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Con Cristina.

sábado, 29 de septiembre de 2018

Hablar de cosas imposibles, la victoria roja 1920. Revolución Rusa 50.

Prólogo.
Para los primeros días de octubre del 19 los blancos llegan al límite de su avance. Para ese momento el ejército blanco está desordenado, alejado de sus bases y, después de haber hecho desastres con los civiles, por completo desprestigiado. Sin embargo, de algún modo, en octubre del 19, Denikin tenía todo para ganar, más de 60 tanques, una brigada aérea pilotada por oficiales británicos, y ocupaba un territorio enorme y mucho más rico que Sovdepia con más de 40 millones de habitantes. Sin embargo los blancos no tenían mucho que ofrecer, los mismos viejos jerarcas zaristas de siempre, los mismos burócratas de siempre y la dictadura militar. El ejército blanco había crecido pero a partir de incorporar campesinos que no querían luchar, era como el ejército del gobierno provisional de 1917. El ejército blanco no pudo tomar Astrakhan en mayo-junio, y también fracasó en Ucrania, donde los polacos, en junio, expulsaron a los “nacionalistas” de Petliura, y, a su vez, Petliura luchaba contra los blancos en Kiev. Hemos hablado de la “Directiva Moscú” de julio del 19, establecía como objetivo la toma de la capital roja, pero Moscú era algo más que eso, era la respuesta a todos los problemas de los blancos. Una especie de pensamiento mágico.

Octubre 1919.
La caída de Orel puso a Lenin y sus muchachos en un estado de desesperación, al nivel de los días de abril-junio de 1918. Incluso en agosto una contraofensiva de Kolchak hizo pensar que los blancos de Siberia reabrirían el frente. Pero fue una ilusión pasajera. En septiembre el general Yudenich con 20 mil soldados atacó Petrogrado desde Estonia, en octubre, al mismo tiempo que Denikin alcanzaba sus mayores triunfos Yudenich tomó Gatchina a 50 Km. de Petrogrado. El 21-23 Trotsky defendió Petrogrado con éxito, el 3 de noviembre Yudenich evacuó Gatchina y el 13 su ejército terminó internado en Estonia. El Partido Comunista era, aunque parezca increíble, capaz de conseguir nuevas tropas para el frente, entre septiembre y noviembre 100 mil nuevos soldados se incorporaron a los ejércitos rojos del sur. En octubre Moscú mandó 14 mil nuevos reclutas. Los rojos reorganizaron sus tropas y promovieron a nuevos oficiales. Para mediados de octubre del 19 los rojos contaban con 160 mil soldados de infantería, 26 mil de caballería y 4500 ametralladoras. Si uno fabrica suficientes ametralladoras el triunfo llega solo. Los blancos contaban con 63 mil de infantería, 48 mil de caballería y 2300 metras. El 18 de agosto el general Mamontov, al frente de 9 mil cosacos a caballo, cruzó 200 km detrás de las líneas de los rojos en Tambov. A partir del ataque los bolches comprendieron la importancia de la caballería en la guerra. De ahí surge la consigna de Trotsky que nunca va a dejar de ser actual: “Proletarios, a los caballos!”. Un poco más seriamente, no fue que, en general, los obreros aprendieran, en un par de meses a ser eximios jinetes, sino que, los campesinos de las regiones cosacas, se sumaron a los rojos. La idea de los rojos era atacar directamente la provincia del Don, lo que se mostró en la práctica no ser una buena idea, era la tierra de los cosacos que la defenderían hasta el final, uno de los pocos lugares en el que los rojos jugaban de visitantes. Mientras los rojos se emperraban con el Don, los blancos aprovechaban la debilidad de Ucrania y avanzaban desde ahí. El 27 de septiembre los bolches dividieron sus ejércitos en dos grupos, el del sudeste para el lado de Tsaritsyn y el del sur en la cuenca del Don. A su vez los blancos estaban divididos en 4 grupos. En Kiev, es decir al occidente, un tal Dragomirov tenía 9 mil soldados, en el centro el, ya conocido, Mai-Maevsky con 20 mil veteranos del “Ejército Voluntario”, al este 15 mil cosacos del General Sidorin y en Tsaritsyn otros 15 mil al mando de Wrangel. Una de las sorpresas, bastante terribles, que se llevaron los blancos fue Nestor Makhno y su Ejército Insurgente, Makhno tomó ciudades y llegó a amenazar al cuartel general de los blancos. En ese momento lo razonable hubiese sido retroceder pero simplemente Denikin no podía hacer eso. Los blancos habían tomado Orel, el próximo objetivo era Tula, de hecho el principal arsenal de los rojos y la última ciudad importante antes de Moscú.

