A nadie le importa la unidad del peronismo, lo importante es la unidad de la derecha.

Últimamente se habla mucho de la unidad del peronismo. Nunca se sabe, no sabemos, al parecer, nadie sabe, que pasa en Catamarca o en Chubut, ya que estamos, todo el mundo parece comunicado con todo el mundo pero de las cosas importantes, quien carajo dirige al peronismo rionegrino o en el Chaco, no sabemos nada. Sabemos que hace unos días, ya casi es un hecho olvidado, el “peronismo” del diálogo, la república y lo que ustedes quieran, se reunió en Gualeguaychú, los muy boludos se perdieron el carnaval, y los gobernadores se borraron. El límite de esa gente es Macri pero el límite para adentro. Algunos personajes folklóricos del peronismo son muy graciosos, no vamos a negarlo, hay muchachos, unos bananas ellos, que aparecen en todos lados, saludan a Agustín Rossi, se reúnen con Duhalde y se desayunan con Barrionuevo. Uno se pregunta, si no va siendo hora, de que se dejen de joder. Porque uno tiene la, íntima, impresión de que estamos frente a un circo decadente que ya no se cree nadie. Por ejemplo el circo jurídico ya está desgastado, no puede ser que causas sin sentido repitan, reboten y sigan en el aire interminablemente ¿Qué carajo es la causa de Moreno con el Indec? ¿Cuál es el delito? ¿Cuáles son las pruebas, los testigos? Lo mismo puede decirse del resto de las causas por “corrupción” contra los kirchneristas, prácticamente nadie va en cana, no hay juicios de verdad, ni condenas, ni una mierda. Lo único que hay son personajitos de tribunales que, tal vez, en algún momento, se la creyeron y que se incineran a lo bonzo. Dudo que esas cosas tengan ya mucho impacto. El camino se abre hacia movidas cada vez más desesperadas, la reaparición de ese catrasca de Barrionuevo es sintomática. Se viene una guerrita legal que va a ser insoportable pero que no puede cambiar la tendencia, se vienen movidas extrañas, espionajes varios, más causas sin que se entienda bien sobre que son, peleas entre ellos. Entre otras cosas lo que pasó en Gualeguaychú quiere decir que, aunque conservan poder en el parlamento ya no tienen peso entre los gobernadores, que están viendo como zafan, no se preocupen y no esperen milagros, los gobernas, esos grandes compañeros, siempre se las rebuscan para salir a flote. Lo que si, no puedo garantizar en que van a flotar. La derecha es la que está complicada con la unidad, el peronismo macrista se tiene que sumar al proyecto, el problema es, como vas con Barrionuevo, sin que se note. Eso, no se, me parece que existen condiciones para que se forme una “tercera fuerza”, como fue la experiencia de Massita y la marsopa sin ojos, a lo mejor, quien sabe, se le suman ahora la marsopa naranja, junto con Pino y Vicky Donda. Una supuesta coalición “Masso-progresista”, le saca votos al peronismo, supuestamente. Pero con esta situación, mejor dicho, con la situación del año que viene, nadie te garantiza que el Masso-marsopismo no le saque votos al Payaso dictador. El voto marsupial es el voto de una clase media que tiene su corazoncito con la derecha y su bolsillito vacío. En el fondo de su discurso alienado, el medio pelo quiere que todo siga como está, pero las cosas no siguen como estaban, eso no está ocurriendo, las cosas van para atrás, cada vez peor. La inflación que no se sentía o sentía menos, este año se está sintiendo con todo, y se va a poner peor, el tarifazo que parecía golpear más bien en las provincias o a los más pobres, ese tarifazo que “no era para tanto”, ya no es así, anda por las 5 lucas y se come un 10-15 % del ingreso de una familia de clase media. De los pobres no hablo porque hace rato que han sido aplastados. Ese es el cambio: que ahora le toca a la gente como uno. Las consignas históricas del peronismo la soberanía nacional, justicia social e independencia económica, le dan miedo al medio pelo. Es muy probable que el medio pelo elija una tercera fuerza. Tenemos 2 cosas inevitables al precio de una: el surgimiento del “peronismo” macrista y el del masso-marsopismo marsupial. Todo eso en medio de una campaña electoral que ya empezó y que promete ser más sucia, más manipuladora y alienante que nunca.