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Con Cristina.

sábado, 10 de septiembre de 2022

Chile nos muestra el camino.

1ero lo bueno de Chile es que desviaron una situación peligrosa, poco menos que revolucionaria, armando una elección tras otra, votaron alcaldes, cosas locales, internas varias, parlamento, los constituyentes, las generales y delegados para mandar a la Luna.

Con eso lograron desanimar a la inmensa mayoría, que finalmente entendió que iban a seguir votando, sin que nada cambie, hasta el fin de los tiempos.

No solamente eso, votación tras votación los partidos tradicionales se fueron desprestigiando, por lógica si haces campaña 20 veces por año sin que cambie nada importante, es imposible que la gente común no advierta que no sos nadie.

Será de dios que van a volver a votar una constituyente.

Es interesante que del desprestigio de la derecha avanzó la ultra derecha, de liberales cosí cosá les aparecieron recios varones pinochetistas.

La izquierda de siempre, que gobernó por última vez en 1973, fue reemplazada por el progresismo amorfo, un albertismo dialéctico crepuscular.

Además los progres de plástico legitiman a un régimen brutal, ya se cebaron con las elecciones, mientras les permitan presentarse, y porque no los dejarían si nada importante puede cambiar, está todo bien.

Laburantes comunes se cagan de hambre, compran comida a crédito, y si quieren protestar la gloriosa policía de Pinocho les vuela los ojos a gomazos.

Y trata de hacerles juicio a los milicos gomeros vos que sos un gran abogado.

Trata de denunciar a los gomeritos en los medios vos que sos periodista o lo que sea, anda que te van a dar mucha bola.

Pero esa dictadura, esa tiranía opresiva y violenta, no lo es porque votan todos los días.

El control imperialista del 3er mundo está alcanzando la perfección.

La nueva constitución chilena no sé lo que dice pero sospecho, corríjanme ustedes que están mejor informados, que habla, por ejemplo, de los derechos de los originarios. Los originarios están en contradicción con los criollos, también pasa en nuestro país pero acá todo es un poco más relajado.

En síntesis queres tener un estado plurinacional con la economía neoliberal, dependiente y con la desigualdad abrumadora de siempre.

En la Argentina se plantea hacer reformas maravillosas y hablar en inclusivo en medio del ajuste de siempre, el resultado fue una derrota electoral pavorosa, porque las locuras funcionan en ciertos momentos pero esos momentos no duran para siempre.

Quiero decir que esos políticos “progresistas”, populistas o como quieran llamarles tienen que hacer cambios drásticos cuando tienen oportunidad, cueste lo que cueste, si no sería mejor que se queden en su casa.

Liberate, nacionalizá tus recursos, pasales por arriba por decreto o lo que sea. Después si, dales la tierra a los originarios o prohibí los combustibles fósiles, ya que estamos.

Muchos sectores de nuestras sociedades son retrógrados, mucha clase media de la que se cae del mapa cree que va a salir perdiendo si les dan algo, tierras, créditos o un plato de fideos, a los originarios.

Es la ideología de la escasez, los recursos nunca alcanzan. Por ejemplo la comida no es suficiente para todos los argentinos. Es lógica pura: producimos alimentos para 500 millones pero no es suficiente para 47 millones.

No solamente es una estupidez.

Los dirigentes progresistas se la pasan diciendo que nada se puede hacer que la sociedad neoliberal es demasiado fuerte, en todo caso que la única respuesta es votar, y después de votar estas igual que antes ¿Cómo carajo les van a creer?

Al final el discurso progre legitima las desigualdades, lo único que ofrece son documentos no binarios y hablar en inclusivo. Y la nueva constitución que va a deleitar a los eruditos del futuro.

Aclaremos por las dudas que no tiene nada de malo pero tampoco va a ninguna parte.

Después también, cada vez menos, se escucha un discurso radicalizado y revolucionario sin demasiado contenido, parecen payadores con una guitarra disfrazados de gauchos.

No estoy hablando de eso, no porque no me guste sino porque, en este momento, es una pérdida de tiempo.

Pero ¿saben qué? Hay que hacer al revés, tomar una serie de medidas que generen cambios y después ser legitimados por las urnas.

Es necesario que haya una articulación entre los funcionarios/políticos y lo que pasa en la calle.

Y hay un tiempo para actuar.

No es que mañana va a ser tarde. Me temo que hoy, ojala que me equivoque, ya se les pasó el tiempo.

1 comentario:

  1. "La izquierda de siempre, que gobernó por última vez en 1973, fue reemplazada por el progresismo amorfo, un albertismo dialéctico crepuscular." Para poner en una remera, si no fuera tan larga la frase.

    Este es el post que me hubiera gustado escribir si tuviera talento. Ahora el infantilismo progre se lamenta de que su constitucioncita inclusiva y pluri(multi)nacional no pasó la prueba de la blancura de la clase media facha. A joderse o a mejorar ese panfleto infumable que escribieron. O al revés: hacé un gobierno que alcance primero con los objetivos sociales (por lo menos como Evo) y después la constitución sale con fritas.

    Saludos.

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