Una nueva pesadilla roja.
En la segunda mitad de octubre los bolcheviques contraatacaron en 2 puntos distintos, caballería ucraniana y fusileros letones atacaron Orel el día 20, los blancos de Mai-Maevsky retrocedieron en orden. El otro ataque se produjo cuando Budennyi, el cosaco rojo, desobedeció órdenes, y se enfrentó con la caballería blanca de Shkuro y Mamontov, los derrotó y liberó Voronezh el 24 de octubre. Si lo más importante de la historia humana es la revolución rusa, y lo más importante de la revolución rusa es la guerra civil, la batalla por Voronezh y su continuación, con la caída de un nudo ferroviario en un lugar llamado, iba a poner “La Mancha”, Kastornoe, el 15 de noviembre es el acontecimiento individual más importante de la historia del mundo. Por lo menos es el comienzo del fin de los blancos. En noviembre Denikin y Wrangel acusan a los cosacos del Kuban por las derrotas, el día 12 un ejército blanco se retiró del Volga, rodeó la capital Ekaterinodar y colgó a un jefe cosaco. El general Dragomirov evacuó Kiev el 2 de diciembre. El General Schilling se retiró a Odessa. Para principios de diciembre, Denikin, hace cambios en su estrategia, intenta concentrar sus fuerzas en el centro del frente. Para eso le quita el mando a Mai-Maevsky y le entrega el mando del Ejército Voluntario a Wrangel, este último un oficial de caballería. Wrangel ya no tiene generales capaces como Shkuro o Mamontov y la caballería cosaca se niega a enfrentarse con Budennyi. Ahora los cosacos dejan de ser una ventaja para ser una carga, los blancos están obligados a defender el territorio cosaco, el 24 de diciembre Denikin despide a Wrangel, en realidad el dictador blanco sospecha que Wrangel le quiere dar un golpe de estado. Para el 6 de enero de 1920, los rojos llegan al Mar Negro, los blancos quedan cortados en 2. Para mediados de enero Denikin cuenta con 81 mil soldados, 54 mil de los cuales están en la región del Don, todo lo conquistado en 1919 se ha perdido. Desde el 20 de octubre al 9 de enero los bolches han avanzado más de 700 km. están cansados y sufren una epidemia de tifus pero los blancos ya no son un peligro. En medio de la derrota Denikin intenta un, último, cambio de timón político, el parlamento de Denikin es abolido el 29 de diciembre es sucedido por un “gabinete de expertos”, esas bobadas con las que siempre insiste la derecha y que a nadie le importan. Siempre que los rojos se aproximaban a territorio cosaco, los cosacos redoblaban su determinación de luchar pero esta vez no. Habían pasado “cosas” entre el ejército voluntario, los blancos, y los cosacos, durante esos meses de 1919 los blancos les habían negado todo derecho a sus aliados cosacos, incluso muchos líderes cosacos habían partido al exilio o habían “desaparecido” misteriosamente, Lo único que buscan los cosacos es un chivo expiatorio, que resultó ser Denikin o cualquiera de los generales blancos, los cosacos del Don, estaban desesperados por librarse de la ocupación bolchevique, los cosacos del Kuban, habían dejado de creer en la victoria, votaron a un líder que era enemigo de Denikin. Y tenían a un socialdemócrata que quería crear una tercera fuerza entre los blanco y los rojos. El 18 de enero los del Don tuvieron mayoría en el parlamento cosaco y apoyaron a Denikin, aunque, ahora, el Ejército blanco era mayormente cosaco, los voluntarios estaban todos muertos.


