No hemos tocado fondo, se abrió la puerta y hay otro subsuelo más.

Ustedes dicen mis queridos pero la cosecha de disparates es inmensa, tenían razón aquellos filósofos misántropos que decían que las cosas no cambian, solamente se vuelven peores. Por ejemplo, el plan, si es que existe, para bajar la inflación, basado en la idea monetarista, no solamente no esta teniendo mucho éxito… está generando más inflación. La gran idea es bajar la demanda, la demanda baja para el carajo, en eso estamos todos de acuerdo pero los precios… ¡Ay! siguen subiendo. Para controlar los precios el gobierno abre la importación, la importación hace que industrias nacionales cierren, cuando las industrias nacionales cierran… ¡Se reduce la oferta! ¡Y los precios aumentan! Les estamos pagando, en dólares que no tenemos, a los chinos para que nos fabriquen escobas mientras nuestras fábricas se hacen mierda, los laburantes se cagan de hambre y los burgueses, liquidan, literalmente, todo, venden todo y sacan toda la guita que pueden del país. Es el momento ideal para comprarse un celular del carajo o un equipo de música, te dan cuotas, he visto hasta 24, insólito, y los precios son casi, casi los del año pasado, hay concesionarias que te venden los autos, obviamente 0 KM, flores de máquinas con precios del año pasado y rebajas. Por eso es que la inflación que mide el indec es mentirosa. Me acuerdo de lo que pasaba en el 2007 cuando los Kirchner intervinieron el indec, decían que, para calcular la inflación, promediaban el precio del pan con los viajes a Europa. Como los tipos de aquella época han vuelto, deben estar haciendo lo mismo. Yo les voy a contar lo que es la inflación, la leche, el sachet de la serenísima, valía 9 mangos en noviembre del 2015, ahora vale 22, el arroz, el barato, valía 2,50, ahora vale 10 mangos. El aceite, la harina y todo lo que no podes dejar de consumir subió para el carajo. Los dólares prestados que, en realidad, no andan dando vuelta, van a los mismos de siempre y vuelven a salir del país, bueno, esos “dólares frescos” generan inflación, en parte por lo que dicen los monetaristas, para comprar los dólares se necesitan pesos, en parte la entrada de dólares “sin respaldo” genera inflación… en dólares. Porque el costo de vida se ha vuelto altísimo… en dólares, es como si estuviéramos pagando los precios de Suiza, ¡Qué nivel!, pero además pagando los costos del transporte. Decir que el tarifazo genera inflación me da vergüenza por lo obvio pero además encarece la producción, los que tienen espalda, grandes empresas multinacionales, monopolios, oligopolios o grupos cartelizados, simplemente, suben los precios, los que no pueden seguir el ritmo retroceden hasta desaparecer y adiós a la oferta, claro. Adivinen que viene cuando cae la oferta. Realmente no conocemos en detalle las condiciones de la deuda que se esta tomando, un blog decía que ya se habían tomado 64 mil millones de verdolagas, nada de pesos acá, la cifra ya se retocó un montón de veces, eran 20 mil, después 30 mil, 40 mil y ahora parece que llegamos a los 64 mil, para colmo no sabemos con que interés, se habla de intereses altísimos, ni que plazo de gracia, ni cuantos años de pago, según el presupuesto del 2017, que más bien parece una formalidad que no significa nada, hay que pagar cerca de 20 mil millones el año que viene. 64 mil millones debe ser el precio de una docena, una docena chiquitos, de centrales nucleares, por dar un ejemplo ¿Dónde están? ¿Dónde están los trenes de alta velocidad? ¿Dónde están las represas? ¿Las líneas de alta tensión? ¿Los caminos? ¿Por qué no aparece algún sabio que me explique adonde fueron los 64 mil millones? Se escucha a funcionarios, serios y atildados, que hablan de la “Obra Pública” así con mayúscula, aparentemente ya están financiados, 64 mil palos son varios años de obras, pero de las obras no se ve ninguna. En la ciudad se ven carteles amarillos gigantes con obras que consisten en unas hamacas, bastante de mierda, de una plaza o en pintar una pared, bueno, últimamente, ni eso. Vamos a repetirlo por si no quedó claro: el endeudamiento genera inflación. Es tal cual la “maquina de imprimir” billetes pero usando la máquina de otro. Eso por no mencionar a los “generosos” financistas que, aparentemente, prestan fortunas sin preguntar adonde va la guita, ni como está el país al que le prestan. Uno se cuestiona como puede ser que le presten esa guita a un gobierno notoriamente frágil e inestable, cuya popularidad está cayendo en picada.