O de cómo los gobernantes legítimamente electos son tomados por el cogote y cagados a palos por sus propios electores. Tomá el poder, hijo de puta, puesto que te lo estamos dando. Hemos llegado a julio. El gobierno emite unos billetes truchos conocidos como "kerenskys", muchos años después en una república del sur se llamaron "australes". Las fábricas se iban cerrando, la producción iba reduciéndose. El gobierno promete ahora la "asamblea constituyente" para el 17 de septiembre. Una eternidad. La guerra sigue. Petrogrado está ocupado por más de 250 mil soldados. El mítico barrio reo de Vyborg es el asiento del regimiento de ametralladoras, el gobierno quiere enviar a regimientos, que ya están con los bolcheviques, al frente. Uno a uno los regimientos votaban por terminar con el gobierno provisional. En las mesas de la burguesía se dice que Petrogrado esta "infestado" de zurdos y que bien se lo podrían dejar a los alemanes. Por lo demás hay inflación galopante, falta el pan y los campesinos, vestidos con uniforme, saben que se acerca la época de la siembra. Mientras los soldados discuten la insurrección Lenin se va a Finlandia de vacaciones. La verdad es que esta vez el control de los soldados se les ha ido de las manos a los bolcheviques. El día 2 de julio algunos regimientos que parten hacia el frente son despedidos con consignas que reclaman "Todo el poder a los soviets". Los soldados eligen esa noche un Comité Revolucionario Provisional que envía emisarios a las otras guarniciones y a las fábricas. La calle estaba llena de rumores sobre la dimisión de los ministros liberales. No faltaban los que creían que era la primera señal de un golpe de estado. El aire estaba caliente como en una erupción volcánica, por extraño que parezca los bolcheviques tenían que frenar a los soldados que querían sacar al gobierno a la mierda ahí mismo. El día 3 a la tarde las calles están repletas de gente como en Febrero pero ahora los señores de traje, los oficiales, los estudiantes y las señoras finas están ausentes. Son todos negros. En lugar de llevar unos cartelitos y banderines los soldados desfilan con sus armas. Y también muchos obreros que pertenecen a la guardia roja. Van hacia la sede del gobierno en el palacio Tauride. En un anticipo de la guerra civil los demostrantes pelean batallas callejeras contra milicos varios, policías y fuerzas de choque derechistas. A las 8 de la noche todavía es de día en Petrogrado. Los demostrantes están frente a la sede del gobierno. No podían haber llegado más a tiempo: en ese momento el ejecutivo del soviet discute la formación de un nuevo gobierno. Afuera los manifestantes piden el arresto de los jefes del soviet a quienes ven como traidores. Algunos soldados penetran en el palacio pero no se atreven a detener a nadie. Todavía no es Octubre y la multitud se dispersa. En ese mismo momento los bolcheviques están reunidos, la sede de estos zurdos irredentos está en la mansión de una tal Kshesinskaya, una supuesta bailarina que en realidad bailaba, si, pero en la cama del Zar. El grueso de la militancia esta con los manifestantes, donde iban a estar sino, pero la dirección ya tiene preparada una nota, escrita por Kamenev y Zinoviev, llamando a la calma. Sabiendo que no solamente una multitud se ha movilizado sino que hay más fuerzas, los marineros de Kronstadt por ejemplo, que están en camino, los bolches deciden acompañar el movimiento. El día 4 amaneció nublado. Los marineros de Krondstadt desembarcaron, por supuesto que armados, pero acompañados por orquesta y sus marineritas. Bien por ellos. Lenin había tenido tiempo de volver desde Finlandia y dio un breve discurso a la multitud, es el último discurso público del peladín hasta Octubre. Por aquellos días los bolcheviques han triunfado en la sección obrera del soviet y tienen algo así como 2/3 de los votos. La calle fina de Petrogrado, la avenida alvear o la antigua calle florida o algo así, se llamaba perspectiva Nevsky, ahí la gente como uno, horrorizada, pudo ver marchar a las hordas bolcheviques rumbo al palacio Tauride. En el palacio los jefes del soviet están completamente indefensos. A las 5 de la tarde empezó a llover a cántaros, una parte de la masa se dispersó pero muchos de los más combativos empezaron a dispararle al edificio exigiendo ver a los socialistas del soviet. Desde el palacio mandaron a Chernov un socialista revolucionario del Caúcaso que era identificado como de izquierda. Los soldados lo tomaron prisionero y ya se lo estaban llevando para fusilarlo cuando apareció Trotsky, por aquel entonces muy conocido en la ciudad, y les hizo el verso a los muchachos para que largaran al ministro. Después van a ver que no fue tan buena idea soltar al tal Chernov. A las 6 de la tarde llega un regimiento rezagado, como parece que nadie les puede explicar para que carajo están ahí terminan montando guardia para los directivos del soviet. Al caer la noche los únicos que recorren la ciudad vacía son los marineros, unos 2 mil de ellos toman la famosa fortaleza de Pedro y Pablo, que probablemente no eran los picapiedra, Stalin