“Yo era el comandante de las tropas norteamericanas enviadas a Siberia y tengo que admitir que no sabía en absoluto que era lo que los EEUU intentaban conseguir con su intervención militar”. Mayor General Graves.
La invasión de Rusia.
El 2 de julio, el consejo supremo de los aliados, ordenó el envío de tropas al lejano oriente ruso. Los británicos enviaron soldados desde Hong Kong y los americanos desde Filipinas.
Para julio los rojos fueron expulsados de las grandes ciudades de Siberia occidental, con trenes y todo lo que pudieron, se retiraron hacia el lago Baikal. Las ciudades aportaron, cada una, su regimiento de guardias blancos, la ciudad de Tomsk aportó 3, al menos uno de ellos compuesto íntegramente por universitarios.
Todavía en los alrededores del lago se pelearon escaramuzas y alguna batalla, los rojos les causaron muchas bajas a los blancos pero estaban en retirada.
Para fines de agosto los bolcheviques habían evacuado Chita, no sin que antes un comando anarquista, ningunos Makhno ciertamente, hubiese saqueado al banco central. La llegada de la 7ma división del ejército japonés hizo imposible toda defensa. El 28 de noviembre el mando rojo decidió pasar a la guerra de guerrillas. Chita se convirtió en el centro de la actividad clandestina del soviet. Incluso antes de tener oficialmente el poder un regimiento de cosacos se alzó contra Semenov. Este último apareció en Chita el 10 de septiembre.
Kalmykov.
Kalmykov era un muchacho de clase media, joven, elegante y bien educado, acá está la historia de cómo llegó a convertirse en un genocida.
En enero de 1918 los cosacos del Ussuri, el extremo oriente, se reunieron, después de deshacerse de los otros candidatos, con la ayuda de los japoneses, eligieron a este Kalmykov que no era cosaco. Los bolcheviques intentaron detenerlo pero se refugió en la embajada británica de Vladivostok, el 6 de marzo. Intentó dar un golpe pero los cosacos, los verdaderos cosacos, no le dieron bola. Los japoneses, británicos y franceses lo armaron, le dieron fortunas y hasta le consiguieron semillas para ganarse a la población. Se mantuvo prudentemente del lado chino de la frontera hasta julio. La, indispensable, proclama de Kalmykov incluye democráticos llamados a la asamblea constituyente y un poco de antisemitismo, para el público más conservador.
Los rojos conservaban alguna clase de ejército en la zona, los mismos obreros, los mismos pibes militantes y un par de alemanes prisioneros de guerra, de siempre. Para combatirlos se reunió una especie de “resto del mundo” que incluía a los amigos de Kalmykov, la idea era efectuar una gran operación para convencer a los yanquis de enviar tropas. Los rojos resistieron y les hicieron muchas bajas a los aliados, finalmente se ocultaron en los bosques.
Mucho de lo que pasó lo sabemos por los americanos, pasaba que los yanquis, por algún motivo, llevaron muchos civiles, tipos de la cruz roja o de las iglesias, que escribieron contando lo que sucedía. Y lo que vino fue una sucesión de masacres, una muestra es el caso de la orquesta austríaca, según parece a Kalmykov, tal vez era fanático de la cumbia, no le gustaba la música de los austríacos, de modo que los hizo matar a todos, arrojándolos desde un precipicio y a la vista de todo el mundo. Esperamos que el ejemplo cunda.
Para octubre Kalmykov estaba reclutando, por las calles, soldados a punta de pistola, los oficiales indecisos eran fusilados. Cuando abrió su escuela de oficiales no pudo reunir 22 candidatos para la 1ra clase. En el caso de este muñeco, estamos hablando de él porque los japoneses habían seguido su propia línea, en vez de ir con los británicos. Otra cosa que llama la atención con Kalmykov es haberse especializado en secuestros extorsivos, en un raro vuelco de la ideología, no había ricachón en el extremo oriente que no fuera bolchevique.
Semenov al poder.
Para septiembre de 1918, Semenov controlaba toda transbaikalia, un territorio del tamaño de Francia, había perdido 1500 mongoles y chinos. Gobernaba desde Chita, los aliados lo comparaban con Napoleón. Un subordinado llamado Skipetrov operaba en el extremo oriente en la zona de Vladivostok. Instituciones como el parlamento local de Chita fueron resucitadas pero, ya en aquel entonces, la fama siniestra de Semenov hacía que muchos elementos de la derecha más “legalista” se tomaran el raje. Esto último es interesante porque ¿Qué fue lo primero que hizo el caudillo? Reabrir las cortes de justicia y ocuparse de “perseguir a los corruptos”, básicamente los bolches, anarcos y locos sueltos que se habían afanado el banco del estado. Por el contrario de la fortuna incalculable que se llevaron los japoneses nadie habló.
