La clase media retrógrada y oscurantista nos da el gusto y trae una nueva epidemia. Disneyland arrasada…por el sarampión!

El sarampión no es ningún chiste, es un virus que mata uno de cada 1000 infectados, parece poco pero es contagioso como la puta que lo pario, quiere decir que hay muchos infectados y que, por lo tanto, mata mucha gente y tiene síntomas que son como los de la gripe, en la generación mía tuvimos todos esa peste, venía para el otoño invierno, te dejaba meses en cama, no pocos iban a parar al hospital, sobre todo los adultos, y unos cuantos quedaron culo pa’arriba o directamente creparon. En yanquilandia calculaban, antes de la vacuna, que cada año se enfermaban unos 3 o 4 millones y que 48 mil iban al hospital y 500 con San Pedro. Gracias a la vacuna esa que no funciona y que es parte de un plan diabólico de la URSS y de los judíos, alrededor del año 2000 los yanquis habían pasado de 4 millones a menos de 200 casos por año. Para aquel entonces los hijos del Tío Sam declararon que los casos que se producían eran casos de pacientes que venían de países donde no había vacunas y declararon la enfermedad “eliminada” que no es lo mismo que “erradicada”. Después de eso se puso de moda la onda “yo no vacuno a los pibes porque es un quemo ¿Viste?”. Como el 95% de la población si estaba vacunada no pasó nada ¿Ha visto? Vacunarse no sirve para nada. Durante el 2014 las cosas cambiaron, hay partes de los States, no justamente regiones pobres, donde ya el 10% de los pibes no está vacunado y los casos de sarampión se triplicaron y llegó lo que todos sabíamos que iba a terminar pasando: la epidemia llegó a Disneyland, amiguitos, en el brote de Disney en California, tierra generosa, hay más de 60 infectados y ahora la peste anda por México donde hay mucha gente que no está vacunada pero al menos tiene motivo para no estar vacunada y no como estos pelotudos. Si gente que vive en condiciones paupérrimas sin cloacas, ni agua potable y que es, casi o por completo, analfabeta cree que los demonios y los hechizos traen las enfermedades y que se va a curar, no se, cálculos a la vejiga, por medio de una ceremonia vudú o rezando avemarías o lo que sea por el estilo, es una tragedia. Eso además de que los cálculos le van a agujerear la vejiga como un queso gruyere. Pero cuando tipos supuestamente cultivados y de buen pasar, gente cool, gente como uno, casi, se le pone en la cabeza, a través de esa mierda de las redes sociales, por ejemplo, que la vacuna trae no-se-que-cosa, autismo, trastornos del ojete o cualquier cosa por el estilo, estamos frente a la degradación final de la clase media. Ser médico, aun un mal médico, es una cosa seria, yo no se si les tocó algún amigo que siguiera una carrera de esas, o si simplemente, en algún asado por supuesto, conversaron con alguno de esos discípulos de Hipócrates, preparar un buen examen lleva semanas, meses de laburo, antes de darles el carnet los pasean por todos lados y los tienen montando guardia y haciendo diagnósticos durante años. Y eso es solamente una fracción del laburo que hace un científico. En última instancia la ciencia es solamente una cantidad, increíblemente enorme, casi inimaginable de laburo. Para probar una vacuna mataron primero centenares de ratas, perros, monos y algún que otro voluntario. La vacuna tiene un rango de eficacia, no es el espíritu santo, en algunos casos, tal vez uno de cada millón una cosa así, puede tener complicaciones. La posibilidad de tener una reacción adversa de una vacuna es menor que la de ser golpeado por un meteorito, es infinitamente menor que la posibilidad de ponerte el auto de sombrero. Pero no es cero, no puede ser cero porque el universo no está hecho de esa forma. La cháchara contra las vacunas es ideológica ¿Qué sabe ese boludo que se mató estudiando? Los que saben son los magos, los gurúes jipones, los brujitos, todos esos que estudiaron en la facultad de la calle y se recibieron en la universidad de la vida. En los buenos tiempos, al menos una parte de la clase media, hacía la plata trabajando, estaban mezclados con empresarios y con obreros en el sistema productivo. No es raro que cuando la guita se gana haciendo boludeces, cortando cupones, alquilando los campos, importando giladas de la China o vampirizando al prójimo, todos los que laburan, los que laburan en serio, porque también se puede estar muy ocupado sin producir un carajo, te parezcan unos tarados. Y los que te decimos que vacunes a tus hijos también te parecen unos forros porque el brujito del tereso te dice que te vas a prevenir de la polio con agua de manantial. Y el mago sin dientes sabe más que 10 científicos juntos, sabe. Eso no excluye la posibilidad de que tipos con formación sean, a su vez, unos forritos, una, creo que es médica, de no-se-donde escribió hace unos años un paper donde cuestionaba a no-se-que vacuna, la médica, terrible pelotuda ella, se rectificó hace 10 años pero eso no importa, esa basura anda dando vueltas por la Internet y, desgraciadamente, va a perseguirnos para siempre. Pero la cuestión es que tenemos una masa flotante de clase media que está, por así decirlo, semi educada. Mejor dicho es un mediopelo no formado sino más bien desinformado, no cree que se pueda viajar a la luna pero cree que un puto ovni puede viajar más rápido que la luz para bajar en una chacra y dejar embarazada a la nena. La televisión esta llena de falsos documentales donde unos chiflados buscan fantasmas, lo que no seria nada grave salvo porque se lo fuman. Y no se confundan porque esa mierda no tiene nada que ver con la fe religiosa y cosas por el estilo. Los sacerdotes, pastores, imanes, rabinos y lo que sea por el estilo son tipos razonables no le dicen a la gente que, en vez de vacunarse, coma carne Kosher o se incline hacia La Meca. La nueva religión new age del disparate seudo-científico es mucho más peligrosa.