se ocupa de negociar la retirada. Desde un comienzo el soviet menchevique-SRista señaló las manifestaciones como una insurrección mientras los insurrectos intentaban darle el poder al propio soviet. A la madrugada aparecen tropas leales al gobierno. Son regimientos que se habían declarado neutrales y a los que los tipos del soviet reformista les mostraron presuntos documentos que señalan a Lenin y a los suyos como agentes alemanes. El mundo no ha cambiado nada, propaganda que, los 4 que al parecer estamos vacunados, tomamos por una boludez se convierte en un arma terrible. Pero eso si, por un tiempo. Solamente por un tiempo. Unas horas después, para el día 5, la tendencia ha cambiado, ahora los diarios de la derecha reclaman la cabeza del pelado y la proscripción lisa y llana de los bolcheviques. La campaña tiene un fuerte componente antisemita, era lo menos que se podía esperar. La sede del diarito de los bolcheviques, el Pravda, es asaltada y las máquinas destrozadas. Martov dijo que estábamos asistiendo a escenas típicas del comienzo de la contrarrevolución. El día 6 el cuartel general de los bolches, la mansión de la bailarina, es asaltado por un pequeño ejército con 8 blindados y artillería, los bolcheviques se rinden sin tirar un solo tiro. Ese mismo día el ministro de justicia expide la orden de arresto para Lenin y los otros 11 apóstoles. Acusados de alta traición. La imprenta de los bolcheviques había sido pagada con donaciones de los obreros de Petrogrado. Es sintomático que la masa, la vanguardia armada, viniera para exigir al soviet la toma del poder. La situación es tal que, para los obreros y soldados, la única salida razonable a sus demandas es esa. Pero el soviet, todavía en manos de la izquierda reformista se niega de plano. Y no hay manera de obligar a tomar el poder a alguien que no quiere. El análisis es interesante, en las "jornadas de julio" la vanguardia del proletariado asaltó a su manera el poder. Sin el partido, aun con decenas de miles de soldados y sin oposición solamente llegó a golpear la puerta. Los bolcheviques recibieron una señal de alarma, la vanguardia estaba cada vez más impaciente en Petrogrado mientras en el interior del país hay muchos soviets donde los muchachos de Lenin son una ínfima minoría o directamente no existen. En julio existió la posibilidad de que Petrogrado se convirtiera en la comuna de Paris. Rusia se sume más y más en el clima de la contrarrevolución. Los cosacos muertos en los enfrentamientos del 3-4 de julio fueron enterrados con la pompa de otra época. Los diarios están llenos de propaganda que exige el fin del soviet y la horca para los bolcheviques. La cantidad de movilizados durante las jornadas de julio es objeto de discusión. Lo que nadie discute es la magnitud insólita de la movilización y su carácter combativo. Muchos años después de julio de 1917 todavía se discute la posibilidad de que fuera o no un intento de golpe de estado. En el palacio Tauride se cruzan los representantes legales electos del soviet con los mismos soldados y obreros que los votaron. Los manifestantes exigen que tomen el poder pero los miembros del soviet conciliador ven en eso una argucia de los bolcheviques. Si la revolución hubiese llegado 4 meses antes la historia del futuro no hubiese sido la misma. La producción y el abastecimiento no hubiesen estado en tan malas condiciones y los bolcheviques hubiesen podido evitar la ocupación alemana en un territorio inmenso. Eso solamente para empezar. Pero el ánimo en las guarniciones de Petrogrado no era uniforme, muchos regimientos se declararon neutrales, entre los ejércitos del frente la situación era todavía más confusa. En Moscú el animo no era como el de Petrogrado, en varias ciudades que ya eran controladas por los bolcheviques se hicieron preparativos que después hubo que desmontar. En Riga la infantería letona, que era bolchevique de verdad, le dio una paliza al "batallón de la muerte", recuerden que el "batallón de la muerte" no es tan "de la muerte" cuando del otro lado también hay armas. El día 6 de julio los alemanes rompieron las líneas rusas en varias partes. A partir del día 8 los diarios empiezan a publicar noticias sobre la debacle en el frente. La principal causa de desmoralización no eran los bolcheviques sino la acción de ex-gendarmes y ex-policías, pero resultaba políticamente más conveniente echarles la culpa a los zurdos. Para ese entonces los mismos patriotas que querían luchar contra los alemanes consideraban que la derrota de los leninistas era más importante. En los comités de obreros y soldados y en el de los campesinos predominaban en aquel momento tenderos y escribientes que habían quedado al frente en febrero de modo que las acusaciones contra los bolcheviques fueron tomadas no solo en serio sino con entusiasmo. Los líderes de los partidos de izquierda empiezan a ver que la acusación puede ser usada también contra ellos, en ese momento la separación entre mencheviques y bolcheviques ni siquiera está del todo clara. La prensa reaccionaria y sensacionalista tomó testimonios que