La caída de los blancos.
El 29 de enero de 1920 Denikin preparó un discurso para el parlamento cosaco donde prometía Asamblea Constituyente, autonomía cosaca, derechos para los obreros e incluso tierra para los campesinos. El proyecto de Denikin fue aprobado el 4 de febrero. Y nadie le creyó. Uno de los que apareció en el nuevo gobierno Blanco fue Chaikovsky sobre el que ya hemos escrito cuando estaba en el norte de Rusia y a quien dábamos en París. Las últimas promesas de Denikin recuerdan a las promesas de los SR-mencheviques de Samara en 1918, tampoco a ellos les sirvió de mucho. Igual, para ese momento, los que mandaban eran los británicos. A comienzos de 1920 Denikin peleaba en 3 frentes, el este de Ucrania, la entrada a la península de Crimea y el Cáucaso Norte. Denikin quería retirarse a Crimea pero los ingleses y franceses se lo prohibieron, la caída de Odessa sería una catástrofe para la opinión pública. El comandante de Denikin, Schilling, dividió sus fuerzas. Los esfuerzos para movilizar colonos alemanes que vivían en la zona, fracasaron y bandas de ucranianos lo volvieron loco. Para fines de enero del 20, los blancos solo conservaban Odessa y sus alrededores. La evacuación improvisada resultó un desastre. Los rumanos no dejaron entrar a los blancos que tuvieron que seguir camino a Polonia donde fueron detenidos. El 7 de febrero los bolcheviques entraron en Odessa. Quedó el comandante Slashchev que tuvo más suerte y logró defender la entrada a Crimea, en parte con la ayuda de Makhno que, ahora, estaba contra los rojos. Quedaba la batalla en el Cáucaso Norte. Denikin contaba con casi 50 mil soldados en la zona, contra el 8vo, 9no y 10mo ejércitos rojos con más o menos la misma fuerza, en otro momento, los blancos, hubiesen tenido mucha ventaja. Los rojos cruzaron el río Don el 19 de enero pero tuvieron que retirarse. Para mediados de febrero los blancos todavía tuvieron ofensivas, el 20 de febrero Kutepov derrotó al 8avo ejército y tomó Rostov. Todavía el día 25 de febrero un tal Pavlov con lo que quedaba de la caballería cosaca derrotó a la caballería de Dumenko, fue en relación con el saqueo de Rostov, Dumenko fue al paredón y Pavlov fue, a su vez, vencido por los rojos. Estas victorias y otras similares tuvieron gran impacto en la opinión pública pero fueron las últimas. El día 12 de febrero los blancos se enteraron que Budennyi, con sus caballeros rojos, estaba en marcha hacia el cuartel general de los blancos Tikhoretskaia. Sserá de dios, que, los mejores soldados, la caballería de Denikin tuvo que cruzar la estepa, se encontraron con una ola de frío, acuérdense que es Rusia, muchachos, y los que sobrevivieron al frío quedaron fuera de combate. Si hace frío, hace frío para todos, uno se pregunta porque los rojos no fueron afectados. El día 23 Denikin tuvo que mudar su cuartel y abandonar Rostov.

