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Con Cristina.

sábado, 18 de mayo de 2019

Perón 1972 encuentra a Cristina 2019.

Primero quiero aclarar que esto es un juego mental, de la memoria si se quiere, el mundo de hoy tiene poco y nada que ver con el de 1972, aunque el país, desgraciadamente, se le parezca bastante. Por otra parte es cierto que los viejos solemos pensar que el presente es alguna clase de repetición del pasado, no es cierto, pero siempre hay algunos detalles, algo en el paisaje, o, más llanamente, algo divertido en las comparaciones o lo que sea por el estilo.

El país de 1972 estaba bastante entero, comparado con lo que han sido estos últimos años de dictadura, aquellas dictaduras eran más constructivas, era, probablemente, una etapa del imperialismo en la que era necesario construir para poder llevarse la riqueza, tal vez hubiera sectores preocupados con que, un país como este, tuviera un mercado interno aunque fuera más o menos paupérrimo, lo de ahora es más bien táctica de tierra arrasada, la Argentina es como una república bananera sin bananas, tal vez una especie de reserva ecológica, quien sabe.

Perón había gobernado muchos años antes del 72, en 17 años había habido grandes cambios tecnológicos, una generación había crecido sin un encuentro directo con el líder, piensen que la imagen y los discursos de Perón habían estado prohibidos o al menos fuertemente ocultados durante los 17 años.

A Cristina no le pasa eso, 3 años no son nada, aunque es cierto que el mundo, sobretodo nuestra región latinoamericana, han cambiado, y no para bien. Cuando venía Perón, para cuando el primer regreso, en noviembre 72 creo que fue, se hablaba de un “cerco imperialista”, en realidad se empezó a hablar de eso, creo, a partir del golpe de Pinochet, de cualquier manera Brasil tenía una dictadura y Uruguay por ahí andaba, no sé si tenían a un tal Pacheco y por esos días del 72-73 votaron a ese tal Bordaberry, en fin nada que se parezca a la Latinoamérica progresista de principios de este siglo. De alguna manera estamos en eso de nuevo.

Ojo que Perón lo veía y hablaba de eso. Lo que no obsta para que el viejo, le decíamos así, tuviera un ala derecha en el peronismo, que, hoy en día, sería Barrionuevo y Pichetto, Perón tenía, a falta de una, varias alas derechas, estaba Rucci, Rucci se había solidarizado con los camioneros chilenos en una huelga famosa que le hicieron al gobierno de Allende, Rucci contaba con una guardia bastante numerosa que se especializaba en hostigar a la izquierda, no me consta que fuera la triple A o algo por el estilo, en mi época decíamos que esa militancia, supuestamente peronista, nunca había movido un dedo contra la dictadura, no es raro que nos alegráramos cuando lo cagaron a tiros al chabón. En última y pragmática instancia las dictaduras de los 60-70 no lograron llevar a los vandoristas a posturas progres.

En el sindicalismo, me niego a usar la expresión “movimiento obrero”, el balance ha cambiado, los sindicatos de servicios son más fuertes ahora. Perón tenía el apoyo de la cúpula pero de ahí para abajo habría que ver, sindicatos combativos ligados a la producción eran muy fuertes en esa época, fueron el blanco predilecto de la represión ya en 74-75.

En los tiempos del primer Perón los sindicatos estaban encolumnados detrás de él, pero muchos tienden a olvidar a los sindicatos combativos, pienso en ferrocarriles y el de la carne, que estaban con el PC y que tenían frecuentes encontronazos con el General.

Si no exageramos, hay similitudes con los sindicatos de servicios que tuvieron sus conflictos con Cristina.

Cristina parecía tenerla complicada cuando gobernaba, ahora hay un sector, se hace llamar CGT pero es una parte de la CGT, la más burocrática. En ese sentido es como que el balance se ha invertido. A Perón en el 72 lo seguía más el ala derecha, a Cristina el ala progre.

