Yo ya me jubilé, soy un anciano, todavía no estoy en sillón de ruedas pero ya lo estoy ablandando, por lo tanto no estoy para andar dando saltos por ahí, subirme a los tejados y decirles piropos a las chicas, lo que si puedo es dar algún consejo. Un encapuchado debería ser un cana infiltrado, siendo un cana que no se identifica, no es nadie, agarrarse a piñas es como pegarse con cualquiera por la calle, una vez que lo dejen mormoso denúncienlo, a eso se le llama “incidente”. Otra cosa, no se arriesguen, dejen las peleas limpias para los cowboys, pongan uno delante y los otros 9 que lo agarren por la nuca. Si el encapuchado resulta ser un loco de atar, bueno, el nombre lo indica: atenlo. Le están haciendo un favor, una patada en el culo a tiempo puede evitar una tragedia. Creo que así decía Tita Merello. Si el encapuchado resulta ser miembro de alguna clase de fuerza política, mejor todavía, es la clase más sincera de autocrítica. Es mucho mejor que un torneo de chicanas. Por otra parte ¿por qué no pueden mostrar la cara? ¿quién carajo son? ¿el Che Guevara? ¿Santucho? ¿el nieto de Firmenich?
Recuerdo cuando se armó, antes del atentado, la movida en la casa de Cristina, de repente aparecieron unos volquetes misteriosos con cascotes, nadie supo nunca de que obra salieron y quien los llevó, eso debería ser suficiente para que los tirapiedras no vuelvan nunca más, la prehistoria terminó aunque muchos no lo crean. Cuando fue el quilombo de diciembre del 2017 y las leyes contra los jubilados pasó lo mismo, aparecieron volquetes y provocadores infiltrados, sirvió para desviar la atención de una concentración multitudinaria. Cualquier clase de violencia sin organización y sin un plan claro y discutido es contraproducente y menos en una marcha que está llena de muchachas embarazadas, niñitos y jubilados. Obvio.
Lo que hay que hacer es 1ero de ser posible tener filtrada a la cana no creo que sea tan, pero tan, difícil, de ese modo tener los nombres de los canas que detienen o golpean o estorban a gente por la calle, buscar al CELS o algún organismo de DDHH y mandarles, a su casa, sí, a la vivienda de los canas, una linda carta documento acusándolos de, no se ¿qué soy, abogado ahora? de agresión, malos tratos, abuso de autoridad, lesiones y lo que se les ocurra. No importa si hay juicio o si el juez no se que y el fiscal no sé cuánto. Lean mis labios: no hay tantos canas para reprimir en serio y el que recibe un carta documento en su casita no jode más.
Es posible que filtrar a la cana no sea tan fácil o que, simplemente, no hay nadie para organizar nada, bueno queda como recurso filmarles la jeta e identificarlos. Incluso podríamos reclutar un grupo de hackers y fumarles la información. No sé, se me ocurre. Vieron que se la pasan hablando del individuo, hay que sumarse a esa, hay que individualizarlos, que les va a gustar mucho. |
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