El otro día hablábamos de fútbol con un veterano igual que yo. Nos reíamos, como es que hemos venido, todos, a ser directores técnicos de bar. En la década del 60, donde mi infancia fue triste, no había muchas cosas que hacer para un niño-jovencito de clase media baja. Es más, recuerdo una época donde los winco (para los imberbes era un tocadiscos "portátil" para… ¡discos de vinilo!) aun no existían. Usábamos aparatos que habían llegado al país en la década del 50, (para los cumpas peronistas, averigüen si no los fabricó Di Tella o fabricaciones militares). Los discos que había, que no fueron de tango que era música de viejos, eran los de la "nueva ola" o dios sabrá que y que sonaban como "Violencia Rivas". La primera vez que escuché música, que era música y era para jóvenes, fue cuando llegaron los discos de los Beatles. Recuerdo a los muchachos rompiendo y tirando a la basura los discos de la "nueva ola". |
Lo que no me acuerdo bien es si, durante los primeros años de la década del 60, todavía te daban teléfono o si ya habían desaparecido del todo como fue durante los 70. Si tenías suerte, y plata, te comprabas una casa con teléfono, si pedías uno, te podían hacer esperar 10 años o, lo más probable, no dártelo nunca. La categoría juguetes baratos no existía. El primer tipo que vi con un celular era el capitán Kirk de "Viaje a las estrellas" y debe haber sido para el año 68. Las computadoras existían pero creo recordar que había una en, no se que ministerio, y que ocupaba un edificio entero. A principios de los 70 el Paco Manrique (probablemente el último político conservador con algo de sal en la mollera) puso el prode y las boletas se convertían en tarjetas perforadas. Los pibes con visión estudiaban para "perfo-verificador". |
Además jugar a algo que no fuera fulbo era medio de maricas. Que por supuesto era lo cosa más terrible que le podía pasar a un ser humano. La obsesión de los pibes de barrio con la homofobia merece un artículo aparte. |
Lo único normal, natural, virtuoso para nosotros era jugar a la pelota. Una pelota de fútbol costaba lo que cuesta ahora una de esas pelotas profesionales que llevan la firma de Beckham, pero siempre había alguno, el dueño de la pelota, que tenía y, si ese no era el caso, se podía comprar una de goma. Estas últimas ponían a prueba la hombría de bien del niño criollo. Un pelotazo bien pegado con la "Pulpo" te dejaban marcado de por vida. ¡Ay! |
Por aquella época el gran buenos aires todavía estaba lleno de buenos potreros. Fue después cuando lotearon todo. En aquella época no se había creado aun el "apartheid" contra los villeros, la diferencia entre un villero y un vecino común de la clase media era solamente de status. Mi tío vivía en un rancho de madera cerca del río Reconquista, me acuerdo que el agua de la bomba, de esas que había que bajar y subir, ¿Sabes que músculos que sacabas, papá? El agua parecía agua mineral. Y en el Reconquista pescábamos bien. Y los pobres y, la clase media pobre, estábamos todos a favor de Perón. Este humilde bloguero opina que la raíz de todos los males radica en, primero, haber olvidado lo nefasto que fue todo lo que pasó entre el 55 al 73 y, segundo, haber olvidado el rancho de madera de muchos clase media que, ahora, se las tiran de Mirtha Legrand. |
En la practica las escuelas privadas no existían, existían si las de curas y, en la escuela pública, estábamos convencidos de que eran todos trolos.
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Uno de los problemas más graves de la infancia de aquel tiempo era que no se podía jugar a la pelota todo, pero todo, el tiempo. Por suerte podíamos juntar figuritas, si uno jugaba bien con las figus, podía llenar el álbum sin gastar casi plata. Las figuritas eran fotitos de los jugadores, que más o menos eran siempre los mismos. Cuando no jugábamos con las figus podíamos escuchar el partido por la radio. Y por la tele daban el partido de los viernes donde solían jugar equipos chicos. Los equipos provincianos aparecieron recién en los 70 cuando se empezó a jugar el nacional. Como lo único que había para nosotros era el fulbo, de lo único de lo que hablábamos era de eso. Además ni siquiera conocíamos el fútbol de Europa. Por eso todos sabemos que el wing tiene que llegar al fondo y tirar el centro atrás. Que hay que cabecear para abajo. Y que para marcar bien tenes que poner los ojos fijos en la bocha.
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Yo he vivido la misma época que Ud, Compañero. Nací en el 50. Y aunque la infancia estuvo signada mayormente por la escacez de casi todo, la mía ha sido feliz... o bastante feliz.
ResponderEliminarTuvimos experiencias de callar la boca... mis padres me recomendaban, a la edad de la primaria, que no hable de Perón, ni diga que en mi casa había cuadros de él y de Evita, ya que estaba prohibido tan sólo usar su nombre... A la edad de 16 años fue la dictadura que derrocó a Illia, pero la peor fue la del 76. Obraron como desengaños... y recién con Alfonsín sembramos esperanzas... y más aún, en el nuevo siglo.
Los chicos nos dicen "viejos", y en ocasiones "ga-ga" pero en mi caso, siento que es la oportunidad de mi vida de construir con otros las políticas humanísticas que siempre me parecieron justas.
Uau!!! Me hizo emocionar, cro...
Bueno, en mi época, ya mi viejo puteaba porque yo, todo el día hablaba del fulbo. Eran las épocas de Avallay en Racing, recuerdo un 3 a 0 frente a River y nada más. Los recuerdos de los hinchas de Racing son más bien darks. Por eso después, me pegó The Cure. Que lindo el fulbo...me acuerdo cuando Atlanta estaba en la A ... y San Telmooooo... weeeeeeeeee...
ResponderEliminar¿Escuchaste ya las remasterizaciones de los Bitles?
ResponderEliminarHay cosas que suenan fabulosas por lo claritas, pero hay cosas que antes no estaban ahí o estaban escondidas y, al aparecer, no quedan bien.
El final de Please Please Me, por ejemplo...
Saludos.
PD: mi viejo me contó que la primera vez que escuchó "Lavíparadallí" se quedó una hora frente a la tienda escuchando...
Yo ´nací en el 60 y creo que tu pintura es muy acertada.
ResponderEliminarComo pude estar con gente de la clase media pobre y de la media, media te agrego algo.
Los colegios privados laicos y mas caros existían, algunos como una cuestión elitista, otros eran los lugares adonde los de guita mandaban al hijo bobo (éstos eran la mayoría).
Sería interesante analizar por qué ahora que estamos peor la clase media empobrecida se desvive por mandar al pibe a un privado.
Si es todo una cuestión de calidad o interveiene otra cosa, por ejemplo el ansia de "diferenciarse"