cris

cris
Con Cristina.

jueves, 24 de octubre de 2019

¡Chicos! ¡Volvió la morsa! ¡Aparecieron los cuadernos quemados!

Estaba a punto de escribir todo lo contrario, me llamaba la atención que no apareciera la “bala de plata” que le permitiera a Macri reelegir. Para colmo la campaña venía bastante anodina y previsible. El peronismo no puede decir lo que se viene, porque si bien ya ganó, siempre se perderían algunos votos cuando anuncien, no sé, que no va a venir, seguramente nunca más, guita del fondo, que se viene un default más o menos total, que el dólar se va a las nubes, para no volver en varios años, que va a haber control de precios durante un año o, quien sabe, más y que el pacto social va a llevar al congelamiento de los sueldos más altos y movidas así.

Entonces uno se preguntaba ¿Vamos a tener una elección sin la morsa? Parecía ser así porque hemos perdido en combate al principal “periodista de investigación” el compañero Larrata.

Parecía que sin Larrata, vaya paradoja zoológica, no hay la morsa.

Pero hay operadores empeñados en superar todos los límites y hacer que Larrata parezca un tipo serio.

Por las dudas, la memoria de los criollos, a veces, es sorprendente frágil, aclaremos que la morsa era Aníbal Fernández que mató a no sé cuántos colombianos creo que eran, en una emboscada en no-se-bien-donde por la efedrina, que carajo será la efedrina por cierto, que parece ser una falopa terrible. No se rían porque esa estupidez le sirvió a la Sra. Vidal para ganar la elección y dejar a la provincia con una deuda gigantesca y, en general, hecha mierda, en ese sentido es una pena que la Sra. Vidal, que ha sabido ganarse nuestro cariño, se vaya así, tranquila, en paz y casi, casi, dando lástima.

En un universo regido por un dios justo, Vidal se hubiera retirado linchada por un batallón de presidiarios.

Mientras la ex gobernadora se va a su casa, un lugarcito que suponemos muy cómodo, y a ir armando su próxima campaña, las víctimas de Vidal permanecen en la hambruna, bajo el agua, con cada vez menos escuelas y hospitales nuevos cerrados. Pero no me hagan caso, uno es un zurdo resentido.

Toda esa catarata de excremento le cayó a la gente porque la engañaron al votar, Larrata les vendió a la morsa, yo esperaba sinceramente que volvieran a hacer, a hacernos, algo como eso. Esperaba fotos comprometedoras de Alberto con Khadafi, con el norcoreano que no se cómo se llama, con Justin Trudeau o con el perro Dylan.

Pero la ausencia de Larrata se siente. Larrata te hubiera armado un caso de, ponganle, películas porno, tráfico de esclavos, niños guerreros del África o, por lo menos, un romance con una de las bailarinas de Tinelli. Larrata te hubiera llamado testigos, tipos que hablaran con una cara borrosa, tipos escondidos en Nueva York, por lo menos. Larrata te hubiera armado flor de discurso engañándote y llamándote boludo. Y Stornelli hubiese seguido la pesquiza, semiplena prueba y Bonadio le hubiera allanado el derpa, le hubiera encontrado números de Play Boy de 1979 y le hubiera dejado la casa contaminada con veneno. A ver si es tan vivo.

Pero no, en vez de ese espectáculo magnífico, que tuvo en vilo al país, los reportajes esos a los delincuentes que dijeron cualquier boludez y después, por supuesto, se desdijeron, en lo que es una inmensa, casi inenarrable fantochada, con 30 puntos de rating, que culta, que inteligente, que es la clase media, de paso, en vez de eso, tenemos unos presuntos cuadernos.

Un asunto que ya se cayó, porque esperaban a Cristina y les apareció Techint, porque 4 tipos desde el único canal opositor los pusieron en ridículo, que fotocopia, ni que mierda.

El original es más triste que la fotocopia.

Y, en un servicio exclusivo, les voy a decir porque todo el asunto va a desaparecer de la vista y nunca más volver, porque a los mercenarios y sicóticos que acompañaron a la dictadura les conviene, les recontra conviene, el olvido. Que estos años de miseria y vergüenza pasen como si nunca hubieran sucedido.

En el 2015, el disparate funcionó porque el pueblo tenía la panza llena, cualquiera cree cualquier boludez si piensa que no tiene importancia, la clase media estaba convencida de que le iba bien porque hacían no sé qué esfuerzo y porque eran muy inteligentes, pero, cuando ganas cada vez menos, no crees más en nada.

Las marchas macristas tienen un poco de eso, esperaban a los jóvenes liberales emprendedores y aparecieron los viejos fachos en pañales.

Por otra parte ¿Qué cazzo es eso de los cuadernos? Un tipo que no es nadie anotó no se sabe qué cosa, entonces otros nabos, también de cuarta, se declaran arrepentidos y Storzionelli, con D'alesio y Bonadio, aprovechan para sacarles plata a empresarios que nunca queda claro que le pagaron a quien, y los pajaritos de siempre van con prisión preventiva eterna mientras los pajarotes se van a su casa. Y pasan meses y años y nunca hay juicio, nunca aparece la guita y nunca nada queda claro. Y los casos pululan y hay cientos, miles de acusados, de no se sabe bien qué.

Volvé pronto Larrata, al final eras un capo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Piensa mal y acertarás