cris

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Con Cristina.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Donde escribimos un cuento, totalmente imaginario, con la vida cotidiana de la parte sana de la población en Argentina en el año 2012.

Hay muchas cosas que pueden matar a la gente. Hay tipos que la quedan en alguna sobredosis de algo. Y tipos que se ponen el auto de sombrero.

El gato grande, creo que es un nombre que le queda bien, es grande, debe tener fácilmente 50 kilos de sobrepeso, pensaba exagerar y poner 100 pero es innecesario, por encima de los 20-30 kilos la obesidad se llama mórbida, como en morboso, como en la muerte.

El gato grande podría ir a algún lado y hacerse tratar, pero hay algo en ir a un médico, mejor dicho, hay algo en aceptar que tiene un problema grave, un problema que lo está matando, que lo supera. El gato grande es superado por muchas cosas. En el primer mundo la idea de "clase media" lleva implícita un nivel alto de escolaridad, apenas matizada con la idea de ser autodidacta. Si el gato grande es autodidacta…bueno, no se ha tomado mucho trabajo.

Gato Grande usa frases de menos de 6 palabras, es posible que Gato Grande sea más desarrollado en sus facultades de lo que parece y que no pueda salir de su laconismo simplemente porque se agita y le falta el aire si habla de corrido.

Gato Grande tiene un taller mecánico, es el dueño, se sienta, cosa que, repetimos, lo está matando, y espera que sus empleados hagan lo que tienen que hacer. Gato Grande tiene un contador que le tapa los agujeros, de cualquier modo haber elegido bien al contador no deja de ser un mérito.

Gato Grande es buena gente, mejor dicho podría pasar por buena gente si fuera capaz de callarse la boca cuando se habla de inmigrantes. Gato Grande se pone furioso contra esos bolivianos/coreanos/chinos varios que vienen y son sucios e ignorantes. Gato Grande cree que los inmigrantes son más brutos que él mismo cosa que, se sabe, es cuestionable.

Gato Chico lleva varios choques más o menos graves. Hasta el punto que las leyes lo consideran un discapacitado. Gato Chico nos cuenta que tiene beneficios como que no le cobran multas de tránsito y creo que tampoco los peajes. Gato Chico nos cuenta de sus triunfos como discapacitado guiñándonos un ojo, nos muestra lo vivo que es, él cree que tener un riñón de menos y el bazo y no se que más, no lo convierte, de veras, en un discapacitado. Es como si creyera que él está bárbaro, nos va a enterrar a todos.

Gato Chico no va a enterrar a nadie, pero ya enterró a su familia. Tiene un hijo que, en mi osadía de ser el que escribe, está chapa terminal, el pibe tiene millones de kilos de sobrepeso igual que Gato Grande. Es un tipo de locura agreta donde el pibe repite frases sin sentido.

Gato Chico es notoriamente más despierto que su colega grande, el Gato Chico busca la compañía del Grande para poder aparecer más inteligente que alguien. Gato Chico es poco menos que millonario pero no vayas a la casa porque te sirve vino barato, y Gato Chico, te lo juro, dice que no se nota la diferencia. Peor que ser amarrete es querer justificarse.

La mujer de Gato Chico se pasa el día en feisbuc empastillada haciendo vaya uno a saber que, Gato Chico la manda a atender el boliche, un sueldo menos es un sueldo menos. Según parece, a Gato Chico el hijo hecho mierda que tiene y la mujer hecha mierda que tiene no le importan.

Yo debo ser un tarado porque a mi todo eso me da miedo, me da ganas de llorar.

Por esas cosas de la vida tuve que volver a entrar para buscar algo. Gato Chico y Grande estaban sentados en un par de sillones en lo oscuro. La muchacha que aparecía en la televisión, uno se pregunta si esos pobres pibes, más bien grandulones, son periodistas o que, la piba tenía problemas de dicción y contestaba preguntas con monosílabos.

Lanata trataba de ponerle onda, parecía una especie de campo de golf con ese saco verde.

Ese Polino que figura tanto últimamente ¿No es el mismo que hizo pelota al Hogar Obrero no?

Y por cierto que los socialistas que hundieron al Hogar Obrero parece que son unos administradores bárbaros, mejores que la caja de jubilación de Don Gato.

Me llamaron para hacer una peli de terror, resultó que torturaban a un perro. "¿Qué clase de basura es está?", les dije y me volví a mi cucha.

rr

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