1800 tomuer en Estocolmo, la derecha protege a los pobres y cree en el poder de la fe.

Pero fíjense que hijos de puta, se ponen en fatalistas, la gente se tiene que morir, no porque ellos, Trump, Bolsonaro, su ruta, hayan hecho las cosas para el orto, dejando que la gente se contagie, sino porque no sabemos qué orden divino, que destino escrito en los astros, nos condena, porque no queda más remedio y si no abren los bares es una catástrofe. Siempre que los negros se cagan de hambre o de peste, para el caso, la explicación es que la vida es así, en cambio cuando los negros se avivan e intentan, al menos eso, que se dejen de joder, ya no se trata del destino, contra la tiranía cualquier esfuerzo es poco, cuando les tocan el culo a ellos no se te resignan nunca. Pero así como tenemos círculos en el infierno tenemos categorías de malparidos. Y de esos los más re hijos de la recalcada concha de su madre, son los que, ahora, se acordaron de los pobres, porque resulta que el problema de la cuarentena son los pobres, los peluqueros del barrio, los obreros sin laburo. Que tiernos que son, millonarios y ricachones angustiadísimos por los que no tienen para comer, los mismos putitos que hablan de los planeros y esa mierda, resulta que se conduelen de los pobres. Cuanta sensibilidad, cuanto amor al prójimo. Me llama la atención, bah! me parece ridículo, que haya gente que se sume a lo que dicen los liberales anticuarentena, resulta que ahora, increíblemente, esos chiflados que quieren terminar con la AUH, las jubilaciones y los hospitales están preocupados, acongojados por los que están pasando hambre o por las pymes o por los bolicheros de barrio. Gracias a la pandemia hemos entrado de lleno a la etapa de la comicidad. No es por los pobres o por la clase media ínfima que están en contra de la cuarentena. Estos hijos de puta son asesinos, quieren que los pobres, los viejos, los desamparados, los débiles nos caguemos muriendo. Insisto, la idea de que se tienen que morir mi tía, mi viejo, mi vecino, que tenga que estirar la pata yo, o mi familia, o que tienen, tenemos, que terminar en terapia intensiva o, en el mejor de los casos, 2 semanas con 40 grados de fiebre, para que todo siga como siempre y que, para recontra colmo, eso no esté ocurriendo y que la economía se vaya al carajo igual, me parece la peor mierda que he visto en mi vida. Y no es cierto que sean los 4 chiflados de siempre, lean, si tienen estómago, los diarios de la derecha, están llenos de notas de presuntos expertos que tienen como punto en común que la cuarentena no se puede llevar adelante, o que todos nos vamos a contagiar, como si fuera lo mismo ahora que dentro de un año. O boludeces de débiles mentales o de tipos cegados por el fanatismo ¡cerramos el país por 400 muertos! O ¡la cuarentena va a matar más gente que la peste! Además de que los giles nos vamos a cagar de hambre igual, sin cuarentena, nos va a acostar la peste. Otra cosa ¿Cuántos muertos son muchos muertos? En los states van para los 150 mil ¿saben qué? Con el virus, allá, va a morir más gente que con la 2da guerra mundial. Hagan cuentas, van a ver que ya es inevitable. Yo viví varios años en Estocolmo, fue hace mucho, el distrito tiene un millón de habitantes, ahora tienen más de 1800 muertos ¿es poco o es mucho? eso en BA, ciudad y primer cordón, equivaldrían a unos 18 mil fallecidos, además es una comparación mentirosa, ellos tienen un sistema de transporte perfecto, jamás viajas parado ni hacinado, tienen una cultura en la que la gente no se besa, no se saluda, no se habla. Viven en cuarentena. Tienen un sistema de salud, dicen que ya no es lo que era, que está décadas por delante del que tenemos acá. Con toda esa ventaja, Estocolmo, solamente esa región, tiene 1800 finados casi 5 veces los que tenemos en la argentina entera. Además eso es hoy, mañana vienen más fiambres y después más y así. Déjenme de boludeces, eso es un genocidio, ya van a ver porque a nadie le importa. Pero miren las cosas que dicen estos nabos cuando nadie está atento, que “los que tengan que morir se mueran”, esa frase se la perdieron para poner en la puerta de los campos de exterminio en vez de “el trabajo te hace libre”. A esta altura ¿saben lo que creo? Que esos gobiernos conservadores son como Larreta, se dan cuenta de lo que pasa, pero ya es tarde, no tienen medios, ni aparato, ni técnicos, ni política, se van a esconder, mientras cae el diluvio y van a aparecer después a buscar el voto de los sobrevivientes. También me deleito leyendo sobre la “reactivación”, lo que, obviamente, es razonable en industrias clave, todo lo que tenga que ver con la alimentación, el agua potable, la medicina y la energía. Pero en Italia quieren, de todas las fruslerías posibles, reanimar el turismo ¿Quién podría ser tan inabarcablemente pelotudo como para ir a pasear al centro de la peste y tomarse un batido de Cinzano? Como, sabiamente, señalaba Capusotto, ojito, ojete, por ahora, por ejemplo en New York, en Suecia debe ser lo mismo, por eso reina la tranquilidad, estamos sucumbiendo los negros, inmigrantes y pobretones varios. Y después resulta lo que decíamos en la década del 70, que los pobres pueden vivir sin los ricos pero los ricos no pueden vivir sin los pobres. Pasado cierto punto no va a haber inmunidad de manada que valga, están calculando mal, se van a contagiar ellos también, el pibe que les lleva la comida, el que les pinta la pared, la mucama, algún enemigo de clase como yo, que pase y los escupa. O a lo mejor nos van a dar el gusto y van a salir de gira por Italia.