En el caso de la Dra. Carrió me resulta más interesante el electorado que el candidato. A pesar de ser una personalidad colorida, no se, creo que un poco de sobreexposición y de conducta paranoide han terminado por aburrir. Y no solo yo, ya saben un tipo insignificante, pienso así si no que la mismísima clase media bienpensante bien piensa lo mismo.
Los votantes de Carrió son, eran, las personas cultas, de edad media, de los barrios del centro geográfico de la ciudad. Representan al país blanco y europeo y que, tal vez porque no los dejaron, no maduró. Es un grupo que aún tiene votos pero que ya se está retirando de la escena. No solo como individuos, eso nos va a pasar a todos, sino como entidad social. La mejor demostración de la retirada de la clase media “sensible” son los candidatos que elige. Pino y la Sra. Argumedo suman no menos de 150 años. Estos ancianos ocupan el lugar que Carrió dejó vacante cuando abandonó al justiciero ARI por el “republicano” CC. Lo que resultó insospechado es el abandono que los “medios” hicieron de la Dra., pasaron de alabarla por su, supuesta, conducta intachable y sus acertados pronósticos a considerarla casi una piantavotos al servicio de “los k”. La derecha precisaba a la Carrió para traccionar votos de los progres, en cuanto se encolumnó claramente con ellos la hicieron a un lado.
Me pregunto si será esa una pequeña verdad genérica acerca de todos los radicales, antes se les daba manija cuando estaba Alfonsin y tenían cierta imagen progre, ahora que no quedan más que conservadores ya no son útiles y se los relega al olvido.
Este parece ser el final de nuestra módica pitonisa criolla, que bien supo divertirnos, con sus vaticinios y porfiadas profecías, los últimos diez años.
Los, tengamos buena voluntad, centroizquierdistas del ARI pasaron a ese espacio del misterio llamado SI y ahora se han ido con Pino.
Pino es justo lo que debe ser un representante de los porteños bien. Un artista cuya última contribución fue la película “Los hijos de Fierro” en 1973 que es gente como uno y recibe premios en Cannes y, por último con un discurso nacional y popular que nadie cree…
Porque sino no lo votarían…
Los votantes de Carrió son, eran, las personas cultas, de edad media, de los barrios del centro geográfico de la ciudad. Representan al país blanco y europeo y que, tal vez porque no los dejaron, no maduró. Es un grupo que aún tiene votos pero que ya se está retirando de la escena. No solo como individuos, eso nos va a pasar a todos, sino como entidad social. La mejor demostración de la retirada de la clase media “sensible” son los candidatos que elige. Pino y la Sra. Argumedo suman no menos de 150 años. Estos ancianos ocupan el lugar que Carrió dejó vacante cuando abandonó al justiciero ARI por el “republicano” CC. Lo que resultó insospechado es el abandono que los “medios” hicieron de la Dra., pasaron de alabarla por su, supuesta, conducta intachable y sus acertados pronósticos a considerarla casi una piantavotos al servicio de “los k”. La derecha precisaba a la Carrió para traccionar votos de los progres, en cuanto se encolumnó claramente con ellos la hicieron a un lado.
Me pregunto si será esa una pequeña verdad genérica acerca de todos los radicales, antes se les daba manija cuando estaba Alfonsin y tenían cierta imagen progre, ahora que no quedan más que conservadores ya no son útiles y se los relega al olvido.
Este parece ser el final de nuestra módica pitonisa criolla, que bien supo divertirnos, con sus vaticinios y porfiadas profecías, los últimos diez años.
Los, tengamos buena voluntad, centroizquierdistas del ARI pasaron a ese espacio del misterio llamado SI y ahora se han ido con Pino.
Pino es justo lo que debe ser un representante de los porteños bien. Un artista cuya última contribución fue la película “Los hijos de Fierro” en 1973 que es gente como uno y recibe premios en Cannes y, por último con un discurso nacional y popular que nadie cree…
Porque sino no lo votarían…
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