Este hombre de estado nació en 1965, pertenece, junto al ex presidente Macri y al futuro presidente Lousteau, al gremio de los privilegiados que siempre parecen jóvenes. Estudió en la UCA, ese semillero de líderes de la comunidad. A los 33 años fue director de estrategia de la JP Morgan. Es, al parecer todavía es, miembro del consejo Académico de la Facultad de Ciencias Económicas, por lo que podemos quedarnos tranquilos, los jóvenes estudiantes de economía tienen un espejo virtuoso en el cual reflejarse. En el 2005 creo una empresa financiera que le manejaba las cuentas a la mítica Amalia Lacroze de Fortabat, en el 2014 fue denunciado por los envidiosos de siempre por haber evadido impuestos a través de una cuenta bancaria en Suiza, como si el correcto manejo de las finanzas pudiera ser un delito. Fue presidente del banco central con Duhalde y en los primeros meses de Kirchner. En el 2008 pasó a liderar los equipos técnicos del partido Coalición Cívica de Elisa Carrió. En diciembre del 2015 el país vivía aplastado por el cepo cambiario, los argentinos solo podían retirar 2 mil dólares por mes y eso bajo un severo sistema de control. Una pérdida de libertad casi inimaginable. Para quebrar este sistema de opresión, el novel ministro, inició su obra de reconstrucción con una devaluación del 40 %, sabiendo que los precios estaban ya fijados para un dólar a 14 pesos y que esa corrección no llevaría a un proceso inflacionario. Una predicción, esta última, notable que sorprendentemente no se cumplió en absoluto. En ese primer periodo los dólares que salieron del país alcanzaron los 9 mil millones. Eso, tal vez, no fue beneficioso para el país pero si representa una apertura al mundo. Una vez corregida la paridad cambiaria al valor natural, quedaba el problema de los holdouts, honestos inversores que compraron bonos defaulteados a precios módicos, como muestra de solidaridad con estos arriesgados filántropos se pagó más de lo que se les debía, no solamente eso, las leyes que protegían al tesoro argentino las así llamadas de “pago soberano” y “cerrojo” fueron derogadas por el parlamento en un alarde de patriotismo bien entendido. El pago fue pequeño en relación al beneficio para el país, apenas 12 mil millones de dólares. La nueva economía corrigió desajustes en el mercado de trabajo resultando en 100 mil despidos. Más libertad para buscar horizontes venturosos. En vista de la normalización el país pudo por fin ingresar a los mercados de crédito en buenas condiciones, las reservas, con plata prestada a intereses que triplicaban o cuadruplicaban los que se pagan en el 1er mundo, subieron. Cualquiera sabe que tener guardada en una caja una buena reserva de dinero prestado, al 8 % de interés, es un negoción. En un año la llegada de divisas a préstamo alcanzó los 40 mil millones de dólares. Una oportunidad de despegue del país que, inexplicablemente, no se produjo. A su vez para frenar el proceso inflacionario, que la devaluación y el endeudamiento no habían provocado sino la emisión monetaria, se optó por la oferta de bonos a un interés del 15 % anual. Resultaron ser unos 35 mil millones de dólares en LEBACS con un interés del 40 %, hay una serie de juicios por daños al país que carecen de fundamento, por supuesto. Una de las más colosales iniciativas de este gran ministro fue la “reparación histórica” para los jubilados acompañada del “sinceramiento fiscal”. El grueso de nuestros abuelos cobró sumas gratificantes y muy merecidas, alrededor de los 50 dólares. El beneficio para los mayores venía de la mano de un blanqueo que permitió que una multitud de grandes deudores pudiera dejar sus fortunas fuera del país de manera completamente legal. Una verdadera medida de alivio. Debido a la rebaja en las retenciones, la eliminación de trabas a la exportación y la reducción de subsidios a los servicios hubo una beneficiosa corrección de precios relativos que eliminó distorsiones. La harina aumentó más de un 100 %. Aunque parezca increíble con estas medidas que deberían haber llevado a un proceso de crecimiento y avance en la economía, sucedió todo lo contrario, la industria del metal se contrajo en un 13 %, por ejemplo. Y el PBI se redujo en un 3.8 % en el 3er trimestre, también normal para países en procesos militares como Ucrania o Libia. Otro aspecto destacable fue la caída del ritmo inflacionario que pasó del 4 %, o más, mensual, al principio de la gestión, al 1.5 % y que fue apenas de algo más del 40 % ese año. La inflación no tiene por qué ser un problema cuando hay un proceso de acelerado crecimiento. De alguna manera se puede hablar del nacimiento de nuevos principios económicos en la gestión Prat Gay, junto con el crecimiento de la inflación se dio una fuerte recesión, a su vez ni la recesión, ni la inflación sirvieron para reducir el déficit fiscal que creció en un 70 %, llegando al 7 % del producto, algo normal, al menos en países sometidos a los vaivenes de una guerra. Para aliviar esa situación el impuesto a las ganancias se amplió, de abarcar a un millón de contribuyentes a 2 millones. Una medida claramente redistributiva, con el propósito, claro está, de proteger a la clase media. Se dio un gran impulso a la obra pública, en una 1era etapa se frenó para detectar irregularidades en los contratos y la etapa nunca terminó. Después de 12 meses y un par de semanas de haber alcanzado logros que parecían imposibles, el presidente Macri consideró que esta atinada gestión económica llegaba a su fin. El trabajo sucio estaba hecho. Faltaban todavía 3 años de una presidencia que va a quedar en la historia. |
Prat Gay es una figura rutilante, merece este homenaje y muchos más.
No hay que esforzarse mucho para percibir su mala onda con ese rutilante ex ministro prat grasa, no le tiene ni un poquito de piedad, a pesar de los patrióticos sacrificios hechos por el prócer.
ResponderEliminarPara serle sinceros, a mí me parece injusto cargarle tanta mochila a un segundón, un empleado que habrá hecho sus negocios pero que no se llevó la mejor parte, ésa quedó para el quetejedi y su equipo de malandras más íntimos.... fíjese que, cuando nos entretenemos con tipos como éste, los cosos sirven para distraer y para que miremos menos a la "cúspide" del choreo... hablando de distraer, ¿se acuerda cuando andaba de gira playera con la donda y otros abnegados?, qué tiempos aquellos....
""los equipos DT de la CC""" que olor embassy
ResponderEliminarMaravilloso!
ResponderEliminartodo lo que quieras, pero pinta tiene.
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