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Con Cristina.

martes, 6 de octubre de 2009

Un criollo en Estocolomo, Suecia parte V

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Ahora las salvajes aventuras del criollo nos llevan a la capital del reino sueco. Momentos terroríficos.
Viene de:
http://elhombre3.blogspot.com/2009/09/misterios-argentinos-hoy-el-exilio-en.html
http://elhombre3.blogspot.com/2009/09/misterios-del-exilio-hoy-en-suecia.html
http://elhombre3.blogspot.com/2009/09/epopeyas-nacionales-hoy-exilio-en.html


http://elhombre3.blogspot.com/2009/10/memorias-de-un-gaucho-en-suecia-parte.html




Estuve buscando alguna foto que le hiciera justicia al lugar pero no encontré. Rinkeby era un gueto de inmigrantes, predominaba el turcaje pero casi todos los latinoamericanos


vivían en ese barrio y en otro llamado Tensta. Eran unos monoblocks con placitas en el medio, tipo villa Soldati y con olor a ajo y a meo. La verdad uno conocía a todo el mundo y se vivía piola ahí. Aunque un sueco se hubiera hecho matar antes de ir a parar a ese andurrial. Tal vez por eso era tan bueno.
Me impresionó lo feo que estaba el edificio, semejante decadencia no se veía en el sur de Suecia. Aclaro que cuando, más hecho mierda, mejor porque así me gusta. Llegué al depto de mis amigos, contaba con dos piezas grandes, un comedor y una pieza chica que estaba llena de juguetes de los nenes. Solamente años después, en la villa, vi a la gente vivir así de hacinada. Mi amigo y el negro Juan Carlos, que también, vivía con su familia ahí, estaban trabajando en el ferrocarril, limpiando el piso. Edgar, mi amigo, era cordobés, escucharlo hablar en sueco era mortal. Tenía mi edad pero ya era padre de dos hijos. En cuanto llegué, lo primero que hizo fue llevarme a una reunión de una agrupación de jóvenes latinoamericanos que, de hecho, creo que nunca tuvo nombre. En esa reunión encontré personajes de los cuales, todavía, soy amigo y, por eso, no puedo hablar mal porque, si se enteran, me van cortar el orto en rebanadas. Y es altamente probable que lean esto. El núcleo de esa misteriosa constelación latina eran unos hermanos bolivianos aporteñados, tenía que decirlo aunque les duela, que se repartían los cargos. Lo que hacíamos ahí era bastante misterioso, básicamente apoyar, tipo claque, a otras agrupaciones latinas que hacían cosas más serias, organizar fiestas y luchar con la omnipresente burocracia sueca para sacarles algunas cosas. De hecho, y gracias a la mafia porteño-boliviana, llegamos a tener una radio y un par de locales. Estaba en Estocolmo para estudiar en una escuela técnica para adultos y, no me acuerdo que fue lo que pasó, pero empezaron a demorarme el préstamo. Se me terminó la guita y los pibes tuvieron que bancarme. Una de las locuras que hicieron fue dejarme los chicos, eran unos niñitos, para que los cuidara. Me acuerdo que les hacía pan casero. La gente hace pan casero allá porque las panaderías no existen y el pan de los supermercados es incomible. Les cocinaba, los pobres nenes vivían a fideos. Si un día van a Estocolmo, para cuando vuelva el 1 a 1, claro, y unos pibes chorros, bastante grandulones, les roban el reloj, ya saben quien tiene la culpa. Pobres criaturitas.
La escuela a la que iba quedaba en el lado sur de la ciudad, como si dijéramos en Barracas. En cierto sentido se me había terminado la joda porque acá si tenía que estudiar, más que nada porque, aunque uno se las rebusque con el idioma, siempre estas un poco incómodo y siempre competís con los nativos que hablan su propio lenguaje bárbaro. En Ingles si que les pasaba por arriba a los gringos, me acuerdo que el profe era un inmigrante que se la pasaba contando chistes, y no se si los gringos no le entendían el idioma o el sentido de humor o quien-sabe-que pero el único que se reía era yo. Igual ninguna queja con los compañeros de clase, había medio de todo. Me acuerdo de un pibe que venía del Líbano, era cristiano y contaba como torturaban gente. Otra que Al Qaeda. Me acuerdo de unas viejitas suecas que, cuando le contaba las historias de la cárcel y de la dictadura, se me ponían a llorar. Me acuerdo del profe de literatura que estaba impresionado por como escribía pero que hinchaba las pelotas y me decía que no podía hablar de esa manera, que era un desastre. Al final terminé por mejorar mi pronunciación en BA pero no se si voy a hablar de eso.
Con el tiempo me di cuenta de que, la formación que nos daban, en matemática y eso no era tan buena como creíamos pero bueno, a quien le importa.
En Estocolmo estábamos más metidos dentro del gueto latino que en el sur, de modo que las chicas con las que salíamos eran todas sudacas. Me acuerdo de una señorita mitológica, de cuya existencia algunos se han atrevido a dudar pero que, los amigos, pueden dar fe que existe o, al menos, existió. Una muchacha que estaba tan buena que la llamamos Cleopatra. La chica era como la brasilera de la canción de Les Luthier, todo el mundo la conoce: "Cintura de avispa, Boca corazón, nalgas marinas, frenchi popular e um pubis…!". Recuerdo una noche, no se si debiera contarlo, me voy a crear fama de libertino, en un rapto demencial, los pibes habían decidido hacer el baile del pañal. La Cleo llevaba, vamos, como un trapo que le cubría la entrepierna.
Pero tenía un defecto grave, a Cleopatra le había dado por el anarquismo. Estaba en un grupo, no se, querían formar algo que, a mí, de lejos, me pareció como una comuna hippie. Vieron que hay un blog, por cierto que lo leo siempre, es de lo mejor, que es el del "Anarco Peronista". Bueno, estos eran los "Anarco Gorilas", un papelón. Entre paréntesis estos pibes no eran tan boludos, con el tema de la comuna, o como se haya llamado eso, le sacaban plata a los suecos. Me encontré con el padre de la Cleo, me preguntó que pensaba hacer de mi vida. Le dije que pensaba volver al país y cagar bien a tiros a los milicos. El tipo, pobre hombre, intentó convencerme de lo nefasto de mis propósitos y me habló no-se-que de los aviones. Y yo le contesté que había que matar a los pilotos en su casa. Y eso fue todo.


