cris

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Con Cristina.

jueves, 30 de junio de 2022

No hay que perdonarles lo de Milagro Sala a los radicales.

Los radicales son un partido entreguista, reaccionario y autoritario.

Es correcto aprovechar la represión contra Milagro Sala y el movimiento Tupac para denunciarlos. Es correcto por el hecho en sí. Es correcto porque golpea a un partido retrógrado. Y es correcto porque debilita a un gobernante de la extrema derecha y que hasta se perfila como presidenciable.

De cualquier manera nadie debe creer que el radicalismo residual podría llegar a gobernar. Funciona como el partido de derecha a la sombra, lleno de presuntos progresistas, que le abre el camino a los Macri y su ruta.

El radicalismo gobierna las provincias más atrasadas y feudales, sería interesante tener datos sobre emigración porque son provincias de emigrantes, tienen una buena parte de su población en el conurbano.

El gobierno de Gerardo Morales es particularmente represivo, tiene votos, habría que ver a esta altura cuantos, pero actúa por fuera de las instituciones, es una dictadura votada.

Si me preguntan a mí, lo que debería hacer Alberto, si realmente es “un hombre de la justicia” es reconocer que en Jujuy, la corte suprema y su ruta, no reside ninguna clase de justicia que, en su mayor parte los no-tan-honorables jueces han sido cooptados por un partido político.

De la manera en que actúa termina por legitimar los abusos y los crímenes de una corporación politizada.

Parece ser un estado de “semi conciencia” me hace pensar en los izquierdistas europeos que están contra la NATO pero que hablan en contra de la invasión rusa a Ucrania.

Se supone que Alberto está contra la justicia partidizada o lawfare como les quieran llamar pero termina por legitimarla reconociéndola.

El periodismo del lado del pueblo es débil, apenas si estamos enterados de lo que pasa en el GBA, miren si vamos a saber sobre la situación en Jujuy, lo que sí sabemos es que G Morales es un gobernante autoritario y que destruyó una de las principales sino la más importante de las organizaciones de la economía popular.

Hay más presos políticos aparte de Milagro. Y la obra de la Tupac ha sido destruida, ya sea por la acción oficial o por bandas de saboteadores pagos. No es casualidad que ese sea el modelo que está vendiendo la derecha.

Uno, en su ingenuidad, cree que cuando Cristina lo insta a Alberto a “tomar la lapicera” lo que quiere decir es que hay que empezar a mandar decretos y gobernar.

Macri no tuvo ningún problema en hacerlo, gobernó por decreto y veto leyes todo lo que quiso.

G Morales debería ser detenido por, entre otras cosas, violador de los derechos humanos y ser llevado ante una justicia de verdad. No sale más de la cárcel.

En lugar de eso resulta ser un político legitimado casi un líder popular.

Por otra parte tiene los votos de una minoría racista, no sé qué se podría hacer con esa gente. Habría que conseguirles otro país.


No se me asusten, estuve con problemas familiares pero acá estoy.