Todo esto viene a propósito de la mención, en la presentación del libro de Cristina, de Gelbard. La Sra. Debe recordar tan bien como yo, seguramente mucho mejor, al antiguo ministro de economía de Perón, y del Pacto Social. Ese pacto era anatema para los izquierdistas. El problema con el pacto era que el pacto era el capitalismo, versión peronista, ustedes saben 50 y 50. La fobia con esas ideas venía del triunfo de la revolución cubana, ustedes saben, o se imaginan, lo que decíamos, si Fidel y el Che con 4 campesinos y el apoyo, aunque sea tímido, del soviet, pudieron establecer un gobierno socialista que se bancó los ataques de los yanquis ¿Por qué no se puede hacer acá? Eso mismo pensaron en el resto de Latinoamérica.

Hay cosas que la gente más joven no sabe pero a las que los viejos militantes de los 70 volvemos a una y otra vez. En algún momento de aquel 72 principios del 73, Perón se reunió con los dirigentes de la JP y les ofreció ¼ de todo, de los senadores, diputados, gobernadores y lo que sea, Perón pensaba gobernar “con los viejos” y dejar que “los pibes” se curtieran en el poder, los cumpas de la JP no quisieron saber nada, los vandoristas querían al peronismo sin Perón, la JP quería a Perón sin el peronismo.

La verdad es que Perón tenía un discurso conciliador, pensaba que, en cuanto bajara del avión, habría acuerdo con la JP, los vandoristas y el PJ tradicional, el plan del viejo era establecer un “capitalismo de estado”, en aquella época condenábamos eso como la peor herejía, a esta altura yo creo que ni siquiera estábamos bien parados en la teoría.

En ninguna parte vi que los revolucionarios nos dijeran que aliarte, incluso ir al pie, de la burguesía, en un país del 3er mundo, para enfrentarte con el imperialismo, estuviera mal. El PC, ya sé que era un partido de mierda y todo eso pero era el partido principal de la izquierda no peronista, lo entendía, no porque fueran tan vivos, porque era evidente.

Perón tenía varias contras que Cristina no tiene, una de ellas éramos nosotros, la izquierda revolucionaria, le atacábamos los cuarteles cuando Perón ya era presidente, la otra es el entorno, salvo que Alberto Fernández sea López Rega y que esté usando un anillo mágico onda Harry Potter, es un chiste para setentistas, López Rega era una especie de mago. La otra contra de Perón era su propia condición física, todavía hablaba y pensaba bien pero era una anciano.

Recuerdo cuando los gringos, allá en los países gringos, me preguntaban por el peronismo, para joderlos les explicaba que el peronismo era tan popular a causa de la marcha peronista, la música, eufórica pero nostálgica, era el mayor hit jamás creado. El peronismo tenía íconos, figuras, Perón era un poco Robin Hood gauchesco, un poco figura paternal, en esos primeros años de la década del 70 tenía un discurso, en realidad suponíamos que tenía un discurso claramente a la izquierda, los maoístas lo consideraban un Mao, la derecha peronista un caudillo conservador: un Franco herbívoro, algunos de los aspectos más irritantes del peronismo como los discursos incendiarios de Evita o los incendios reales a las iglesias habían quedado en el olvido.

En cierto sentido, no hay nada que haya cambiado tanto como los medios, eso es cierto si uno es, como decirlo, un sujeto activo de la información, a mí me ha pasado de destrozar en una discusión a algún gorila usando el google, nos enteramos de un montón de cosas que antes permanecían ocultas pero si tenemos tiempo, recursos para eso e interés, si no es así, mucha gente no está pendiente de lo que pasa en política y se informa, mejor dicho, la informan desde los mismos medios de siempre. No sé si el resultado no es parecido al que teníamos en la década del 60 cuando les enchufaban la propaganda gorila, tenía 2 niveles, una era que “se robaron todo” con los lingotes y la cañonera paraguaya, el otro era el de la infamia, Perón se la tragaba o armaba orgias con niñitas, no vayan a creer, las 2 cosas le pegaban a la clase media, bastante parecido a lo de ahora.