Los verdes.
En los primeros días de 1920 en el Cáucaso Norte aparecieron bandas de partisanos, atacaron a los blancos y además de controlar las zonas rurales, se quedaron con abastecimiento vital. Se hacían llamar los verdes porque era el color de los movimientos campesinos. Muchos eran cosacos que escapaban del reclutamiento. El grupo de verdes más poderoso apareció en la provincia del Mar Negro en Sochi, un distrito donde los rusos étnicos eran la mitad de la población, a consecuencia de la guerra civil la crisis económica se los estaba llevando puestos. En 1918 el distrito estaba gobernado por los mencheviques de Georgia, había caído en manos de los blancos a principios de 1919. Al principio los armenios estaban a favor de Denikin. Los blancos, como hicieron en todas partes, se pusieron a todas las etnias en contra. Junto con los blancos reaparecían los “legítimos dueños” de la tierra para recuperarla. Había ingenuos que habían recibido su parcela del gobierno provisional y que se creían a salvo, pues no, a esos también les quitaron la tierra. Los que habían estado con los georgianos escaparon a las montañas, cuando intentaron reunirse los metieron en cana, los que escaparon iniciaron la guerrilla. En noviembre del 19 se reunieron en Georgia aunque el gobierno menchevique temía irritar a los ingleses y el congreso fue secreto, además rehusaron darles armas o asesores militares. La conferencia adoptó una línea antibolche y antiblanca y también anticiudades, un poco a la manera de Makhno, querían liberar el distrito antes de que llegaran los rojos. Nombraron como líder a un tal Filipovsky que había estado en Samara en el 18. Lograron reclutar un ejército, 2 mil soldados con 300 rifles. Los campesinos estaban con ellos, como estuvieron con Makhno o Emiliano Zapata. Eso frente a un ejército que cada vez tenía menos soldados. La insurrección de Sochi comenzó el 28 de enero de 1920. En castellano no tenemos una palabra para diferenciar el asombro que nos causan cosas terribles del asombro porque ha ocurrido algo maravilloso, el ejército blanco, con oficiales de verdad y tanques británicos, colapsó y los campesinos heredaron la tierra y muchas armas. El gobierno SR-campesino luchó para sobrevivir, intentó resolver las disputas étnicas, aliarse con los cosacos del Kuban y, en Georgia, se reunieron con el cuasi-virrey británico un tal Keyes, el general Keyes siguiendo la sabia orientación de los aliados intentó unir a los verdes con Denikin. Finalmente el gobierno verde se desintegró. Cuando los verdes capturaron la ciudad de Tuapse, los pro-bolcheviques crearon un soviet revolucionario, que otra cosa hacen los bolcheviques, después de todo, se llevaron todas las armas que pudieron y se adentraron temerariamente en el Kuban, en el Kuban los esperaba el general Shkuro con sus cosacos, una vez más, poco pudieron hacer las guardias rojas contra un ejército regular. Los verdes volvieron a las montañas. Los rojos derrotaron a Shkuro a fines de abril de 1920, muchos de estos cosacos terminaron detenidos. Los blancos podía ser derrotados por los verdes porque carecían de apoyo entre los campesinos a su vez los verdes no tenían idea de cómo gobernar, un poco a la manera de… Makhno.
Orlov es uno de esos personajes de la revolución, de la contrarrevolución en este caso, al que le hemos tomado cariño. Orlov organizó una serie de rebeliones entre los oficiales blancos en Crimea, su postura política era estar “a la derecha de los SR de izquierda y a la izquierda de los SR de derecha”. El 4 de febrero los rebeldes de Orlov se apoderaron de Simferopol en nombre de los líderes blancos, duró 2 días y escapó llevándose el tesoro de la ciudad, el 19 capturó Yalta y se proclamó favorable a Wrangel, ese tal Slashchev envió tropas confiables y Orlov se rindió, fue enviado, junto con sus tropas, de nuevo al frente, el 20 de marzo se amotinó de nuevo, esta vez los cagaron a balazos, Orlov escapó.

