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Con Cristina.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Aventuras de un criollo en Suecia parte VII

Donde, en nuestro triunfal avance sobre Europe, conocemos gallegos, etarras, y a los tramposos divorciados. Napoleón falló, Hitler falló, la Unión Soviética falló pero los argentinos

suecia I
suecia II
suecia III
suecia IV
suecia V
suecia VI

Durante mi primer verano en Estocolmo no conseguí trabajo, fue la única vez que me pasó, cinco años de gobierno de derecha estaban dando sus frutos. No era tan grave, la guita que había sabido amarrocar en momentos de bonanza me permitían pagar el alquiler, comer, cosa que en realidad no necesitaba demasiado, y ninguna otra cosa más. Lo que si me quedaba era un montón de tiempo para pasear y no hacer un carajo. En realidad. tenía una fuente extra de ingresos, en mi depto funcionaba el club de los divorciados. De los "falsos divorciados". Los muchachos habían descubierto que, si tenías, digamos, cuatro pibes y te separabas, tu mujer cobraba como madre soltera con cuatro pibes, lo que, para hacerla corta, te permitía vivir sin trabajar.


Ahora, además de hacer los papeles del divorcio, necesitabas fijar un domicilio legal en otra parte, los gringos, que ya se habían dado cuenta de

la hábil maniobra, te controlaban y te caían por sorpresa. Igual lo único que tenía que hacer era decirle, a los burócratas, que fulano vivía ahí pero que no estaba. Lo demás era cuestión de poner un cartelito en la puerta. Ya por aquel entonces, la trampa, me parecía ligeramente deleznable pero conviene recordar que, no es lo mismo, estar en desacuerdo con algo que convertirse en un buchón. En fin, que se arreglen ellos.

Los divorciados estaban agradecidos y siempre me dejaban alguna botella o exquisiteces como dulce de leche casero y cosas así.

Ese verano me vino a visitar un amigo mítico desde Paris, el tristemente celebre Negro. El Negro vino con dos valijas grandes que parecían pesar toneladas. Pensé que, si era un muerto, había viajado demasiado lejos para deshacerse de él. En las valijas había dos remeras y 20 botellas de alcohol. Nos fuimos a Dinamarca, a Roskilde, supongo que todavía lo hacen, es el último festival jipón que queda en Europa.

A la vuelta me llamaron de la oficina de empleo y me pusieron a cortar árboles. El trabajo carecía de sentido en si, estaba pensado para que la muchachada estuviera entretenida y se ganara unos mangos. Muchos de los jóvenes desocupados eran inmigrantes, los suecos que estaban ahí eran uno bichos raros. Me acuerdo de uno que era satanista y lo pescaron en el cementerio bebiendo sangre de chancho. El pibe decía que, el diablo, era un tipo piola, que le iba a decir si yo siempre fui de Boca, espero que la haya ido bien, la existencia del demonio me parece más creíble que la de dios de cualquier manera.

