Se avecina la catástrofe, tienen que irse, poner algo provisorio, adelantar las elecciones y tener el nuevo gobierno en septiembre.

Los viejos conocemos la convicción democrática de siempre del peronismo, en este caso, para colmo, también cuenta el apego de Alberto y Cristina a la legalidad, entiendo perfectamente eso. No sé quién puede llegar a leer esto, uno, a veces cree ver un eco de lo que comentamos en estos blogs perdidos en artículos y comentarios en medios mucho más grandes. Es posible que alguien le haga llegar las ideas que planteamos acá a dirigentes del campo popular. Vaya uno a saber. Durante meses la dictadura estuvo manteniendo la cotización de dólar, era la última ilusión a la que aferrarse, el dólar, si no hubiera ningún otro problema, es suficiente para hacerle la vida imposible a la mayor parte de los argentinos. Primero porque, un dólar demasiado alto, va a hacer que una buena parte de la industria, que todavía funciona, se detenga por falta de insumos, va a hacer que el déficit crezca hasta el límite, la hiper devaluación va a traer hiper inflación peor de la que estábamos viviendo. La inflación va a traer caída del consumo y eso va a traer más recesión. Es posible que las energéticas se tomen un último e intolerable tarifazo, ya nadie es responsable de nada. Es grave, el hambre, más un gobierno que perdió toda legitimidad, va a traer saqueos y muertes. Para colmo, en el intento de vender dólares inútilmente, van a entregar el gobierno sin reservas. Aparte del dólar estamos en default de hecho. Además es obvio que no van a hacer nada, no van a cambiar nada, van a aprovechar el caos y los saqueos para vengarse del pueblo. Esto no da para seguir 4 meses más así. Los peronistas pragmáticos se relamen, con el caos y el desastre, el triunfo en octubre va a ser todavía mayor, no se dan cuenta que si “el gobierno se hunde” los que nos hundimos somos los argentinos que no tenemos fortunas en dólares ni cuentas en Panamá, la crisis va a aplastar, aún más, a los más humildes. Miren, a mí me hace acordar a lo que pasó en el 82, cuando terminó la guerra de las Malvinas, la dictadura tenía que irse, en vez de buscar sacárselos de encima de una vez, los políticos de aquella época, pensaron que “no había apuro”, que les daba miedo no sé qué cosa y así por estilo. La cuestión es que Alfonsín asumió con un país destrozado que nunca pudo recuperarse. Tal vez si hubieran asumido un año y medio antes hubiera sido otra cosa, porque de movida el gobierno alfonsinista no estaba tan mal orientado, el ministro de economía de Alfonsín, Grispun, no era neoliberal. Extrañamente, o no tan extrañamente, esto es lo mismo que pasó con Alfonsín, cuando se tuvo que ir antes de tiempo y con Delarua, el tercer gobierno radical termina yéndose antes de tiempo. Si el presidente renuncia, y Michetti, queda un senador que es del peronismo, puede resolver lo más urgente de la economía, llamar a elecciones en un par de semanas y tener un nuevo gobierno que asuma en septiembre. Todo legal y constitucional. Y a otra cosa.