Es raro con los chantas, se supone que son “simpáticos”, “falsos ganadores” incluso “tiernos”. Fidel Pintos, ese gran líder revolucionario, simulaba hablar con no sabemos quienes pero “gente importante”, cuando se armaba lio simulaba llevar un arma en una supuesta sobaquera, sabía de todo, era capaz de todo y nunca pasaba nada. Nadie dice que, cuando las papas queman, un chanta puede ser siniestro. A Galimberti le tocó crecer en los 60, en los 60 estaba de moda, más que la izquierda que estaba, con justicia, desprestigiada, el nacionalismo. El nacionalismo de la clase media pobretona, no justamente pobre, era medio xenófobo, antisemita, anticomunista. Galimberti era de Tacuara, una mezcla de tipos serios que seguían una tradición respetable con fachos, con delirantes varios. Galimberti fue preso, siendo menor, por haber acuchillado a un tipo del PC, ningún tipo que acuchille a un miembro del PC argentino puede ser del todo malo. Tacuara se nos fue volviendo de izquierda y peronista. Todo el mundo se vuelve peronista tarde o temprano, volverse de izquierda es cosa de la década del 70. Galimberti era chistoso, desinhibido, un loco lindo, todo el mundo se había pasado a la jotapé en aquel momento. No solamente eso, parece que Galimberti lo tenía apalabrado al mismísimo general Perón. Perón estaba en clara decadencia pero que versero formidable, que chantocrata interplanetario que era este putito de Galimberti. Si hay algo que llama la atención del Galimba es su falta de formación, ni escolar, ni militante, ni de la otra, lo que se dice un diletante. Pero el Galimba no necesitaba aprender nada, era un tipo fierrero en una época de fierreros. ¿Por qué los fierreros no supieron hacer una guerra? No lo se, es un oscuro misterio. Pero este pelotudo de fierrin que era, volvió de un encuentro con Perón y anduvo diciendo que había que formar “Milicias Populares” y Perón, al que le gustaba rodearse de chantas y jugar a la escondida con los tipos de izquierda, esta vez se asustó y lo sacó cagando. Medio que ahí, por 1972, se terminaron los 15 minutos de fama de Galimberti. Todavía le quedaba su encuadre en Montoneros, llegó a oficial de la “Columna Norte” pero los Montos, sabios y prudentes, lo vieron demasiado chanta, incluso para las exigencias laxas de aquella época. Por 1974, participó del secuestro de los Born, una operación por la que los montos cobraron una cifra astronómica. Galimba siempre estaba en alguna disidencia, tenía sus partidarios, extrañamente no llegó a fundar su propio partido aunque una organización, se llamaba “peronismo algo”, tuvo. También afirmaba haber sido herido en un enfrentamiento. Es interesante, parece que Galimba no participó de la fatídica “operación retorno”, los detalles de eso van en algún otro posteo, la que quedó pegada es Patricia Bullrich. Aunque tampoco es seguro, para ese entonces Galimba y Bullrich venían con diferencias con la conducción. Y, no vayan a creer, Pato Bullrich era toda una revolucionaria. No sabemos cómo pasó al exilio. A México iban a parar todos los exilados, hasta yo mismo casi voy a parar a Jalisco, en serio, dicen que nuestro amigo andaba por ahí en actitud “militante perseguido”. Todo el mundo sabe que en México, mientras no te metieras en los asunto de los mexicanos, estaba todo bien. Igual Galimba estaba de paso, estuvo exiliado en Francia, estaba casado con la hermana de Patricia Bullrich. Lo que quiere decir que, difícilmente, haya compartido la mishiadura en la que nos movíamos los exilados. La hermana de Patricia murió en un accidente de tránsito. El Galimba volvió al país después del 83, medio clandestino, prácticamente olvidado, por eso decidió lo más coherente en un militante de izquierda, acompañar a los “cara pintada”, “nalgas pintadas” que les dijera Patricio Kelly. Ya estaba claro que para un chanta profesional valía todo. Por eso, a partir de no sé qué reconciliación que estaba de moda en aquellos tiempos de grandeza me*mista, Galimba se reconcilió con su antigua víctima Born, le pidió perdón y se convirtió en su empleado. Hay que besarse más. Junto a aquel fiscal, ese tal Victorica que perseguía, más siniestro que chanta él, militantes de los 70, se propusieron devolverle la guita a Born ¿Cómo no le vas a devolver la guita a Born? si es como un hermano ¿Verdad? Acá llega la etapa más gloriosa del chanta. Acá sí. Nuestro Galimba, pasa de muerto de hambre a ganador. Se convierte en socio de Born y de… chachan! el novio de Susana Giménez. Todos estos turritos, juntos, unidos, triunfaremos, recaudaban para la fundación del padre Grassi, “Felices los niños”, muy felices. Otro de los negocios raros de Susana, genia, ídola. Ya que estamos. La empresa se llamaba “Hard Comunication” y le cagaron la guita al padre Grassi, que dios lo tenga sentado en su trono. Pero con eso no era suficiente, no, Galimba decidió que tenía que hacer más y mejores negocios, negociones y se asoció con dos pajaritos que eran, o todavía son, agentes de la CIA ¿Era nuestro Galimba eiyent desde antes? Otro gran misterio mis queridos. Trabajaban para un tal grupo exxel que hacía vigilancia y vigilanteos varios. Era la CIA, muchachos, no nos boludeen. Galimba ya se nos fue, el guerrillero millonario heróico, vivirá por siempre en el corazón de su pueblo pero Patricia Bullrich puede decir con absoluta justicia que es su heredera espiritual. No aflojes Patricia. Sos el legado del Galimba. |
cris
domingo, 10 de septiembre de 2017
Grandes amigos de Patricia Bullrich, hoy: pequeño Galimberti ilustrado.
Etiquetas:
CIA,
dictadura,
galimberti,
montos,
padre grassi,
pato bullrich,
patricia bullrich,
Peron,
susana gimenez,
tacuara
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Sería un Best sellar internacional un libro argentino dedicado, solamente, a relevar trayectorias sinuosas.
ResponderEliminarPolíticos coherentes, mejor pónganse un kiosko. Este tiempo no es para uds.
Tanto que joden en estos tiempos con la pesada herencia.... es una pena que usted no sepa apreciar las virtudes de la pato malbec rambo como la "asquerosa herencia" del galimba.... una injusticia para tanta perfección, pa'dar asco, claro.
ResponderEliminar