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Con Cristina.

viernes, 2 de julio de 2010

De ratas, jubilados y uno que es un sabio.

Aunque los jubilados están mejor que en los tiempos de las ratas (M*em y los otros roedores) aun así siguen estando mal.

Calculo a grosso modo que la jubilación mínima pasó de 150 a 200 dólares desde el 2001 hasta ahora.



No jodamos 200 dólares siguen siendo chirolas.


Lo importante es que cualquier proyecto que disponga el manejo de esas cantidades de guita debe aclarar necesariamente las fuentes de financiación, sino no es un proyecto ni es nada.


Es triste pensar que tipos que sacan proyectos así, que ilusionan a los jubilados, no tiran una idea de cómo financiarlo ni que les peguen.


Esos hijos de puta piantavotos se ríen de nuestra gente.


Cuando gobernaba la gran rata los jubilados se murieron reclamando y no pasó nada. Salarios y jubilaciones congelados durante 10 años.


Me parece que, otra vez, la oposición se tiende su propia cama. Primero fue con la Asignación Universal, el gobierno tomó la idea, le quitó la parte pelotuda, excluyó a la clase media que no precisa de ningún subsidio y se las rebuscó para financiarlo.
Eso tiene que volver a pasar.
Me puse a hacer cálculos, no confió en las cifras de nadie, no sea cosa de que me vendan gato por liebre. Calculé que tenemos 5 millones de jubilados con un 75% que gana la mínima. Calculé que el aumento tenía que ser de 400 mangos por mes por año. La multiplicación me dio 3150 millones de dólares. Que deberían ser cerca de 4000 millones puesto que a los jubilados que andan “cerca” de la mínima también hay que aumentarles. No me parece que sea tanta pero tanta guita, el PBI argentino anda por los 300 mil millones de verdes, de modo que la guita para los abuelos es cerca del 1,3 %.
También se puede pijotear un poco y dejar la cifra en el 1% de PBI.
Un viejo amigo suele decir en estos casos (perdón por la grosería): “de algún culo va a salir sangre”.
Hay motivos razonables para no hacer una suba de aportes patronales, sabemos que Cavallo los bajó y que eso no estuvo bien pero tampoco se puede joder a las pymes y no tan pymes que están invirtiendo y cosas por el estilo. Pero se podría hacer una lista de las 100 empresas que más facturan y aumentarles los aportes. Que tengan que poner mil millones que vienen a ser 10 palos verdes por empresa por año, de eso no se muere nadie.. Controlar a 100 empresas las controlo yo con un par de mis amigos que no hacen nada en todo el día (y no son jubilados).
Otros mil palitos pueden salir de la ley que impulsa Heller contra la bicicleta, esos la levantan en pala y mil palos más o menos no les cambia la vida, pueden seguir pedaleando sin problemas y hasta es posible que se sientan mejor aportando un vuelto.
Los mil palos restantes pueden surgir de achicar el superavit o ¿Por qué no? De subir las retenciones a los amigazos sojeros que de seguro no se van a oponer.
Estas son ideas un poquitin ridículas de un tipo que no sabe nada, solamente son ejemplos que se me ocurren.


El consejo, aunque yo consejos no doy, que les daría a los pingüinos es primero: vetar cualquier tipo de gilada que no aclare las fuentes de financiación, segundo: armar un proyecto que incluya las fuentes que no me parece que puedan ser muy distintas de las que se me ocurrieron a mi porque, más o menos, está todo inventado. Tercero: mandar el proyecto al parlamento y esperar, tranquilamente, a que lo voten. Adivino no soy pero apuesto que, si eso ocurre, la oposición vota en contra.


Boludeces si pero proyectos serios no quieren.


 


Vi el partido de a ratos, más o menos para los minutos después del gol me preguntaron contra quien jugaba Brasil y les respondí que contra Patolandia. Me llamó la atención lo nerviosos, al borde del pánico, que estaban los brasileros, rarísimo en un partido que iban ganando contra un rival que no llegaba a menos de 40 metros del arco.

Se suponía que los brasileros eran el equipo contra el cual si te equivocabas, perdías sin remedio. Los patolandeses se limitaron a insistir, a no regalarse y poco más. Los brasileros cometieron un error casi de aficionados, puede ser que el defensor no oyera el grito del arquero pero igual, Julio Cesar, le erró. Aún así, después del insólito empate, el partido era de Brasil pero algo les pasó. A la primera contrariedad, algo a lo que no estaban acostumbrados, el equipo se derrumbó. No me cae bien escuchar que medio país festejó la victoria patolandesa, excepto aquellos que si tienen sangre o, tengo amigos en esas condiciones, estuvieron exilados en patolandia, aunque reconozco que era difícil sentir simpatía, no digo ya hacerse hincha, de este equipo mezquino, tristón y agreta que presentaron los brasileros. Jugar con rabia nos va a los argentinos, ir levantar el puño y gritarle el gol, furioso, a la hinchada contraria ese es nuestro karma. A Brasil, en cambio, le ha ido bien, al menos desde el punto de vista del juego, con más baile y con más risa.
Lo de Uruguay resultó dramático y divertido, me encantó, en particular el penal delirante de Abreu.
Va foto de Angela Merkel, si eso no los mufa a los alemanes entonces es que no se nada de Voodoo.

3 comentarios:

  1. Yo, que no se un pomo, no veo tan descabelladas tus ideas. Esa de hacer sangrar a las 100 empresas que más facturan me parece buena.
    Pero ahí si agarrate.

    Saludos.

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  2. Es buena pero van a atacar en la corte con la igualdad y otras sarasas.

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  3. Hay 100 grandes empresas changuito?

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