El liderazgo de Perón era tan grande que, de no haber sido traicionado por la biología, hubiese podido salirse con la suya, quien saben, el mundo de hoy, no solamente el país, sería distinto, habría que ver si Cristina llega a tanto. Perón era un líder burgués con un acompañamiento enorme entre los más pobres, Cristina es una líder menos burguesa pero con un acompañamiento no tan proletario. El otro aspecto es la descendencia, Cristina tiene hijos, puede pasar que el liderazgo pase de padres a hijos, eso está muy mal visto entre nosotros los izquierdistas que creemos en el gobierno de una asamblea racional de delegados sin presidente, ni primer ministro y en la autogestión, salvo que el izquierdista sea coreano. Pero, podría haber pasado, si Perón hubiese tenido un descendiente directo que hubiese estado al lado de él, a lo mejor…

Quiero recordarles a los lectores que los que, vaya uno saber si son estructuralistas y movidas así, no reconocen conductores y liderazgos, muchas veces, terminan por votar a los mismos dirigentes año tras año, un poco como los amigos alemanes que denuncian enérgicamente a los populistas latinoamericanos que se obstinan en reelegir a gobernantes que, los teutones, consideran indeseables mientras estos reeligen, por décadas, a su primer ministro, que, por supuesto no es lo mismo, no, que va ser.

Porque digo que Cristina es una líder menos derechista que Perón, no me refiero, obviamente, a la economía, me refiero a las posturas progres en los cultural, social y etcétera. Perón aprobó una ley de divorcio, creo que fue en el 54, pero cuando volvió en el 73 ni se le pasó por la cabeza, por cierto que dejo eso para los peronólogos de la blogósfera, como fue que, en medio de las dictaduras, el PJ adquirió un perfil conservador.

Se dice que Perón fue proscripto en el 73, no es exactamente así, había una fecha límite, una argucia gorila del régimen: los candidatos tenían que estar en el país antes del 25 de mayo del 72, Perón hubiera podido regresar y ser candidato de movida, en vez de Cámpora, da la impresión de que Perón no quería volver a la presidencia, es posible que su condición física deteriorada influyera en eso, lo que forzó la renuncia de Cámpora y la llegada a la presidencia fue la creciente guerra entre la derecha peronista y la JP.

El régimen de Cristina fue muy moderado, liberal en lo social y distintas cuestiones de derechos de minorías, suavemente keynesiano y redistribucionista en lo económico. Tenía todos los defectos excepto que funcionaba.

Excepto que estaba afuera del control del imperialismo.

En el 72, con Perón, sobrevolaba la misma duda, ya sabemos que lo hizo ¿Puede volver a hacerlo?

1 comentario:

  1. Si podemos pensar aquellos años 70, en realidad empezamos admitiendo una edad que, no tan casualmente, es la edad del llamado núcleo duro de la porquería amarilla. Las dictaduras nunca estuvieron solas, aunque quizás ahora la intermediación militar parezca progre si la comparamos con el ejercicio del poder por parte de los dueños del país, civilachos todos y carentes de cualquier atisbo de nacionalismo, lannusse hoy sería el Che, comparado con el subvirrey de la vacación, mire lo que le digo.
    El Perón del 73, si tuvo algo parecido a un "hijo", ése fue NK, que rescató del basurero menemista/radical a un peronismo esencial y despojado de muchos de los aspectos irritantes del original, pero claro, demasiado progre para esa derecha "propia" que tan cómoda se sentía con el lopecito rega, el turco o con onganía y transitando la embajada. Éso entonces no se notaba o no se notaba tanto.
    De los planteos de Perón y de CFK, podemos encontrar las diferencias, que también dependerán de nuestros propios gustos y/o convicciones, pero es casi obvio que si algo los iguala es la escasa comprensión de sus contemporáneos - sólo basta ver la pelotudez de tanto debate, frente a un desastre msyúsculo como el actual y el no-aprendizaje de experiencias previas tan nefastas como sufridas, ahora nos alegra que CFK haya hecho una jugada, propia de la estadista que es pero prendida con alfileres por, el pecado original de ser mina, inteligente y aún demasiado progre, que prefiere entrar a la Historia y no tanta comodidad.

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