La persecución política usando la corrupción como pretexto no es una novedad.

En el 55 los peronistas sufrieron cárcel, juicios varios y una ofensiva de propaganda, se hicieron documentales que mostraban las inconmensurables riquezas mal habidas de Perón. Por ahí anda dando vueltas el libro negro del peronismo o algo por el estilo. Fueron en cana tipos a los que los libros de historia, hoy en día, registran como próceres como JW Cooke o Cámpora. No tengo registrado como fue que la dictadura del Aramburu contaba con tan exquisito cuerpo de jueces y fiscales, uno intuye que son, más o menos, los mismos payasitos que tenemos ahora, y eso que se nos murió, seguro que lo mataron, el juez Fayt. La dictadura de Ongania también contaba con un aceitado aparato jurídico que podía encontrar leyes parecidas a las de Arabia Saudita que prohibían las minifaldas, esa herramienta del demonio, y el pelo largo. Lanusse, no se quien más andaba por ahí, por lo que recuerdo fue un invento posterior a Ongania, tenía una cámara antisubversiva. El gobierno de Isabelita, esa olvidada líder precursora de Pichetto, tenía sus propias leyes inconstitucionales que prohibían salir del país a presos a disposición del PEN, y que aplicaban el estado de sitio en todo el país y al mismo tiempo. De los “juicios” con grandes garantías constitucionales de los muchachos de Videla ya hablamos muchas veces, 4 años de cárcel por tener un disco de Mercedes Sosa, menos mal que a mí siempre me gustó el jazz. Muchos de los liberales y seudo progres que andan por ahí ignoran o, mejor dicho, quieren ignorar esas historias. Para los liberales no hay historia, es glorioso, un mundo donde todo es nuevo, donde todo está siempre empezando de nuevo. Debe ser una sensación maravillosa. Aparte de esos antecedentes conviene recordar que la carta de la corrupción y de los “Doña Rosa” indignados ya la jugaron contra M*em, recuerdo que al siniestro tío patilludo, en la blogosfera todavía nos encontramos con amigos que nos dicen que era peronista, otro precursor más del Pichetto, el patillita recibía regalos, hacía viajes extraños y tenía ministros más o menos abiertamente coimeros. La verdad que la hicieron bien, durante años le comieron el coco a la clase media con que, el problema, no era que no producías ni tornillos, el problema era que fulanito tenía una casa con jardín o un depto en New York. Se acuerdan del Larrata cuando agitaba un papelito, vaya uno a saber si sería de verdad, donde constaba que María Julia había gastado una fortuna en alfombras, eso mientras Cavallo te cocinaba el corralito. Que viva y educada que es nuestra clase media. Uno tiene la impresión de que todos los que andan atrás de la guerra antidroga venden droga y todos los que viven de denunciar la corrupción son chorros, pero chorrazos mal. Al gobierno peronista, al gobierno en serio peronista, le hicieron la guerra de la corrupción desde el principio, tiene varios planos, es probable que con el gobierno de los Kirchner hubiera corrupción con la obra pública porque había obra pública de verdad y no la pileta de tela pintada de Larreta. Me acuerdo cuando se “protegía” la plata de los jubilados, la protegían los mismos que bajaron las jubilaciones y hacen movidas raras o directamente ilegales con el fondo de sustentabilidad, que ya no es sustentable y que se achica cada vez, pero parece que, ahora, la plata de los jubilados ya no es un problema o pronto va a dejar de serlo porque no va a quedar nada. La propaganda anticorrupción tenía algo de babosa y de ridícula, servía para tapar las verdaderas intenciones de la extrema derecha, la clase media la compró masivamente, todavía, pobrecitos, te la repite, mientras el país entero está retrocediendo, cada vez produce menos y los boliches, empresas y curros varios, del medio pelo, van achicándose y cerrando. Pero como ningún nivel de joda es suficiente para el capitalismo globalizado y globulizado, también hicieron su aparición primero las denuncias truchas, capítulo glorioso de la historia contemporánea donde figuran: El juez de… Nevada! El no-se-que de Maxi Kirchner. La bóbeda que Marijuan nos desenterró en Santa Cruz. La escala de Cristina en las islas Seychelles, o como se llamen. El negociado de Boudou y Sumbudrule con Ciccone. La UTN con De Vido. Déjenme recordar a los cumpas troskos que votaron para que, un diputado electo, vaya en cana sin juicio ¡Bien ahí! Dejaron a Stalin, ¡Un Stalin de derecha!, chiquito como 5 de queso. Las causas, comparables con el juicio de Núremberg, contra Milagro Sala, la de los huevos y la de las bombachas. Nisman, Irán y disparates ilevantables de Bonadio. Ahora resulta que ya la metieron presa a la gente pero tienen que hacerle juicio, hace unas horas salió Boudou, salió porque, pese a sus crímenes de populismo, es un señor blanco y les da cosita encerrarlo. Se pasaron de euforia, parece que llega la resaca, ahora resulta que hay que probarles algo y resulta que De Vido se robó Fort Knox pero vive en un departamento modesto y que Boudou tiene lo que declaró y es como cualquier boludo de clase media y así por el estilo, y la excavadora sigue y va a terminar encontrando petróleo. También se están jodiendo con Timerman, un señor de clase alta con conexiones internacionales al que, por una acusación farsesca que no cree ni el medio pelo, lo estás dejando sin tratamiento para el cáncer. Eso les pasa por boludear y usar un imbécil que ha perdido la chaveta como Bonadío. Pero ahora empieza a verse que no hay juicio que valga, es complicado condenar a alguien por necesidad política y tener que bancarse las apelaciones y la intervención de los tribunales de los organismos internacionales, a la gente blanca no le gustan gobiernos que parecen Idi Amin o Pinochet, te ahuyentan a los inversores. El problema es que hiciste toda la pantomima, los “Doña Rosa” te la compraron, los medio pelo te lo están militando, el gran argumento del gobierno para la situación desastrosa del país son los casos de corrupción del gobierno de Cristina, si se cae eso, te quedaste sin discurso. El gobierno más corrupto de la historia del mundo, no tiene juicios, ni gente presa ¿Quién te va a creer algo después de eso?