Cuando llegué a Estocolmo venía precedido de mi fama como "militante" en el sur, de modo que la gente del PRT me recibió bien. Por esa época, más o menos, se armó la fracción de Gorriaran, a quien le decíamos "el pelado". Los que conocí de la banda de Gorriaran me parecieron más precarios aun, políticamente, que el resto de los que andábamos dando vueltas por el mundo. Se fueron a Nicaragua y se convirtieron, eso dicen, parezco Clarín, en una especie de comandos de la revolución. Me parece que estos pibes con una dirección política, el gobierno sandinista, no eran tan dañinos pero bajo su propia dirección… Igual los sandinistas no estaban reclutando gente, creo que el caso del PRT de Gorriaran fue una excepción. Los de la banda del pelado parece que eran de la falange guerrillera del PRT, el resto éramos tipos de clase media o de obreros que, en el fondo, también eran de clase media. Hubiéramos tenido problemas para acampar un fin de semana en el Tigre. A mi me mandaban, de vez en cuando, la revista humor y cartas que me contaban, un poco, de cómo estaba la cosa, no mucho, porque la gente tenía miedo de que, los milicos, le leyeran las cartas. Y con eso, estaba más al tanto de lo que pasaba en la argentina que la dirección del PRT. Faltaban unos meses para que se terminara la dictadura y el PRT analizaba que los milicos iban a estar 20 años. Las consecuencias de ese análisis eran interesantes. Para empezar, que había que volver al país con una organización recontra preparada, hacían falta millones de dólares para comprar armas y visores laser para la noche y un tanque. Para conseguir esas fortunas había que asaltar algunos bancos. Ya se que suena que los estoy jodiendo pero, más o menos, eso fue lo que hizo, al menos un grupo, de los muchachos en México. Para colmo México que tiene una cana terrible y que tiene unos servicios buchoneriles del carajo. Como no podía ser de otra manera, después de una serie de operativos de "recuperación", fueron a parar a la gayola pero mal.
Además de la necesidad de millones de dólares para comprar misiles tierra-tierra, había que tener el apoyo del mundo socialista. No bastaba con que los cubanos, y los sandinistas para el caso, te ayudaran dándote entrenamiento y cosas por estilo. No, necesitabas tener la ayuda del coloso soviético, al que, por cierto, le fue tan bien. Para eso tenías que tener una política de "acercamiento". Aclaremos que no es cierto que los soviéticos sostuvieran o fueran cómplices de la dictadura y movidas así. Pero si es cierto que tenían un comercio importante y que los milicos les vendían el trigo. Y, ya que estamos, también vamos a iluminar los misterios del socialismo. Los Tovarich necesitaban trigo porque las cosechas que tenían eran un desastre y porque no permitían que la gente se cague de hambre, que es lo que hacen en Rusia ahora que ha llegado la libertad. Bueno, no importa, la cuestión es que un argentino no podía esperar mucho de las repúblicas socialistas.
Ahora hete aquí que en esta historia, que no es nada más que ficción, claro, los dos puntos se juntan. Hubo una reunión de grupos latinoamericanos y cuando pedí que nos solidarizáramos con los cumpas presos en México, que la estaban pasando mal, los muchachos del PRT me sacaron cagando. Cuando les pregunté porque, me dijeron que eso podía ser usado para criticar a la URSS por tipos que estaban presos en Polonia y que-se-yo-que. Esta relato ficcional tiene final feliz porque los muchachos del PRT todavía están, bebiendo sangre de Chancho, en Estocolmo.
Si me di cuenta yo, es porque todo el mundo se dio cuenta de que el PRT se estaba desintegrando. El único grupo al que, de verdad, he pertenecido en la vida es la JG y, cuando nos hicieron pomada, estaba demasiado preocupado escondiéndome como para pensarlo.
Hay gente que tiene problemas con esas cosas. Edgar tenía problemas. Cuando le tocó rajarse de sus pagos era muy joven, perdió familiares con la represión. Aparentemente es mejor estar exilado con la familia que estar solo. Pero, no se, si es tan así, cuando tenes dos nenes chicos y una mujer con la que no estas bien. Edgar compartía las jodas con nosotros que éramos sus pares, andábamos dando vueltas por la ciudad en un auto destartalado que él tenía. Con los desastres que hacíamos con el espantomóvil, nunca nos metieron en cana.
Para mi Edgar era el único que compartía el espíritu de la JG, por ese lado hay que entender que, la extinción del PRT, era el fin de la perspectiva revolucionaria. Habría retorno, democracia y todas esas cosas pero ya no habría una república socialista. Y no habría compañeros del partido para contenernos.
En los últimos días que vi a Edgar, me venía a visitar, era obvio que estaba divorciándose, en serio, con sus hijos y se quedaba, cosa rara en él, callado escuchándome. Yo estaba preocupado por mi novia, una persona horrenda que también debe estar bebiendo sangre de lechón.
Después de eso, las cosas nunca volvieron a ser iguales para ninguno de los integrantes de aquella agrupación latinoamericana.

Los argentinos estábamos en un club, no era originalmente un club argentino, ni siquiera latinoamericano. Era un club, al parecer, fundado por españoles, se llamaba, tal vez esté ahí todavía, albergando a los nietos de los exilados, "El club de los cronopios". Hace, por lo menos, 30 años que no leo a Cortazar, de modo que, no recuerdo que catzo era un cronopio. Pero estoy seguro de que éramos unos cronopios. Teníamos un equipo de fútbol, este no era como los del sur de Suecia que jugaban bien sino, más bien, un rejuntado. Cuando empezó la guerra de Malvinas llevé el diario al vestuario y les dije a los pibes que estábamos en guerra, que la argentina estaba en guerra con inglaterra. Nadie me dio pelota.
El comité argentino se reunió, lo que creo que pasaba una vez por año, y los muchachos decían que se iban a ofrecer de voluntarios.
Yo no soy nada valiente pero me hubiera gustado ir, para matar oficiales enemigos y no precisamente ingleses.
Nuestro sentimientos eran contradictorios puesto que cuando hundieron, creo que era, el Sheffield estábamos todos felices. Igual, como no leíamos Clarín, sabíamos que la guerra estaba perdida antes de empezar.

En vez de ir a la guerra me fui de vacaciones. En Paris no hace calor casi nunca, al menos no para un porteño, pero el titulo de "ciudad luz" se lo dieron los nórdicos que