Semenov, más que a Napoleón, se parecía a un rey, paraba en el mejor hotel de Chita donde tenía su corte de los milagros y escuchaba peticiones. Chita era una ciudad de 75 mil habitantes y tenía de todo, era la capital de un pequeño imperio. A la llegada del cacique las iglesias celebraron misas de acción de gracias, la pesadilla había terminado, los SR que se habían ocultado del terror rojo ahora se escondían del terror blanco, que vida difícil, mis amigos. La mayor parte de las publicaciones liberales y conservadoras y lo que sea que se habían opuesto valerosamente a los rojos fueron suprimidas. Para que iban a escribir, después de todo, si ya no estaban los rojos. Además el caudillo levantó el estado de sitio. También hubo elecciones pero no contamos con información sobre quien las ganó. Semenov prometía “asamblea constituyente” mientras las prisiones se llenaban de presos políticos y la gente desaparecía, ya saben, “misteriosamente” en manos de amistosos escuadrones de la muerte.
La guerra es un gran negocio, para diciembre de 1918, el general Budberg, un reaccionario insospechado de bolchevismo, nos cuenta que Semenov se esta llevando unos 3 millones de rublos al día. Y que la mayor parte de la guita sale de los trenes.
En principio uno pensaría que el ejército de Semenov debía ser poderoso, los japoneses les dieron equipos, armas y hasta cañones. Siendo el caudillo un jefe de cosacos no debían faltarle fieles cosacos en todos los rangos, también estaban los nacionalistas mongoles, las minorías descontentas como los buriatos y los simples cruzados blancos, a parte de los mercenarios, por ejemplo los serbios, que abundaban en la zona. Sin embargo algo les falló, los cosacos se fueron a su casa o se escondieron casi desde el principio y los fieles al caudillo eran buenos para la delación pero no para la guerra.
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Algo sobre el “Terror blanco”.
En Blagoveshchensk, miren el mapa, en realidad no importa como se llamaba, la cuestión es que, al parecer, la población nunca había simpatizado con los rojos, sin embargo, alguna clase de gobernador de la zona decidió que había “peligro rojo”. Semenov les mandó a un tal Shemelin, Shemelin se declaró comandante de la zona, reclutó 250 hombres, al parecer delincuentes, mataron a todos los presos de la cárcel y pasaron a “requisar” casa por casa, después se avivaron y salieron a buscar a los granjeros con guita. Shemelin fue removido cuando las quejas llegaron a los ponja pero a los 2 meses lo ascendieron.
Por decirlo corto, los bolcheviques solían intentar la “rehabilitación” de los soldados blancos capturados, en la ideología estaba implícita la idea de que un pobre infeliz que peleaba para los blancos era un hermano de clase, los blancos no tenían esos prejuicios, no tomaban prisioneros.
A partir de las victorias de los blancos en el otoño de 1918 se hicieron comunes los trenes de la muerte, eran trenes llenos de prisioneros rojos, de campesinos sin tierra, de los olvidados y desposeídos de siempre, muchas veces con sus mujeres y sus hijos. Los trenes salían de los territorios capturados por los blancos en los Urales y el Volga y eran enviados hacia el este, carecían de provisiones o equipamiento sanitario. De más está decir que el viaje era sin regreso.
La historia fue conocida por medio de los americanos, si la hubieran contado los bolcheviques nadie les hubiera dado pelota, como corresponde. La masacre abarca varios cientos de miles de prisioneros y el “servicio” siguió hasta la caída de Omsk en noviembre de 1919.
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Más sobre la complicada vida de Semenov.
En diciembre de 1918 Kolchak emitió una orden defenestrando a Semenov, una pequeña guerra se inicia, como de costumbre, Kolchak la pierde, las tropas del almirante se rinden ante los japoneses. Se podría decir que los carroñeros se reparten el cuerpo de Rusia.
El 19 de diciembre, después de haber humillado a Kolchak, Semenov decidió ir al teatro a presenciar una opereta, en lo mejor, ustedes saben la parte en que le cantan “Rapsodia Bohemia” a Semenov, un desconocido, le metió 2 bombazos, una de las bombas falló y la que explotó mató un par y dejó heridos a varios. El caudillo quedó herido en las piernas.
