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Con Cristina.

sábado, 7 de marzo de 2015

Aleluya, la corte apoya a los traidores a la patria. A propósito del fallo que amnistía a los que estaqueaban a nuestros soldados.

La palabra “traición” esta desvalorizada, no se porque motivo a cualquier boludo, que te caga en política o que te la juega más o menos sucio, se le dice traidor. En el infierno de Dante, el noveno círculo, el peor de todos, está reservado a los traidores. Están enterrados en una masa de hielo con el culo al aire.

Los traidores son, básicamente, los traidores a la patria y no la gilada que comete alguna tropelía.

En el país argentino todas las traiciones a la patria terminan o bien en alguna comisión donde duermen para siempre o en la “justicia” que es donde una traición se convierte en ley.

De todas las traiciones a nuestro país…ustedes ¿Cuál dirían que es la peor? ¿El bombardeo a plaza de mayo en junio del 55? ¿La libertadora? ¿Los fusilamientos del 56? ¿La constituyente del año 58? ¿El golpe de Ongania? ¿La masacre de Ezeiza? ¿La triple A? ¿El golpe del 76? ¿La política de Martinez de Hoz? ¿Las desapariciones? ¿El Punto Final y la Obediencia Debida? ¿El “golpe de mercado” contra Alfonsín? ¿Las privatizaciones de Carlitos? ¿Todo lo que hizo Cavallo?

No, la peor traición de todas es la guerra de las Malvinas.

Pero dentro de la Gran Traición, de hacer una guerra y no luchar, de provocar y no enfrentar a una invasión extranjera, de ser cómplices del enemigo, de los pilotos muertos intentando arrojar bombas que no explotaban, de la flota que nunca zarpó, de mandar conscriptos mientras los oficiales estaban en su casa, de mandarlos sin botas, sin infrarrojos, sin armas adecuadas, de acaparar la comida y de robarse las provisiones donadas por el pueblo.

Además teníamos oficiales y suboficiales que torturaban a nuestros soldados.

Teníamos militares, presuntos militares, que nos atacaban a cuenta del enemigo. Quintacolumnistas, agentes pagos, traidores al servicio de los yanquis y los ingleses que se ocupaban de desmoralizar, agredir y castigar a nuestros soldados. Estoy seguro de que los mandos medios y altos sabían esto y que era parte de un plan preestablecido, con el objeto de desviar las protestas crecientes, armar una guerra y perderla. Dentro de ese plan estaba atacar por la espalda a nuestros combatientes, no fuera cosa de que ganaran la guerra por su cuenta.

Pregúntenle a Astiz, el implacable infiltrado en las Madres de Plaza de Mayo, que se rindió sin tirar un solo tiro. Tenía órdenes y sabía que estaba traicionando a su país.

Los torturadores de soldados son traidores, lo hicieron para joder al país y, aunque no me consta, estoy seguro de que recibieron un pago por esa felonía.

Pero ninguna traición estaría completa si no tuviéramos a la corte dando impunidad. Porque investigar las denuncias de los colimbas de aquel entonces, es investigar primero a los ejecutores de las torturas, quien sabe que podría salir de ahí, y también de investigar la cadena de mandos. Es muy difícil que no haya ninguna articulación entre los torturadores de colimbas, los ladrones de las donaciones y los encargados de no hacer trincheras y de las bombas que no explotaron.

La corte es partícipe necesario, la corte sirve para tapar la traición y esto va a ser revelado dentro de un montón de años. Cuando no quede ningún testigo.


Se bajó Binner de su supuesta candidatura, nos estamos quedando sin estadistas.

1 comentario:

  1. El peor castigo no lo tendrán en ningún infierno, lo tienen y lo han tendido en esta vida, donde reptaron como las vívoras miserables y repugnantes que han sido.

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Piensa mal y acertarás