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Con Cristina.

jueves, 4 de agosto de 2022

Donde aclaramos algunas cosas en el horrible pero cómico juicio contra Cristina.

Como ustedes saben nuestra Pampa salvaje soporta, desde hace décadas, niveles de inflación entre los más altos del mundo. No es raro que exista un mecanismo para subir los precios de una obra mientras se está ejecutando.

El ajuste de los precios de obra pública seguía los lineamientos instalados por Duhalde, establecía que debería haber un ajuste cuando el INDEC marcara más del 10 % de inflación. El macrismo, aparte de subir la inflación, bajo el límite para los reajustes de precios al 5 %.

Para determinar las subas en las obras existía, existe un complejo mecanismo en el que participaba Vialidad Nacional y la, ¿qué será eso?, Sindicatura General de la Nación ¿Quiénes fueron los campeones de los aumentos de precios de las obras? Si, adivinaron, los funcionarios macristas: Igualcel y, ese tránsfuga hoy medio oculto, Dietrich. Iguacel se encargó de perseguir a los empleados de Santa Cruz.

Por otra parte los atrasos fueron iguales a los de cualquier Obra Pública en cualquier parte del país y se basan en algo muy simple: si falla una máquina hay que traer un repuesto desde Buenos Aires.

Los testigos que ratificaron la ausencia de atrasos y la transparencia en las redeterminaciones de precios eran todos por la fiscalía ¿cómo es posible? los fiscales, grandes juristas ellos, llamaron a testigos que demolieron su propia causa. No les importa nada.

Decían que Lázaro Baez, el mismo que estuvo 4 años preso con preventiva, los derechos humanos te los debo, se había “apoderado” de otras empresas de construcción, los antiguos dueños desmintieron todo.

Decían que las obras no figuraban en el presupuesto y, que otra cosa esperaban, era mentira. Figuran votadas en el parlamento.

Decían que se habían pagado obras que no se construyeron, otro balurdo más.

Decían que había habido atrasos enormes y nada que ver.

En algún momento del juicio, hace un par de años, testificó un tal Leandro García, que fue titular de vialidad en Santa Cruz, como una especie de interventor puesto por… adivinen quien: ¡los macristas! El tipo declaró que canceló los contratos de obras de Lázaro Baez porque “las obras estaban paralizadas” ¡ahí está! Vieron, bueno las obras no se movían por falta de pago, así es, los macristas decidieron no pagar y le echaron el fardo a Baez, aclaremos que está todo probado con papeles, aunque no pesen tantas toneladas. Son unos genios.

Garcia declaró, en juicio bajo juramento, que en todo el país las obras tenían atrasos. Por cierto que los macristas paralizaron todas pero todas las obras, no solamente en Santa Cruz.

Marcelo Bianchi, fue y es titular de la Unidad de Auditoría Interna (UAI) de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV), un tipo más bien irreprochable, el informe que hizo fue usado por Iguacel para hacer su denuncia, no sabemos porque, mejor dicho probablemente porque no les quedaba otra ¿qué dice el informe de Bianchi? nada, no encontró cosas extrañas, ni curros, ni grandes irregularidades. Es importante porque es en ese informe en el que se basa todo el juicio.

¿El juicio se basa sobre un informe que dice que no hay nada? Si.

Bianchi ratificó que todas las obras, incluso en la provincia de Buenos Aires que queda cerca y no tiene nieve, se atrasan. Quedó, además, claro que solo se pagó lo que se había construido. Y que Baez ganaba las licitaciones porque las empresas locales tienen ventaja, andaba bien en Santa Cruz porque jugaba de local, perdió casi todas las licitaciones fuera de la provincia.

El ingeniero Justo Pastor Romero fue designado por, ya saben, ese tal Iguacel, para auditar las rutas de Santa Cruz construidas durante el Kirchnerismo. Lo contrataron los macristas, se imaginan, se viene un testimonio demoledor, de 10 toneladas y de sentido común. El ingeniero encontró que la discrepancia entre los pagado y lo construido era del 0.006 %. La construcción era mejor y a Santa Cruz le había salido más barata que a otros distritos.

Pero Iguacel no se dio por vencido, no señor, algo raro tiene que haber, contrataron a una consultora privada llamada Consulbaires, ahora sí, ahora si los quiero ver, ¡tiemblan los K!, por supuesto no encontraron nada pero cobraron una culada de guita, eso para los que opinan que no se gana guita fácil en este país.

No solamente eso, Iguacel, soldado heroico, no solamente hizo los papelones que venimos siguiendo, al dejar de pagar las obras hizo que se hicieran mierda ¿para qué? Para castigar a los K, por supuesto.

Entre las obras viales de Santa Cruz y Cristina hay, según quien lo cuente, entre 13 y 17 niveles de conducción, suena mucho pero es lo normal entre el presidente de la república y una ruta en una provincia. Atribuirle la responsabilidad al presidente es una ridiculez no hay sentido común ni poco común que valga. Eso en el caso que hubieran aparecido irregularidades cosa que, como vimos, no ha sucedido.

En el año 2016 nace una estrella, un radical llamado Alejandro Nieva, anduvo por los medios de comunicación y habló de “direccionamiento” hacia Baez y de sobreprecios. En el, oh! tan lejano, año 2021 este tal Nieva se presentó a declarar, ahora si ¿eh?, se acabó la leche de la clemencia, este Nieva va por todo, no se escapan los K de está implacable acusación. Bueno, será de dios y la virgen que Nieva, nievita, nievecita, se desdijo, algo le pasó, Baez lo compró, cayó un meteorito, perdió Boca, invadieron los rusos y Nieva ni se acordaba de haber denunciado a naides. Nieva no fue, no estaba, no se acordaba, no estuvo.

No se vayan porque hay más.

Ustedes, mal pensados, creerán que ya fue suficiente que esta farsa de juicio sin pruebas ya dio todo lo que tenía que dar. No, falta, sin ir más lejos el portero del edificio donde vive Cristina que, increíble, tampoco vio ni sabe nada. Si el portero no se entera es porque la cosa viene grave.

El que si declaró, testimonio demoledor si los hay, es ese tal Fariña. Fariña dijo que Baez le dijo, que había sobreprecios. Si, ya se, con tal de no ir en cana este pibe te declara el año nuevo, la constitución y la guerra al Paraguay. No se entiende porque ningún perito puede probar ni los sobreprecios ni las obras pagadas sin terminar ni ninguna otra cosa. Misterios del universo mis queridos. Además, genio, se negó a declarar bajo juramento. Ya sé que suena como que los estoy jodiendo pero es así.

Todavía hay más declaraciones, lógico el juicio lleva más de 6 años, aparecieron los funcionarios del gobierno de Cristina que volvieron a asegurar que el presupuesto para las rutas se vota en el parlamento y lo controla el parlamento. Es decir si Cristina o cualquiera hubiese querido darle rutas a Baez o quien sea no hubiese podido hacerlo.

Por último nos queda la batalla de los peritos, un tal Ely Bona comparó una ruta real con una que se licitó que no se pudo hacer porque el presupuesto no estaba bien calculado y que no se volvió a licitar. Es decir comparó una obra real con la nada misma. El perito de la fiscalía comparó una obra real en Santa Cruz con otra en provincia de Buenos Aires ¿Quieren algo técnico? Al asfalto lo fabrican en Ensenada, para transportarlo a hay que llevarlo a cierta temperatura, imaginate lo que cuesta llevar asfalto a Santa Cruz y además calentito.

Sobre todo eso: Calentito.

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