En Suecia no existían, al menos en esos buenos tiempos, sicólogos ni sicoanalistas ni nada por el estilo. Supongo que alguno debía de haber habido, pero no los vi ni en el loquero. Cuando un hijo de Escandinavia se sentía mal, lo que hacía era clavarse un vodka, estaba el berreta llamado como el navegador, también berreta, "Explorer" y el bueno que se llama
"Koskenkorva". Mi postura es intermedia, prefiero un sicólogo antes que un "Explorer" pero prefiero un "Koskenkorva" antes que Freud, Jung, Lacan y Zidane.
Los suecos tienen un rollo con el tema del trago, si se compran una botella la andan escondiendo y tienen una serie de leyes para evitar la difusión del trago. Las bebidas se venden nada más que en un boliche, ¡Del estado, malditos pingüinos chavistas!, llamado System Bolaget y, no se porque, el vino es carísimo.
Una de las cosas que llaman la atención en las ciudades suecas es que todo está chiche bombón, veredas impecables, canteritos con flores. Uno cree que son un pueblo con cultura superior que cuida su entorno. Bueno, los suecos no salían los sábados, todo pasaba los viernes a la noche. Lo que hacían unos cuantos gringos era, pegarse tal pedalin el viernes, que, la curda, les duraba hasta el lunes a la mañana, cuando salían a laburar. El sábado de madrugada, cuando volvías de la joda, notabas que estaba todo destruido. Hordas de vikingos furiosos habían vomitado todo, pateado los tachos de basura y roto las vidrieras con dios sabrá que intención. A eso de las 5 o 6 de la mañana salía un pequeño ejército de barrenderos con unos tractorcitos, limpiaban, arreglaban los tachos y volvían a poner las florcitas en su lugar. A las 8 de la mañana, que es la hora en la gente, va a boludear, a los supermercados del centro, estaba todo impecable. Lo único que quedaba era un vago tufo a vómito alcohólico.Uno de los mambos del exilado argentino es la necesidad de hablar el idioma. Creo que por eso los muchachos rajaban de Suecia en cuanto podían. Yo tuve la suerte de que, uno de los cumpas, se fuera para México y me dejara el departamento. Ese depto creo que era, lisa y llanamente, la mejor vivienda que le conocí a cualquiera de los exilados. Estaba en planta baja y daba a un parque. Me dejaron los muebles que para el nivel de BA eran increíbles, a la cama todavía la extraño. Me dejaron el televisor, volví a tener una tele en el año 2001. Nos íbamos al matadero y comprábamos asado, de la carne mejor no hablo pero nos armábamos unos asaditos al horno, jugábamos al truco y nos cagábamos de frío para comprar cigarrillos de madrugada. Igual yo, que por algo soy un dandy, me traía cartones de "Gitanes" de Paris.


Según Rinti: "Así como me ven, bañado y con la cola peinada, vengo de una familia obrera. Cuando mamá se enteró de que quería ser actor, estuvo una semana ladrándome sin parar".

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¿Se imaginan a un diputado de Catamarca haciendo campaña hablando del Riachuelo? Le dan una patada en el culo.


En este blog tratamos de mantener la imparcialidad pero lo de Palermo…Vamos, cabecear desde la mitad de cancha

Entiendo que con lo de Terrabusi, Tomada parece haber estado lento de reflejos pero, no se, digo, me parece un funcionario excelente. Si estoy equivocado que los muchachos de los blogs más políticos me corrijan.


Manzano-Vila y Clarín son lo mismo.

1 comentario:

  1. Che, seguí con las crónicas. Ya me estoy haciendo adicto a esta saga.

    Un abrazo.

    PD: ¿No había allí por entonces agrupaciones del PRT como las de Roma y Madrid, por ejemplo?

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Piensa mal y acertarás