En la quiniela juéguenle al 40 yo sé porque se los digo.

Está bien que uno no es la persona más imparcial del mundo. Como la inmensa mayoría de los argentinos, uno se ha visto perjudicado por la política/economía del macrismo. Si ustedes se toman el trabajo de leer a los economistas del establishment, el discurso oficial es que el gobierno ha tomado muchas medidas cuyo efecto se va a ver con el tiempo. Por ejemplo dicen que al haber estado, la Argentina, "tanto tiempo" aislada no ha creado/pactado/atraído a los "conglomerados" de empresas que hacen que a otros países latinoamericanos les vaya tan bien. Hablan de Chile, por ejemplo, uno piensa, con piedad, que nunca fueron a Chile ni de vacaciones y que, si la argentina fuera a ser como nuestros hermanos, debería, para empezar, nacionalizar la producción de soja para equipararla a la del cobre. Porque el cobre de Chile es del estado. Nuestros amigos de la derecha económica nos dicen que para exportar más, al parecer un fin deseable en si mismo, hay que tener "acuerdos" tipo ALCA o ese acuerdo que tienen los mexicanos con los yanquis. Que la situación en México sea más o menos desastrosa parece no tener importancia. Es como que te dicen que tenes que subir a un auto y acelerar, no importa que haya una pared delante. No solamente eso, si salis vivo del primer desastre, Delarua, para el caso, te tenes que volver a subir al auto y dirigirte contra la pared otra vez. Para colmo ese disparate esta lleno de cifras y de lenguaje científico. Me hacen acordar a un amigo que tomaba un juguito al que le decían "Flores de Bach" y que lo curaba de no se que cosa. Se pueden ir imaginando como se curó. Le dijimos a todo el mundo, en el 2015, que era un desastre, que venía una nueva intentona neoliberal, que venía miseria, crisis y represión. Pero, por lo menos, había alguna clase de plan, cuando se liberalizara todo, cuando no hubiera controles de nada, cuando los sojeros y afines no paguen impuestos y debido a no se que mecanismos "invisibles" de la economía mágica de mercado, vendrían inversiones, el gran mundo capitalista neoliberal, los yanquis, la comunidad europea, las empresas de no se donde, pondrían guita a lo loco y seríamos como Corea del sur, Australia o vaya uno a saber que. Al menos era un plan, hasta cierto punto. A ese plan lo podemos dar, hasta ellos mismos lo reconocen, como finiquitado. Entre otras cosas porque una integración a la economía mundial así, sin pies ni cabeza, lleva a que lo único que exporta la argentina sean porotos de soja, pero hay muchos que producen porotos de soja y cada vez más barato, es el mismo ciclo que se viene repitiendo desde hace 500 años, cada vez que exportas materias primas. Hay una mano que aprieta, resulta que al liberalizar todo ya no te ingresan más dólares, es más, se fugan, se llevan la guita a las Caimán, Panamá o lo que sea, incluso los bichos chicos que, todavía, pueden ahorrar un mango. Los dólares prestados se están escapando, no solamente eso, como no tenes ingresos, pronto, muy prontito, no vas a poder pagar la deuda que, entre otras linduras, tiene intereses usurarios. Los amigos macristas, y sus aliados para el caso, se enojan cuando uno hace la comparación con Delarua, Delarua tenía que devaluar, meter retenciones hasta el orto, obligar a los sojeros a entregar los dólares y hacerle pito catalán a la deuda. Prefirió renunciar. No tenía adaptación ni plan B. Está pasando lo mismo. La única reacción que tuvieron fue salir desesperados a pedirle la escupidera al fondo monetario, al parecer eso, en unos pocos días, también pasó, la corrida, que nadie cree que vaya a frenarse por unos mangos, 15 mil millones parecen 2 mangos en relación con la fuga ¿Cuánto llevan gastado desde abril? ¿10 mil millones? Y parecen 2 mangos en relación con el déficit. Por algún motivo, tan irracional como el resto de las políticas, el discurso favorito del macrismo es sobre el déficit, aparentemente no hay nada que, achicando el estado, no se pueda solucionar, vamos, es como las flores Bach, o lo que carajo sea por el estilo. En realidad, esto esta pasando desde un principio, desde diciembre del 2015, lo único que ahora el colchón de bienestar que había, los dólares, la posibilidad de endeudarse y la paciencia de una buena parte de la sociedad, se terminaron. El número mágico de moda es el 40, es el valor del dólar dentro de un par de meses y la inflación para fin de año. En las redes y en el programa de Navarro largaban que se viene un primer ministro del peronismo blanco. Es probable que sea cierto, es probable que el final del gobierno de Macri llegue por esa vía. Hay que ver que es lo que realmente piensa el peronismo racional, uno sospecha que están tan vacíos como el macrismo. Hasta ahora la acciones del gobierno macrista se reducen a mandar a Dujovne, o algún otro habitante del baldío, de gira por Europa o donde carajo sea a pedir, vaya uno a saber que, y, además, lanzaron otro bono para cubrir a un bono que ya no pueden pagar. No solamente no están haciendo nada mientras las industrias trabajan al 60% de su capacidad y la ciudad se llena de locales cerrados y de gente durmiendo en la calle, uno duda de si podrían hacer algo si quisieran, muchos de los instrumentos de control han desaparecido, junto con los empleados y las oficinas que laburaban en eso. Como dijo Pratgay, que ese sí que era ministro, el trabajo sucio está hecho. A lo único que se aferran es al ajuste. En primer lugar el ajuste hace rato que se hizo, no hay mucho más que rascar en el fondo del tarro, si los sueldos bajan un poco más van a tener un paro como el del 25 de junio pero con la plaza de mayo llena de gente pidiendo que se vayan. En segundo lugar a medida que la bicicleta genera devaluación el ajuste pierde significado. Con el dólar a 40 perdiste la mitad del ajuste. Hace años, en este blog olvidado y olvidable, puse que si los jueces, por algún pase de magia, se volvieran honestos lo primero que deberían hacer es investigarse y meterse presos a sí mismos. Bueno, es eso de nuevo, el gobierno debería incautarse sus propios dólares y llevarse a juicio a sí mismo.