El largo adiós de Denikin.
En un par de libros casi ni se lo menciona pero a partir de las derrotas de noviembre del 19 y febrero del 20, empieza a crecer la leyenda, diríamos, del Barón Pyotr Wrangel. Wrangel media 2 mts de estatura, tenía carisma e, incluso, tenía un cierto programa político, digamos que era el populista de los blancos. Ya antes de las derrotas Wrangel andaba por ahí cuestionando, o algo más, a Denikin, el caso es que no sabemos si las críticas del “Barón negro” como le decían, eran justificadas, lo importante era que, a diferencia, de casi todos los otros generales blancos, Wrangel era de la nobleza, por cierto, por fin un blanco que, de verdad, es un oligarca, estamos podridos de los pequeño burgueses del orto que joden al pueblo del cual provienen. Ya en diciembre del 19, cuando era sabido que estaba conspirando, Wrangel recibió el encargo de crear una fuerza de caballería en el Kuban, en vez de eso, se dedicó a la intriga en Novorossisk. Fue nombrado jefe de la región de Odessa, cargó que nunca asumió porque los rojos llegaron antes. Para el 21 Denikin “renunció” a Wrangel. Wrangel dejó una carta de despedida llena de insultos contra Denikin. La carta se difundió por todas partes. Para ese momento los rojos avanzaban casi sin oposición, ya estaban en el Kuban, les quedaba el último puerto en Novorossisk, ahí se daba cita todo el “país blanco”, terratenientes, políticos y boludos que habían estado con los blancos porque estaban seguros de que iban a ganar. Los voluntarios y los cosacos se cagaron a tiros para subir a los pocos botes que quedaban. El 24 de marzo los ingleses dijeron que podían llevarse solamente 6 mil soldados, pero prometieron llevarse más si los blancos resistían. Los últimos 2 días 25-26 de marzo fueron catastróficos. Los voluntarios embarcaron con armas mientras los cosacos dejaron todo su equipo. Los rojos capturaron 22 mil blancos. Denikin, cada vez con menos poder, estableció sus cuarteles en Crimea, contaba con 10 mil cosacos, 25 mil voluntarios y 5 mil que estaban en Perekov, 100 cañones y 500 ametralladoras. Los bolches no los fueron a buscar y se perdieron la oportunidad de terminar la guerra civil. Denikin depuso al “gabinete de expertos” y redujo su estado mayor. El 2 de abril dispuso reunir a los generales blancos para elegir un nuevo comandante. Muchos se opusieron a elegir, un verdadero comandante blanco se impone por la fuerza. A fin de cuentas el único candidato era Wrangel. El mismo día Denikin, junto con un general inglés y un tal Romanovsky que era su mano derecha huyó a Constantinopla. Muchos generales blancos la ligaron estando en el exilio, a Romanovsky lo mataron, aparentemente uno de sus propios oficiales, en Constantinopla. En muchos casos la ligaron por su participación activa en los pogroms antisemita de 1919, de eso también vamos a hablar en capítulos futuros. En el caso de Denikin o el tipo estaba muy bien protegido o a nadie le importó. Los soldados de Denikin cometieron incontables e inenarrables masacres pero no fueron por orden directa del dictador. Mucho se especula, hay que llenar los libros con algo, sobre los errores de Denikin, especialmente la idea de julio de 1919 de atacar en todos los frentes e ir hacia Moscú ¿Les hubiera ido mejor a los blancos si en vez de atacar con todo, se conformaban con menos territorio y trataban de hacerse fuertes ahí? Denikin vivió en Francia y después de la guerra mundial se fue a vivir a los States, murió en 1947.


100 años no son nada.


1.Con el Zar estábamos de fiesta, estábamos.
2.Los 4 zurditos de siempre.
3.El ascenso revolucionario.
4.La revolución en el descenso.
5.El país oscuro.
6.El retorno.
7.La guerra es el mejor negocio, 1914.
8.La retirada interminable
1917
9.La revolución de febrero
10.Lo que dejó la revolución de febrero.
11.Lenin, el mismo, en Rusia.
12.La renuncia del ministro liberal
13.La gran ofensiva desastrosa
14.Semi insurrección semi bolchevique
15.El golpe de estado
16.Infiltración bolchevique
17.El Comité Militar Revolucionario contraataca
18.Del palacio de invierno al congreso de los soviets
19.El 25 de octubre
20.El nuevo gobierno
21.La batalla de Moscú
22.La despedida de Kerenski y la derecha SR
23.El poder a los soviets
24.La elección de la constituyente
1918
25.El fin de la constituyente
26.Se proclama la República Socialista
27.La paz infame
28.Contra en el sur round 1
29.Ucrania, Finlandia y el Caúcaso.
30.Cosacos al ataque
31.Los Checos, los SR y Samara
32.Sovdepia!
33.El denso verano de 1918
34.El Terror Rojo ¡Uy! ¡qué miedo!
35.Interludio Alemán.
36.El golpe de Kolchak.
37.Kolchak se despide.
38.Makhno, la guerrilla anarquista
39.El final de Makhno.
40.Siberia antes de 1919.
41.La contrarrevolución levanta la cabeza.
1919
42.El 5to ejército rojo en Omsk!
43.De regreso a la URSS.
44.Un inglés en Moscú. 1919.
45.La segunda parte del reportaje del inglés.
46.El soviet de Hungría.
47.Los franceses en Odessa y Crimea.
48.La invasión blanca 1919.
49.Soviet e Imperio.

La verdad (histórica) nos hará libres.

4 comentarios:

  1. "Si hace frío, hace frío para todos, uno se pregunta porque los rojos no fueron afectados." -> A unos los agarró a la intemperie y a otros en bien caldeados acantonamientos. Volvería a ocurrir en los inviernos de 1941, 1942 y 1943. Pero esa es otra historia (que espero leer en este blog cuando se empiecen a cumplir los cien años).

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  2. "Los campesinos estaban con ellos, como estuvieron con Makhno o Emiliano Zapata." -> O con José Tomás Boves, ¿lo conoce al León de los Llanos?

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