no cobran los impuestos que deberían y tenemos un país tan chico cerebralmente que, ni siquiera, se conocen estudios serios de la inexistencia de carga fiscal para los ricachones de las “economías regionales”. Son payasos que actúan como tapadera, les gusta figurar como gobernadores pero no quieren cobrar impuestos, administrar, ni defender el federalismo detrás del que siempre se ocultan. Tenemos a la cúpula de la CGT que es massitista y que no se animan a proclamarlo ni a aclarar que comparten el programa de Cambiemos, ellos saben que su propio programa es indefendible. Es más, un paro general hace medio año hubiera salvado cientos de miles de empleos y, probablemente, miles de empresas, por eso no hubo paro, para dejar que se hundieran. Todo en nombre de un ideal abstracto llamado “gobernabilidad” como si sostener al gobierno de turno, cualquiera que sea, fuera una especie de obligación absoluta. Independiente de la política que llevan y de los costos sociales. Lo que todo el mundo sabe de esos dirigentes es que respaldan al gobierno porque comparten los valores y la esencia del programa retrógrado de Cambiemos. Pero no lo pueden decir porque, si dijeran lo que piensan, no los votaría nadie. Tampoco podrían dirigir un sindicato. Ahora, como de costumbre, no todos son lo mismo, con perdón de los compañeros trotskistas, la cúpula de la CGT ha quedado pegada, es probable que no la volvamos a ver, pero eso no abarca a la totalidad de los sindicatos de la CGT ni mucho menos, incluso en niveles más bajos como las intendencias hay tipos que siguieron a massita y que tienen, por así decirlo, contradicciones antagónicas con los payasos macristas. El peronismo, si no se enloquece, puede mantener un diálogo con esta gente. Hay unos cuantos que tienen que arreglar porque los están empujando de abajo. El gran problema lo veo por el lado de que el peronismo es un “gigante invertebrado”, si estuviera Nestor Kirchner estaría recorriendo la provincia y el país entero y ganándose a los intendentes, a los sindicatos y a lo que cuadre. Reconozcamos que la dirigencia debajo de la Sra. Cristina Kirchner es bastante regularona. A veces pienso que el problema es que tenemos gente inteligente, honesta y lo que sea pero que no tienen, no se, huevos para arreglar con quien haga falta. No digo pactar con el diablo, eso ya se hizo y los que lo hicieron se quedaron sin el poder y sin el alma, digo algo aun más difícil, pactar con tipos que son unos pelotudos. Tipos que tuvieron posturas inconsecuentes o que estuvieron del lado equivocado en momentos decisivos. En definitiva, arreglar con millones de pelotudos que votaron a los payasos a pesar de que les dijimos lo que se venía. También hay que tener huevos para arreglar y llevar adelante a tipos tímidos, temerosos y que representan clases que le temen al peronismo porque creen, dios los oiga, que se van a volver de izquierda. El problema es que no se pude volver tranquilamente al 2015, a mucha gente no le gusta, por eso la reticencia hacia el kirchnerismo, pero el programa, en vez de ir para atrás, tiene que ser más avanzado, por supuesto que es imposible decir que tanto. En mi opinión tiene que haber control estatal en serio sobre los bancos y sobre el comercio exterior. Para los que se asustan con tanto izquierdismo, aclaremos que Islandia estatizó los bancos en el 2006 y que todo el mundo está controlando el comercio exterior. No se dejen engañar por el diario La Nazión. Sospecho que sobre esas cosas no se puede negociar. Eso y sobre la Sra. Cristina Kirchner, el resto se puede discutir. |
Lo siento, no me pude resistir a poner la foto de los chicos. Es una imagen revolucionaria. Viene de acá