cris

cris
Con Cristina.

viernes, 12 de agosto de 2016

La invasión de pelotudazos que sufre la Argentina sería de origen extraterrestre.

Tal vez sea el clima favorable, la abundancia de vino de baja calidad y precio promocional o una mala suerte de orto, pero la república se ha visto invadida en estos años por una incomprensible plaga de pelotudazos.

Las costumbres de los pelotudazos desafían a la ciencia. Por dar un ejemplo, el pelotudón espera una ley, si, una ley que le saque la guita a los corrutos kernerista, el pelotin supone que hay dando vueltas un millón, por decir un número, de kerneristas corrutos millonarios, si cada corruto es oportunamente detenido y le expropian el palo verde que atesora… entonces se reparte, no sabemos bien quien, ni como y va a alcanzar para todos. Es la salvación poética y justiciera en el universo de los pelotudones.

El pelotudazo es, en muchos casos, un comerciante próspero que está perdiendo, digamos que perdió el 30 o 40 % de sus clientes, que tuvo que achicar su margen de ganancia y que ya rompió el chanchito, despidió gente e hizo todas las maniobras posibles para conservar su guita y sin embargo tiene un agujero en el bolsillo que crece y crece sin parar. Pero el pelotudazo tiene algo de lo cual nosotros, los burlones e inhumanos kerneristas carecemos: señores, el pelotudazo tiene fe, él cree en el amor! Se acerca una rutilante primavera, ya llegan grandes inversiones, grandes obras públicas donde un montón de consumidores venidos, al igual que el pelotudazo, de algún otro planeta, van a descender y le van a comprar de todo, a él, justo a él. Lo único que necesita es mantenerse a flote.

Hay que exportar, vender infinitas toneladas de porotos que no valen nada y convencer a nuestros hermanos gauchos que tiren unos pesitos y así comprar camionetas alemanas de lujo que están en oferta. Vamos a ser el gallinero del mundo, perdón no, pollos también vamos importar.

El pelotudazo rural es un capítulo aparte, le sacaban impuestos pero le subvencionaban el gasoil y hasta le devolvían algo de guita, no era el ideal pero, para un pobre infeliz que vive de ser dueño de un campo, en general un campito, era el mejor de los mundos. Pero no, porque la idea de que le tiraran unos mangos a los pobres era insoportable, son nazis, quieren que los pobres se caguen de hambre y sean aplastados pero no tienen huevos como para reconocerlo. De ahí que vivimos en la payasada y en la comedia.

El pelotudazo festeja el ritmo increíble de endeudamiento porque endeudarse es progreso, parece que la misteriosa consigna que hablaba de “volver al mundo” era eso, vamos a estar con la “re-financiación” dentro de unos meses, es cuando te cobran fortunas, el megacanje costó 55 mil millones, para que pagues los intereses, no la deuda que es inabarcable, con una tasa de interés todavía mayor.

A veces las creencias del pelotudazo criollo son más sofisticadas, el pelotita cree que “ya tocamos fondo”, en parte porque él no da más pero no, mi pelotinchi, todavía no se vio nada, a la gente le queda la ropa, los electrodomésticos y los chiches que acumuló en los años pasados, la comida, fuera de los supermercados, no subió tanto todavía, hay gente que tiene reservas, plazos fijos, dólares bajo el colchón, eso se va a terminar, querido pelotudito, dura unos meses más y después se termina.

El pelotudazo no es un egoísta acérrimo, como uno podría pensarse, el pelotillo es generoso, es solidario con el campo, por ejemplo, es solidario con los periodistas independientes y con los mandarines que ponen la guita en Panamá, piensa que sacrificándose va a ser admitido en el Olimpo o en Miami como Larrata. Cree que de la destrucción va a salir fortalecido. Le molesta pagar impuestos pero no porque se los cobran a él sino porque la plata va a la negrada, le gusta pagar 5 mil pesos de gas porque la guita va a una multinacional de mierda y porque deja a los negros boqueando que es lo que se merecen ¿O acaso el mundo no es para los triunfadores?

