El tema de la policía de la mente esta inconcluso.
La propaganda negra cultiva la mentira desde el anonimato, no busca servir de guía ni perdurar en la atención. Es como un aperitivo.
A lo largo del siglo XX tenemos una pléyade de intelectuales que ejercieron la función de policías de la mente.
La policía controla las acciones de los individuos con métodos físicos, si haces algo que los mandamases no quieren te rompen la cabeza, te secuestran, te torturan, te matan y se llevan a tus hijos. La policía de la mente también hace eso pero convenciéndote que lo hagas vos mismo. La policía de la mente es sumamente cara y solamente la CIA y los servicios británicos lo hacen a escala global.
Hablábamos de los historiadores que no son tales, son empleados de un gobierno imperialista brutal. Mientras los payasos hacían la escena de los campos de concentración de Stalin que no existían, en ese mismo momento en Kenia los británicos masacraban 300000 kikuyu con campos de concentración de verdad.
En argentina tenemos unos maravillosos ejemplos de policía de la mente. En 1955 nos encontramos con intelectuales que saludaron con alegría el golpe de estado contra un gobierno, nada comunista por lo demás, legítimamente electo. La dictadura llegó con opresión y fusilamientos.
A lo largo del siglo XX tenemos una pléyade de intelectuales que ejercieron la función de policías de la mente.
La policía controla las acciones de los individuos con métodos físicos, si haces algo que los mandamases no quieren te rompen la cabeza, te secuestran, te torturan, te matan y se llevan a tus hijos. La policía de la mente también hace eso pero convenciéndote que lo hagas vos mismo. La policía de la mente es sumamente cara y solamente la CIA y los servicios británicos lo hacen a escala global.
Hablábamos de los historiadores que no son tales, son empleados de un gobierno imperialista brutal. Mientras los payasos hacían la escena de los campos de concentración de Stalin que no existían, en ese mismo momento en Kenia los británicos masacraban 300000 kikuyu con campos de concentración de verdad.
En argentina tenemos unos maravillosos ejemplos de policía de la mente. En 1955 nos encontramos con intelectuales que saludaron con alegría el golpe de estado contra un gobierno, nada comunista por lo demás, legítimamente electo. La dictadura llegó con opresión y fusilamientos.
Todo lo que sea concreto hace retroceder a la policía.
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