Vamos a empezar por el 76 no porque las organizaciones judías no tengan una historia antes del golpe sino porque antes del 76 se trataba más bien de organizaciones clasistas que marginaban a los judíos pobretones. Si queres hacer organizaciones para la “gente como uno” estas en tu derecho y te podes meter tus organizaciones bien por el culo, ya que estamos. En cambio cuando hablamos de la muerte, la simple canallada, se convierte en infamia. Hablemos de las Madres de Plaza de Mayo, las campeonas mundiales de la memoria, de la verdad y de la justicia. El hijo de Maria Gutman, Alberto, fue secuestrado el 28 de noviembre del 76, a la Sra. Gutman le dieron a leer un documento sobre los judíos desaparecidos escrito por Israel, esto dijo: “No me sorprende el descaro y la desfachatez de las autoridades israelíes, que no dicen absolutamente nada de su nefasto papel en esa época. Israel, al igual que sus patrones norteamericanos, le dieron a la dictadura apoyo económico, político, moral y armamentístico. Nuestros queridos hijos sufrieron una doble persecución: por parte de los fascistas uniformados, que los torturaron y los hicieron desaparecer. Y, también, por parte de los fascistas judíos, que armaron a los asesinos. Con el agravante de que los fascistas judíos le reprochaban a nuestros hijos su militancia con el argumento terrible y sectario de que ‘no recibieron educación sionista’.” Eso resume todo lo que queremos decir con el artículo pero seguimos. Renée Epelbaum, una de las fundadoras de Madres, dijo que no quería enterarse de que a nuestros hijos judíos los habían matado con armas israelíes. Un cana de la dictadura que se quebró, afirmó, no hay motivo para dudarlo, que Herzl Inbar, consejero de la embajada, les bajaba línea para combatir a los sumbersivos. Tal vez el bueno de Herzl sea el mismo que dijo que los enemigos de Israel estaban explotando una insignificancia que Israel solamente les había vendido a los milicos el 13% del armamento. Durante la dictadura los clubes y countrys judíos florecieron como nunca, el rabino Salomón Benhamú Anidjar estuvo en una cena con Videla y después asistió al casamiento del hijo del querido “presidente de facto”. También es famoso por haber estado metido en un caso de lavado de dólares junto con el yerno. Este rabino es de los mismos ultra que no permiten enterrar a conversos en el cementerio judío. Ojala que nuestros hermanos religiosos tengan razón y que a este servidor de la oscuridad le espere, lo que le espera ahí abajo. El “judaísmo oficial” estaba chocho con los militares, los milicos votaban a favor de los israelíes y la “dirigencia comunitaria” recibía apoyo oficial y si no me creen escuchen al presidente de la DAIA, doctor Mario H. Gorenstein, llegó a decir que a la comunidad judía le convienen más los gobiernos de facto que los constitucionales “porque los militares tienen mayor capacidad operativa para controlar el antisemitismo y el antisionismo”. Esto parece un chiste pero lo dijo y lo dijo 2 veces. La complicidad de la dirigencia judía local llegaba hasta el punto de silenciar a organizaciones judías internacionales que pretendían denunciar a la junta de Videla. Durante el gobierno de Menajem Beguin, Israel le vendió a la junta 707 millones de dólares en armas, a valores de hoy pasa de los 2000 millones. En el 78 se celebraron los 30 años de la creación del estado de Israel, en una época en que había estado de sitio, terrorismo y donde estaba todo prohibido, hubo una gran fiesta en el Luna Park, estaba como artista invitado el almirante de cebita Isaac Rojas. Y por Israel vino un general israelí Jaim Laskov que llenó de elogios a Videla, se los merecía. En 1980 vino el general Ariel Sharon que dijo que le vendían armas a la dictadura hondureña no solo por negocios sino para combatir al “comunismo internacional”. Por si todavía les queda alguna duda. En el 99 Herman Schiller testimonió frente al juez Garzon, dos parlamentarios israelíes, del ala izquierda del laborismo, Iosi Sarid y Amnón Rubinstein denunciaron la complicidad de Israel con los sudafricanos y con las dictaduras latinoamericanas. A confesión de parte… En el 2001, en medio del derrocamiento de Delarua, la DAIA premió con una medalla al “Fino” Palacios, que por entonces era el jefe de una siniestra “Unidad Antiterrorista” antes de que saltaran las escuchas y el encubrimiento del atentado contra la AMIA. En esta pampa generosa hasta la iglesia católica ha tenido que hacerse, así sea lavada, una autocrítica, en cambio, la dirigencia comunitaria judía, sigue tapando o pretendiendo tapar, la colaboración que tuvieron con los milicos mientras 2 mil argentinos judíos desaparecían. |
El sentido de todo esto no es solamente condenar a los nazis, especialmente si son judíos, esto es por un renacimiento de la cultura judía sin sionistas, sin Israel, sin AMIA, sin DAIA y con rabinos religiosos de verdad. Soñar no cuesta nada.
ES LA PURA VERDAD
ResponderEliminarPara eso primero, esas instituciones y sus adherentes tendrán que dejar de confundir su pertenencia religiosa con su pertenencia nacional, y decidir si son argentinos, o son israelíes que viven en Argentina.
ResponderEliminarMarcelo Foti