fueron de visita. No se como será ahora pero me acuerdo que en el tren francés íbamos en una cabina para nosotros solos, con aire acondicionado.
El tren del país vasco, creo que tuvimos que pagar, porque el pasaje que teníamos no lo cubría, databa del siglo XIX y marchaba a paso de hombre. Aun así el tren vasco era mejor que el que iba de Barcelona a Vigo que era una mugre y un hacinamiento como no he visto en mi vida. Cuando llegamos a Bilbao nos metimos en un bar que era igual al bar "La Coruña" que está en San Telmo. El idioma de los vascos es por completo incomprensible pero si te putean en chino te das cuenta igual. Además los vascos son todos morrudos, el deporte nacional es agarrar una piedra como las que levantaba Sanson, antes de Dalila, y tirarla lo más lejos posible. Al final uno de los vasquitos se comidió y nos preguntó si éramos franceses. Cuando, muy enojado, les dije que éramos argentinos, lo que no era del todo cierto puesto que un amigo era chileno y yo venía con novia uruguaya, los vascos se levantaron y nos empezaron a saludar. Preguntaban sobre parientes que tenían en San Justo y no llegaban a penetrar el misterio de que, en San Justo, debían vivir como un millón de vascos. Aunque no lo decían, Bilbao estaba como en toque de queda y se parecía bastante a nuestros pagos con dictadura, eran todos partidarios de la ETA. Ir ahí, es el modo más fácil de no estar en Europa, sin salir de Europa. Fuimos a visitar a un amigo que vivía en un pueblito llamado Zaraus, o algo así. El pibe se había conseguido una novia vasca y se había ido a vivir con ella a una casa que quedaba a un par de horas de caminata del pueblo. La casa estaba como en la cima de una colina, era de piedra, de una antigüedad incalculable. No me extrañaría que la hubieran usado los árabes cuando invadieron España. La casa carecía de luz eléctrica y de agua, de modo que la entrada estaba llena de bidones. Nadie me saca de la cabeza que ese pibe era el "anarco peronista", tiene que ser. En invierno se iba al bosque, cortaba leña, un toque de querosén y listo, tenía cocina, calefacción y agua caliente para bañarse. El pibe y la novia trabajaban en el pueblito de algo, pero creo que ni ellos sabían bien que era. Cobraban alguna clase de seguro de desempleo español que eran, siguen siendo, dos mangos. Como será que nosotros, ningunos privilegiados por cierto, compramos un montón de cosas y se las dejamos, hay que contar que, por aquel tiempo sin UE, España era barato.
Si hubiera conocido a la vasca de mi vida, como el amigo anarco, me hubiera quedado ahí. Sin duda.
El tren ese, tipo Auschwitz, nos llevó hasta Vigo. Fuimos a visitar a un amigo, obviamente gallego que conocían los muchachos de Paris. Algún día, que no vamos a llegar a ver, vamos a tener una clase media como esa. Vivían en una casa hermosa, rodeada de parque y de cosas lindas para divertirse. Eran cultos sin la boludez sobradora, eran considerados, respetuosos y con un sentido de humor genial. Criticaban al sistema pero sabían que les estaba yendo bien. Esto último es muy importante, si tipos de clase media que tienen casa y un auto asumieran su bienestar, en vez de compararse con el jeque de Oman, estaríamos todos mucho mejor. Es más, creo que hasta los pobres estarían mejor. Nos prestaron un depto, pensábamos que estaría vacío y nos íbamos a tirar en las bolsas de dormir. El depto era de lujo y estaba todo amoblado. El pibe gallego nos mostró la bodega y nos dijo que la aprovecháramos. El problema de Vigo era que, aun con una playa fantástica, hacía demasiado frío para meterse al agua. El lugar es así. Si, como se habrán dado cuenta, uno se puede bañar sin problemas en un lago sueco pero no en el norte de España.
Nos llevaron a un boliche de esos, como había en Valencia, donde se comía al aire libre. Comimos una mariscada infernal con un vino patero que te dejaba la boca morada. Una genialidad. Salimos a reventar la noche a la disco, estaba de moda un disco de The Police. Nos fuimos de madrugada a comer más mariscos a un boliche que quedaba en un muelle, dios sabrá donde carajo.

De Vigo nos tomamos un tren al sur de Portugal. La región se llama Algarve, es seca como el desierto del Sahara. Tiene playas de océano, son todas

playas chiquitas, si queres caminar un poco te conseguís una playa para vos solo. En Portugal las coronas suecas valían más que en España. Nos íbamos, todos roñosos de la playa, a comer a un restauran careta. Cuando se enteraban de que éramos argentinos todos me preguntaban si era desertor. Lástima que fui con una piba, a eso del desertor, me parece que se le podía sacar el jugo. Cuando les decía que no era desertor, se me quedaban mirando y no me creían.

Evidentemente tenía cara de apátrida desertor, como Martín Fierro.



Dice Diego: "Conocí a Rinti en aquel partido contra Francia, quería hacer una película de mi vida"

rr

Los periodistas esos, que la pueden seguir chupando, no son periodistas, son opinólogos y operadores. Hablan de más y no saben nada de fútbol.

Me parece a mi… o Cobos esta empezando a parecerse a Reu(te)man? (Chapa)

Están en campaña contra aerolíneas. Ojo.

2 comentarios:

  1. Dos cosas :

    1. estas bajando la puntería con las fotos :-))... la rubita con la bandera de suecia en los pomulos me dejó loco :-))

    2. anarquismo y peronismo no concilian. Los anarcos estan contra el estado, los peronistas lo fortalecen. Un anarco se puede autotitular folcloricamente de peronista pero cuando vamos a las cosas serias es otra cosa. Anarco y lumpen no son sinonimos :-))

    Un abrazo

    Pino

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  2. Saludos Chango de Ricardo Leventi, aún en Suecia y en camino a la eternidad, ricardo@leventi.se, saludos

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Piensa mal y acertarás