La situación empieza a volverse insoportable, incluso para la clase media.

A esta altura, si cobras 25-30 mil mangos, estamos hablando de un muy buen pasar, en la argentina, los tipos que conozco que pasan de ese sueldo tienen títulos de ingeniería, medicina o cargos jerárquicos, ya no te alcanza para un carajo. Ya no estamos hablando de los que viven de un plan o los jubilados. Hay más de 3 millones de jubilados de la mínima. Si un tipo solo come, con 100 pesos por día, se está alimentando mal. Ya gastó la mitad de la jubilación y no hizo más que comer. Los millones que viven de la AUH si no tienen un comedor a mano, y aun en ese caso, están pasando hambre. Puede ser que los más pobres puedan sobrevivir al invierno adoptando diversas estrategias de supervivencia, uno piensa en ollas populares, comedores con donaciones, granjas comunitarias, beneficencia, incluso sospecho que pronto vamos a tener, a nuestra gente, en piquetes, en la puerta de los supermercados. Decir que esto para los más humildes es una situación de desastre es una obviedad. Los ministros, comunicadores y allegados al gobierno dicen que no hay ningún problema, que va venir no se sabe que inversiones o el crecimiento o alguna clase de milagro. Los trolles, a los que hay que leer, porque son los que se atreven a decir lo que, realmente, piensa el gobierno, dicen que los negros se lo tienen merecido porque no queremos trabajar, porque no nos adaptamos a la “sociedad moderna”, porque estuvimos ganando demasiado y comprábamos televisores. Los justicieros vinieron para castigarnos. Los trolles son siempre anónimos porque, si sus vecinos supieran lo que piensan, les meterían un palo, de grandes dimensiones, por el culo. El país que propone Cambiemos es un zapato que nos queda chico, no hay que agrandar el zapato, hay que cortar algunos dedos. Pero todos sabemos que la capacidad de reacción de los más pobres es limitada, por mucho que sufran en carne propia lo que es el neoliberalismo, organizarse, armar una dirección y, al mismo tiempo, mantenerse con vida es una labor titánica. Los tipos de clase media, los que llegamos más allá de la línea de pobreza, estamos en otra situación. Todavía no estamos pasando hambre pero se nos están llevando la vida. Hay gente que habla de la década del 60, no les crean, las voces que resuenan son las de los 4 tipos con voz de siempre. Los tipos normales de clase media vivíamos en departamentos hechos mierda, ganábamos para comer, andábamos con ropa rota o prestada. Bueno, es eso de nuevo. Familias normales de clase media, que no llegan a las 30 lucas, están llegando a pagarse la comida y el alquiler y eso es todo. La inflación real para una familia, en los últimos 15 meses, pasó del 50%, cómodamente, y lo dicen hasta las cifras del INDEC del montonero Todesca y el aumento de sueldo, en muchos casos fue menos, llegó al 30 %. Ese 20 % de sueldo son el auto, las vacaciones, el cine, el teatro, la pizza del delivery, el vino, los asados. Es una situación intolerable. Y se va a poner peor. Llega el invierno, el frío, el tarifazo del gas, el de la electricidad, el del transporte, la devaluación. Quieren que las paritarias cierren en cifras ridículas, a los docentes les estaban ofreciendo el 19 %... ¡para septiembre! En la década del 60 no existían los calefactores, se usaban calentadores de querosén que te apestaban el ambiente, y el querosén valía fortunas, la gente tenía sabañones, usabas pulóver y pantalones gruesos en tu casa. No era romántico, era horrible, los viejitos se cagaban muriendo de gripe. Supongo que es eso, matar a los pobres, a los débiles y a los ancianos nos va a dar un país más moderno y competitivo. El gobierno de Cambiemos no tiene ningún alivio, ni política, ni propuesta, nada de lo que decían se ha cumplido. Ni se va a cumplir. Es obvio que vamos a seguir así, nos están diciendo que todo está bien, que todo está bien porque 4 pelotudos se van a Miami o a comprar basura a Chile, o lo que sea ¡Es un país para 4 imbéciles delincuentes que se llenan de guita haciendo la bicicleta y vendiendo esa mierda de porotos de soja! Y todavía nos quedan, en reserva, los muchachos ultra-archi neoliberales, que nos explican que los payasos de Cambiemos estuvieron mal, que desperdiciaron la ocasión y ahora “tiene que venir” el ultra recontra ajuste con déficit 0 y el dólar a 25 mangos. Ustedes dirán que así van a perder en octubre, y de eso no hay tanta certeza, salvo que crean que Massa está para oponerse ¿De verdad creen eso? ¿Massita con Stolbizer se van a oponer? ¿Es una joda, no? Las elecciones no son algo tan seguro, no me sorprendería que estuviera en marcha un plan para suspenderlas, también tenemos el “voto electrónico” y lo que sea por el estilo para trampearlas y de última nos quedan los trucos de la propaganda. Ganar para el peronismo significa estar por encima del 50 % de los votos y eso no es nada fácil. De hecho, y con la situación en que estamos, no lo está mostrando ninguna encuesta. Y aun cuando ganemos la elección, no es imposible, ciertamente, debería haber un “efecto arrastre” en el parlamento que permita el juicio político y la remoción del gobierno. De no ser así, y aun sin votos, el plan seguiría adelante. Ellos mismos se encargan de explicar que no va a haber cambios ¿Por qué deberían cambiar algo si todo está bien? Incluso los “reyes de la táctica”, que nos dicen que van a aflojar para hacer una elección decorosa, parecen flotar en el aire, si iban a aflojar debería haber sido ahora, con la paritaria ¿Cuándo sino? Incluso con la obra pública no esta pasando nada, si querían crear puestos de empleo y crecimiento con obra pública deberían haber empezado hace meses, no les interesa. Los “opositores responsables” tienen una retórica fuerte para engrupir a la gilada, son complacientes, incluso más complacientes que antes, en el fondo de su alma, ellos también creen que está todo bien. Si no están en la calle ahora, si no hacen quilombo y sacan leyes en el parlamento, si no le voltean los vetos al Payaso, ahora ¿Cuándo lo van a hacer? En marzo pasé no se cuantos, ya perdí la cuenta, días de paro, y ya marché, no me banqué todas las marchas, pero marché 3 veces. Estamos hablando de marchas que alcanzaron los cientos de miles de personas. Nos volvimos a nuestra casa y no pasó nada. La verdad es que ya estoy, estamos, empezando a dejar de aguantar tantos días de paro y se me están llenando las pelotas de tantas marchas. Ya a esta altura no pido mucho. Pido que la gente grite “¡Qué se vayan!”. Casi con eso me conformo. Pero lo que hay que hacer es otra cosa. Estos tipos ya fueron, hay que salir, ponernos, el millón largo que somos, en la plaza, hay que exigirles que se vayan y quedarse y ocupar todo hasta que renuncien y se vayan, y listo, elecciones en 30 días. Por lo menos empecemos a pedirlo.

La morocha nos espera en Plaza de Mayo ¿Qué estamos esperando?