Es posible que los jóvenes, a veces es una suerte serlo, no recuerden bien quien era Fito Paez. Es el creador de uno de los discos más vendidos de todos los tiempos en argentina. ¿Cómo se llamaba? ¿El amor…? ¿Algo así? No importa.
El maestro Dolina decía que la música lo era porque era más que un sonido, era una intención. Desde ese punto de vista, no se puede afirmar que las canciones de Fito fueran, de verdad, música. Eran nada más que una serie de ruidos que ni siquiera servían para bailar. Además la voz de Fito era inolvidable, como la mía en sus peores momentos más o menos.
Si solamente fuera por los daños al sistema auditivo de algunos jóvenes de principios de los 90, no habría mucho que recriminarle a Fito. Yo solía bromear con los amigos llamando a los adeptos al cantor rosarino como "fitozoos". En parte animales y en parte vegetales.
Lo notable de Fito era su carácter de criatura del marketing. No se si el mismo o algunos empresarios vivillos le habían armado una personalidad. Fito tenía 30 años pero era un adolescente romántico. Era millonario pero le mandaba cartas al finado Neustad autodenominándose comunista. Apolítico pero tocó en la Habana en el aniversario de la revolución. Era drogón pero también un chico de familia. Rockero pero sensible.
También le jugaba a favor su dicción estilo Macri que impedía entender de qué carajo estaba hablando.
Fito era nuestro Napoleón del marketing.
Pasó el tiempo y envejeció sin crecer como Michael Jackson. Sus discos fueron reemplazados con rock barrial o, dios no lo permita, con cumbia tropical. Su éxito arrollador quedó en la historia.
La última vez que oí sobre Fito fue en un artículo de la revista Viva del Clarín que, esto lo juro por lo más sagrado, leí en un consultorio médico. Me llamó la atención cuando decía que el régimen de Cuba le parecía monstruoso. Ahí me pareció que, salvo que se opere para convertirse en negro, su carrera había llegado a su fin.
En mi humilde opinión cometió un crimen de lesa "progre-gorilismo". Los progres-gorila son como un espejo sucio de la mentalidad del primer mundo. Es bueno que sepan que en el primer mundo nadie dice: "primer mundo", ellos dicen "países industrializados". El partido socialista de Francia propicia las 35 horas para los obreros franceses y la tiranía del ajuste para nosotros, no porque sean unos racistas fachos de mierda sino porque, ellos, están industrializados y nosotros vivimos de juntar bananas de los árboles.
Los progres-gorila avalan a cualquier régimen populista en cualquier país del mundo excepto en argentina. Vituperar al régimen cubano es para los gorilas a secas, para los progres-gorila Fidel es un ídolo y nada mejor que el socialismo. El único obstáculo para alcanzar la república socialista soviética son los K.
Eso debió haber dicho Fito Paez que, el régimen cubano es maravilloso pero que los pingüinos están fundiendo al país.
Es una pena.
Aunque, pensándolo, no se si la carrera de Fito terminó ahora puede ir a cantar a sus anchas a Miami, es un lugar donde se lo merecen.
El maestro Dolina decía que la música lo era porque era más que un sonido, era una intención. Desde ese punto de vista, no se puede afirmar que las canciones de Fito fueran, de verdad, música. Eran nada más que una serie de ruidos que ni siquiera servían para bailar. Además la voz de Fito era inolvidable, como la mía en sus peores momentos más o menos.
Si solamente fuera por los daños al sistema auditivo de algunos jóvenes de principios de los 90, no habría mucho que recriminarle a Fito. Yo solía bromear con los amigos llamando a los adeptos al cantor rosarino como "fitozoos". En parte animales y en parte vegetales.
Lo notable de Fito era su carácter de criatura del marketing. No se si el mismo o algunos empresarios vivillos le habían armado una personalidad. Fito tenía 30 años pero era un adolescente romántico. Era millonario pero le mandaba cartas al finado Neustad autodenominándose comunista. Apolítico pero tocó en la Habana en el aniversario de la revolución. Era drogón pero también un chico de familia. Rockero pero sensible.
También le jugaba a favor su dicción estilo Macri que impedía entender de qué carajo estaba hablando.
Fito era nuestro Napoleón del marketing.
Pasó el tiempo y envejeció sin crecer como Michael Jackson. Sus discos fueron reemplazados con rock barrial o, dios no lo permita, con cumbia tropical. Su éxito arrollador quedó en la historia.
La última vez que oí sobre Fito fue en un artículo de la revista Viva del Clarín que, esto lo juro por lo más sagrado, leí en un consultorio médico. Me llamó la atención cuando decía que el régimen de Cuba le parecía monstruoso. Ahí me pareció que, salvo que se opere para convertirse en negro, su carrera había llegado a su fin.
En mi humilde opinión cometió un crimen de lesa "progre-gorilismo". Los progres-gorila son como un espejo sucio de la mentalidad del primer mundo. Es bueno que sepan que en el primer mundo nadie dice: "primer mundo", ellos dicen "países industrializados". El partido socialista de Francia propicia las 35 horas para los obreros franceses y la tiranía del ajuste para nosotros, no porque sean unos racistas fachos de mierda sino porque, ellos, están industrializados y nosotros vivimos de juntar bananas de los árboles.
Los progres-gorila avalan a cualquier régimen populista en cualquier país del mundo excepto en argentina. Vituperar al régimen cubano es para los gorilas a secas, para los progres-gorila Fidel es un ídolo y nada mejor que el socialismo. El único obstáculo para alcanzar la república socialista soviética son los K.
Eso debió haber dicho Fito Paez que, el régimen cubano es maravilloso pero que los pingüinos están fundiendo al país.
Es una pena.
Aunque, pensándolo, no se si la carrera de Fito terminó ahora puede ir a cantar a sus anchas a Miami, es un lugar donde se lo merecen.
No me queda claro si lo bardeas por la declaracion filo-gusana anticastrista o por sus dotes musicales. Fito compuso alguna que otra Joyita (Dlg, Ambar y Violeta, Yo vengo a ofrecer mi corazón y la lista puede seguir generosamente...y del 82 al 94 un disco tras otro de excelente factura, hecho que no muchos pueden replicar, no te digo ya acá sino en el resto del globo) claro que subjetivamente podés repudiar a Fito Paez, pero es innegable que el chabón ocupa, objetivamente un sitial privilegiado en la cultura popular argentina del siglo XX, por lo que considerarlo a la par de la cumbia villera o del rock chabón más lumpen es un dislate que no resiste ningún análisis
ResponderEliminarAna
en realidad, con fito me pasa lo que con otros músicos (piazzola, spinetta ), que están en la delgada línea entre lo gorila, políticamente hablando, y lo genial artísticamente escuchando... y me hace ruido y no lo escucho más, abrazo
ResponderEliminarHay tantos gorilas... que uno más no me mueve el amperímetro... Creo que hasta nos vamos a acostumbrar a sus dichos irrazonables... como la Legrand, que dijo que en China eran todos comunistas y que había mucha gente en las cárceles...
ResponderEliminarDe paso te pregunto ¿no era de Spineta "yo vengo a ofrecer mi corazón"?