Después de que lo quisieron volar en pedazos Semenov andaba menos por su capital Chita. Para enero se apoderó de la guita del banco del estado. Parte, al menos, de la guita que debería haber ido a Kolchak en Omsk quedó en sus cuidadosas manos. Los kolchakistas intentaron eludir a los “cobradores” de Semenov pero sin éxito, los bichos más chicos, de las ciudades de Transbaikalia hicieron lo mismo y pronto tenían más guita de la que podían gastar.
Semenov gobernaba a través de banquetes, el banquete empezaba antes del mediodía, ahí se reunían los cosacos cercanos al jefe, las minitas, los señores de la alta sociedad, grandes comerciantes, dueños de minas de oro, también había algún periodista independiente y organizaban este gobierno sumamente eficiente además de divertido. A veces el caudillo efectuaba visitas a sus dominios, lo acompañaba un vagón de minitas. Si pero esas señoritas podían disponer del cuerpo de Semenov porque el corazoncito del fiero cosaco le pertenecía a una tal Marsha, apodada la gitana, era cantante de cabaret y una belleza difícil de empardar. A Marsha le gustaba la ostentación, la extravagancia y los diamantes. Estos chismes vienen al caso porque Marsha resultó ser judía. Y de ese modo los judíos de Transbaikalia, si bien se comieron su cuota de parte de oficiales menores, no fueron perseguidos. Marsha era también una de las “viudas de Semenov” que llevaban la guita a los bancos en Japón.
Las malas lenguas dicen que en el trencito de Semenov había cámaras de tortura que se combinaban para brindar espectáculos sadomasoquistas, quiero decir que torturaban con público. Por supuesto que, en un principio, hubo oficiales que se rehusaron a participar de algunas de las peores tropelías del caudillo, se los disciplinó rápidamente con un corchazo en la cabeza.
Euforia blanca.
Cualquier oficial de Kalmykov podía matar a cualquiera por cualquier motivo, mataban a la gente para robarle las botas, la guardia personal del jefe se ocupaba de secuestrar a los ricos, sus cuerpos eran abandonados en la calle. Hubo intentos de denunciarlo por parte de los americanos que chocaban o bien con los japos o bien con los ingleses. Para febrero de 1919 regimientos de cosacos estaba desertando. En la primavera muchos grupos querían combatir en el ejército de Kolchak pero Semenov y Kalmykov no estaban interesados.
Para marzo de 1919 había 8 mil soldados americanos en Siberia. Algunos “observadores” (espías) se habían radicado en Chita, vivían en el hotel más lujoso el “Selekt”, los americanos reportaban historias terroríficas sobre los rojos, nunca sospecharon, uno cree que si, que en los sótanos funcionaba un centro clandestino de detención con cámara de torturas. Ingenuos. El 29 de agosto de 1919 los guerrilleros del soviet los cagaron a tiros. Sin embargo los aliados sufrieron las peores bajas en Vladivostok donde, además de la falopa y el alcohol, decenas de miles de trolas le contagiaron la sífilis a medio ejército. Los japoneses, en cambio llevaban sus propias minitas y cada soldado recibía un ticket una vez por mes. Tenían que estar organizados porque a esa altura eran más de 50 mil. De la misma manera que los checos, que habían quedado varados y se habían unido a los aliados contra el poder soviético, los serbios habían aparecido un poco por todas partes y en todos los bandos. En su primer ataque a Transbaikalia, Semenov contaba con más de 200 serbios. Para fines de 1918 eran casi 400, de los cuales 40 eran la “guardia personal” del caudillo. No solamente soldados aportaban los aliados, en Siberia aparecieron distintas organizaciones de beneficencia, algunas serias como la cruz roja que, en muchos casos, se ocupaban de los odiados alemanes y húngaros, otras eran para asistir extraoficialmente a Kolchak. Como el caso de la cruz roja americana que llevaba hospitales para los soldados blancos y nada para los civiles. No lo decimos nosotros, sospechosos tercermundistas, ni el soviet, lo decía el Mayor General Graves, el comandante de la misión americana.
En abril de 1919 la euforia dominaba a los blancos, parecía que la victoria final estaba al alcance de la mano, sin embargo, el propio Kolchak notaba que sus soldados no estaban bien equipados y que ese, el equipo que deberían haber usado, estaba a la venta en las ciudades de la retaguardia. En Vladivostok “la clase comerciante” organizó una cena-homenaje a Semenov. La vida era hermosa, en cada ciudad había docenas de cabarutes donde los oficiales blancos podían ser recompensados por sus servicios a la patria.