venían, como siempre, de sectores de los servicios. Unos tipos que hasta los zaristas consideraban como vulgares delincuentes. Sorprende lo poco que han cambiado estas campañas en casi 100 años. La campaña es el modo que tenes de hacer política cuando ya no tenes política. Los servicios de los tiempos del zar investigaron la relación de los bolcheviques con los alemanes y nunca encontraron nada y no por falta de ganas precisamente. Los demócratas no tuvieron problema en aceptar una información que los zaristas consideraban puro "pescado podrido". Que mejor momento para venderlo sino cuando el ejército ruso se encuentra en plena retirada. Por supuesto que se formó una comisión que investigaría los rumores y las supuestas denuncias pero sin ningún apuro. Así es la vida, los partidarios de la Justicia, la Honestidad, la Cultura y todo eso hacen correr cualquier mentira si les conviene políticamente. El día 7 renunció el príncipe, Lvov, que oficiaba de jefe de estado del gobierno provisional. Se inicia una crisis que se prolonga hasta el día 24. El nuevo presidente no es otro más que "la voz de la revolución" Kerensky. En el nuevo ministerio predominan los socialistas, mencheviques y SR-istas. Pero no es la llegada al poder de los socialistas, por el contrario, la represión y el envío de soldados levantiscos al frente se acentúan. Los comités del soviet votan a favor de darle "todo el poder" a Kerensky pero ahora hay 46 votos en contra y 42 abstenciones. El poder ha ido desplazándose hacia la derecha pero también encuentra cada vez más resistencia. La derecha sabe quien es quien, en los restaurantes y teatros de Petrogrado cada vez que entra un cosaco, todo el mundo aplaude. El pelado prófugo de la justicia se esconde. Adivinen donde. Además le afeitan la barbita. Adivinen quien. Para el día 9 se encuentra, más o menos a salvo, en Finlandia. Lenin deja el, ciertamente invaluable, manuscrito de "El estado y la revolución" a Kamenev con orden de publicarlo si lo matan, subyace la idea de que el gobierno provisional ya es un poder contrarrevolucionario, la prensa derechista lo supone en un submarino alemán. Muchos en la izquierda no-bolchevique no están conformes con la fuga del pelado, para aquel entonces el asesinato de Rosa Luxemburgo todavía no había ocurrido. Más de 800 dirigentes o cercanos a los bolcheviques como el propio Trotsky van a parar a la cárcel. El día 13 los bolcheviques fueron puestos fuera de la ley. La justicia siempre es refugio de los elementos más retrógrados, el día 21 Lenin, Zinoviev, Kollontai y otros fueron acusados de delitos de traición. El día 23 les pasó lo mismo a Trotsky y a Lunacharski. Había un detalle que habla más que casi cualquier otro sobre la falsedad de la teoría del complot alemán-bolchevique y es la eterna falta de guita de los bolcheviques que imprimían un diarito de un par de páginas y de escasa distribución. Era la acusación de moda, a cualquier tendencia política que no te gustara le podías endilgar el mote de "espías alemanes". Quedaban pegados, el Zar (¿por qué no?), sus ministros inútiles, la oposición (al Zar) derechista, el partido liberal, los mencheviques y judíos, los SR-istas y, más que nadie, los maléficos bolcheviques. Que habían unos cuantos agentes alemanes metidos en todos lados, especialmente en los mandos del ejército y en los círculos zaristas, era evidente. También estaban metidos con los nacionalistas ucranianos y similares. Lo provocativo era lo que decían los alemanes. Decían que la revolución de Febrero había sido un golpe de los ingleses para sacarse de encima al Zar a quien veían proclive a firmar una paz por separado con Alemania. Si el Zar hubiera tenido la inteligencia y los huevos para hacer algo así no hubiera durado mucho. Pero, en fin, es todo una especulación. Trotsky señala, con su habitual sagacidad, que los jacobinos en la revolución francesa también fueron acusados, por una maravillosa coincidencia, como espías alemanes. En julio fue, tal vez, la última oportunidad que el gobierno provisional y el soviet socialdemócrata tuvieron de aplastar a los bolcheviques. Si el ataque que sufrieron las huestes leninistas no fue peor fue simplemente porque los conciliadores notaron que, después de que rodaran las cabezas de los bolches, los generales zaristas, los grandes empresarios y la patria liberal los iban a colgar a ellos. Cosa que se va a ver después cuando la derecha les da golpes de estado a gobiernos locales mencheviques SR-istas. Para fines de julio los bolches hicieron un congreso, eran cerca de 200 mil. Kerensky se había llevado a vivir con él a una antigua revolucionaria llamada Breshkovskaya, una señora muy mayor cuyos días de rebelde habían quedado atrás y que le rogaba de rodillas al bueno de Kerensky que metiera presos a los bolcheviques. Artículos anteriores: |
¿Será uno, que recuerda tendenciosamente, o la reacción contra la entrega, esta si que fue entrega, de YPF a Repsol no encontró, ni de casualidad, a esos grupitos de presunta izquierda dispuestos a inmolarse?
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