En unos meses, no creo que lleve más que eso, se va a acabar lo que se daba y la gente, más o menos tranquila, más o menos en silencio, se va a empezar a morir, el pelotudazo ha quedado así porque, más allá de sus pequeñas picardías, lo sabe.


Próximamente llega… ¡La guía actualizada para cazar pokemones!


Y hablando de pokemones Moyano, Vicky Donda, Claudio "125" Lozano ahora parlotean pero fueron ellos los que nos trajeron al Payaso.

4 comentarios:

  1. Ayer con el bolazo de los piedrazos a Mauri estaban como locas los nazis de The Nation. Vivaban a Videla y pedían el exterminio liso y llano de "la negrada".

    ResponderEliminar
  2. Don Chango, sublime lo suyo... yo también barruntaba un origen exógeno para esta caterva nacional (que no es reciente, no macaneemos, pero ahora parece reproducirse frenéticamente por esporas).
    Es más, recordando La Guerra de los Antartes, de Oesterheld, pensé en armarme de una vincha metálica (como la que usaba la resistencia peronista ante los extraterrestres a fin de no perder masa encéfalica por la nariz cuando se aplicaban las armas de pulsos). Porque temo, Don Chango, que la onda expansiva de alienación me llegue. No sé, juntemos, en su defecto, papel metálico y hagámonos un gorro: porque cada vez es más evidente que la afasia característica de los cararrotas que dicen gansadas por la tele y en conferencia de prensa, delata inocultable génesis extrahumana.
    Los ha descrito muy bien, son tal cual Ud. dice. Pero atención que no es menor su genética delincuencial impositiva como marca adenaica (nada de que rompen el chanchito, los muy egoístas); y ese escamoteo del impuesto que subvencione a lo popular, es visible ya en el pequeño comerciante, en el tachero que pasea sus pelos en la niebla, en el quesero que te vende el fiambre en la feria barrial, o en el que anda transportando mercancías vanagloriándose de su ascenso social camionero. Ojito, que se camouflan de vecino tranqui, también (hasta que se zarpan y vociferan las mil formas probables de torturar a una Cristina o a una Sala).
    Sin dudas hubo una Eva mitocondrial lejana e inubicable por su aparente inocencia, que parió toda esta lacra anencefálica. Infelizmente, ya es tarde para introducir cambios en esa cadena genética. Así que, quedarán los aliens... esperando lo que sembraron.

    ResponderEliminar
  3. Creo que la realidad imita, al pie de la letra, el argumento de “El exorcista 6, batalla final”, en esa cinta de acción los gorilas están pochechos, hay espejos donde los negros se ven rubios, un niño maligno que jode, un periodista independiente que termina cogido por una patota de rinocerontes y un curita, un Francisco joven y zurdeli, los derrota haciendo pasar un camello por el ojo de una cerradura, un peliculón, Darín esta en un papel estupendo como actorcito cagón y una muy sensual Mirtha como “la vieja chota que se enriqueció con los milicos entregándoles a su hijo gay”. La dan pronto, en octubre del 86.

    ResponderEliminar
  4. Es bueno comprobar qe uno no estaba tan errado, siempre pensé que la presente revolución de la porquería era una invasión klingon (o de los de "V", esos lagartos canibales) y este post medio que me confirma, aunque sea de modo lateral, ya que pone el foco en el palotudazo interior, o sea, en el habitante de este planeta que colbora con las alimañas extraterrestres.... y me acordé de una película (casualmente), sí, una de las varias bodrios-secuela de "el planeta de los simios" (la original de 1968, la buena) donde los cosos adoraban un "dios", sí, una bomba atómica que quedó de saldo después de destruir el planeta y llevar los monos al gobierno... cualquier parecido a los votantes de "cambiemos" (pudramos) y su amor a las armas de destrucción masiva es pura casualidad....

    ResponderEliminar

Piensa mal y acertarás