Para el 20 de abril en todo el territorio blanco se festejó la pascua con muchos curas, mucha pompa y despliegue. Las ciudades estaban amenazadas por las ratas, la mugre, los pordioseros, los criminales y, lo peor de todo, campesinos en armas, dirigidos por los bolcheviques. |
« “Yo era el comandante de las tropas norteamericanas enviadas a Siberia y tengo que admitir que no sabía en absoluto que era lo que los EEUU intentaban conseguir con su intervención militar”. Mayor General Graves» -> Irrelevante. Los instrumentos de una política, militares o diplomáticos, no tienen por qué estar al tanto de los fines escatológicos de aquélla. La sirven y sanseacabó. (Ojo con el sentido de escatológico, recurrir al diccionario.)
ResponderEliminarQue los militares sepan para que van, en una intervención del imperio es muy importante, si uno quiere enfrentar a una intervención del imperio.
Eliminar"Semenov, más que a Napoleón, se parecía a un rey, paraba en el mejor hotel de Chita donde tenía su corte de los milagros y escuchaba peticiones." -> Napo era EMPERADOR, vivía en Las Tullerías, que no eran unas chozas precisamente. ¿No será una involuntaria referencia a la "corrucción" de Semenov y sus partidarios? ¿Este blog no tendrá un muy alto índice de progresismo en sangre?
ResponderEliminarDescribir a Semenov es interesante, basta con haber leído sobre las dificultades que tuvo el poder soviético con él. La línea del blog es la del PRT de 1974, 0 progresismo en sangre y 0 cooperar con la derecha.
Eliminar"La guerra es un gran negocio, para diciembre de 1918, el general Budberg, un reaccionario insospechado de bolchevismo, nos cuenta que Semenov se esta llevando unos 3 millones de rublos al día. Y que la mayor parte de la guita sale de los trenes." -> ¿Qué valen tres millones de rublos en la Rusia de la guerra civil? ¿Compran chauchas o palitos? ¿Son en metálico, valor intrínsico, o curso forzoso, papel pintado? Otra vez la "corrucción" etc., etc. Urgente hematograma ...
ResponderEliminarFe de erratas: donde dice "intrínsico" debe leerse "intrínseco".
EliminarEso es porque hay que leérselo todo, al menos si uno va a opinar, en un capítulo anterior a Lenin le dejan un par de millones de rublos y eso sirve para mantener un ejército entero, aunque al pelado le vendían en oferta.
Eliminar"En principio uno pensaría que el ejército de Semenov debía ser poderoso, los japoneses les dieron equipos, armas y hasta cañones ... Sin embargo algo les falló, ..." -> Ya señaló ud. la falla en el caso de Makhno y que vale para todos los blancos: la INEXISTENCIA de una retaguardia capaz de fabricar un número significativo de, aunque mas no sea, municiones.
ResponderEliminarMahkno no tiene nada que ver con los blancos ¿Quiere que los anarquistas me vuelen el blog? Semenov tenía armas de sobra no necesitaba fabricarlas.
EliminarSeguramente ya lo tiene en carpeta pero por las dudas tenga en cuenta que también hubo intervención aliada en el puerto de Murmansk. Este fue construído ex profeso para la Gran Guerra porque a pesar de estar a mas de quinientos kilómetros al norte del Círculo Polar Artico la corriente cálida del Golfo lo mantiene libre de hielo todo el año. Cosa que no sucede con Arkhangelsk mas al sur. Al primero llegaban los barcos aliados desbordantes de materias primas y pertrechos de guerra, que se acumulaban en los depósitos a la espera de terminar la línea férrea que lo iba a unir con el segundo. Y en eso estalló la revolución. ¿Y quiénes iban a terminar el ferrocarril y darle buen uso a los depósitos a pesar de haber sacado a Rusia de la guerra y por lo tanto haber perdido derecho sobre los pertrechos? ¿La Entente Cordiale se iba a quedar mirando cuando tenía desesperada necesidad de los mismos en el Frente Occidental? En fin, qué le hace una intervención mas a Rusia.
ResponderEliminarSobre Murmansk y Archangel ya escribí pero más adelante va a ir más sobre la intervención y sus fracasos. Paciencia. Van 2 artículos más sobre Siberia…Gracias por aguantar! Y por comentar!
Eliminarmuy bnueno
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