cris

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Con Cristina.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Espeluznante revelación: los censistas estarían armados y prepararían sangrienta emboscada.

Hay niveles y niveles de pelotudes.


Hay gente que cree que otorgar el 82% y no aclarar como financiarlo es una gran viveza. Y que hablar de restituir los aportes patronales que solo cubren 1/3 de la guita que se necesita es una viveza aun mayor.


Hay gente que cree que hacerse eco de la chancillería británica es el súmmun de la seriedad.


Hay gente que cree que Majul escribió un libro.


Hay gente asombrada de lo bien que se expresa Lanata.


Hay gente que se toma en serio a Lanata.


Hay gente que mira a Lanata, como si ahí hubiese algo para ver.


Hay gente que cree que Leuco fue amenazado por algo o alguien.


Hay gente que toma a Mirtha Legrand como periodista.


Hay gente que tiene mil a años pero habla como si hubiera nacido el año pasado.


Hay gente que le teme o que odia a Moyano.


Hay gente que cree que en Chile se vive bárbaro. Que en Singapur se vive de lujo. Que Perú es un paraíso. Que en Miami no te roba nadie. Que en Brasil se esta mejor que acá.


Hay gente que estudia con cuidado las propuestas del Sr. Efedrina.


Hay gente que lo ve a Duhalde presidente.


Hay gente que cree que Lilita siempre acierta.


Hay gente que no puede desprenderse de TN porque cree que algún día va a pasar algo y no se van a enterar.


Hay gente que no se atreve a salir a la calle porque cree que la van a matar en la puerta de su casa como si estuvieran en el Far West. O en el holocausto.


Hay gente que cree que los pibes que toman cerveza con la camiseta de Arsenal en la esquina son asesinos despiadados.


Hay gente que perdió su negocio con Alfonsin y ahora está ansiosa de votar a Júnior.


Hay pelotudos automáticos, atómicos, a control remoto, mecánicos, simbiontes, metafísicos.


Hay pelotudos de colores, tamaño familiar, con sombrerito, en canasta.


Hay pelotudos con alas, con dentadura postiza, con cara de buñuelo, pañuelito de seda.


También esta ese tal Fort o como se llame.


El pelotudazo senil que dibuja a Kafka en el Clarín.


Y no quiero olvidarme de Nelson Castro.


Pero de todos esos horribles, inmensos, inescrutables grandísimos pelotudos hemos encontrado un ejemplar que, finalmente, los supera a todos en pelotudes:


el pelotudazo intergaláctico que no se quiere dejar censar.


¿De qué carajo tiene miedo el pelotudo que no quiere que lo censen?


¿Cómo funciona esa bola de excremento que tiene el pelotudazo en lugar de neuronas?


¿Cuál es el problema con el censo?


¿Qué mierda se supone que le van a averiguar cuando lo censen?


¿Habrá algún tipo de pregunta que revele ante la ley que el pelotudo es un nabo colosal y que debe ser recluido en alguna casa tipo Gran Hermano?


No lo creo, dios no existe y la humanidad no tiene suerte.



¿Cuándo vuelve el Payaso Decrépito a reírse con Mariano Grondona?

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Piensa mal y acertarás