Lopecito era de la policía, dicen que ascendió en la jerarquía hasta llegar a ser cabo, no se le conocen estudios, ni oficio, ni ninguna otra cosa, por algún motivo, en mi época decían, más o menos todos, que era agente de la CIA. En algún momento salió del país y se convirtió en secretario/guardaespaldas/muchacho de los mandados del general. Isabelita, líder de masas y más peronista que el propio Perón, decían que era bailarina, nadie aclaraba que clase de danza ejecutaba en aquella época en que la pregunta era relevante, decían, las malas lenguas de siempre, que Roberto Galán se la presentó al general en Caracas.
Ante el amor, la convicción y la evidente infalibilidad del general Isabelita se convirtió en la vice presidenta en la elección de septiembre, creo, del 73 que el general ganó con más del 60 % de los votos. El “peronismo de perón”, el peronismo de la 1era hora, el peronismo peronista de no sé qué, apoyaron sin reservas la llegada de Isabelita a la vice presidencia, el peronismo intentó una campaña para que la vicepresidencia fuera de Cámpora que pasó por completo desapercibida. ¿Qué mejor que tener un presidente anciano y casi, casi agonizante y una vicepresidente que no era nadie? Yo viví esos tiempos y, era un pendejito y lo sabía, pero muchos grandulones con enormes trayectorias políticas parece que no. Lopecito era conocido como “el brujo” su devenir estaba lleno de ceremonias mágicas, signos raros, liturgia satanista y armó, junto a los milicos, a la triple A, un grupo reclutado por la derecha presuntamente peronista formado, en general, por policías exonerados, culpables de crímenes más o menos tremendos, un grupo de choque que hizo su debut en Ezeiza. Lo de Ezeiza, los pibes jóvenes parecen no saberlo, se hizo para evitar que la recepción de Perón fuera protagonizada por el peronismo revolucionario que, literalmente, había llevado un millón de militantes y simpatizantes. El otro día no se que intelectual hablaba de eso y se confundía, decía que Lopecito, en una ceremonia diabólico-farsesca, había intentado llevar el alma de Perón al cuerpo de Isabelita, en realidad era el alma de Eva Perón, lo que, si me lo preguntan, es aún más ofensivo. De los meses que gobernó Perón solo recuerdo a los sindicatos combativos que reclamaban aumentos, no les crean a los intelectuales que manejan presuntas estadísticas: en el 74 los desheredados de siempre se cagaban de hambre, había laburo pero 8 horas no te daban para comer,
También recuerdo intervenciones federales, proscripciones e incluso asesinatos contra gobernadores e intendentes de la “tendencia” o cualquier cosa que tuviera relación con el peronismo de verdad y leyes contra los sumbersivos. Todos creímos ver en Isabelita un títere pero, me sorprende a mi mismo estar escribiendo esto, no estoy tan seguro, fíjense que en todos estos años nunca abrió la boca para denunciar a López Rega o a su entorno. Es probable que esta Cenicienta también fuera flor de filtro de la CIA. Isabelita hacia unos discursos incoherentes, pero donde siempre prometía castigo, no se diferencian mucho de los de su colega el Payaso Bobo, el payasito habla de fórmulas matemáticas inexistentes, no existe matemática ni ciencia en esas teorías liberales, y termina con alguna clase de amenaza. Son lumpenes con buena neurona para trepar y para figurar y 0 empatía, si pudieran y no estoy seguro de que no puedan, nos matarían a todos.
Detrás de ellos estaba Lopecito y ahora, como nada cambia nunca en la oscuridad tercermundista, está Karina. Karina ganaba, tal vez unos buenos mangos porque no, con el tarot y con esa tipa que te permite, entre otros privilegios, hablar con los perros muertos y dicen que vendía tortas caseras. Lumpen del recontra ojete. El Payaso Bobo es Isabelita, en vez de bailarina estudiaba pavadas en la, lamentable, Universidad de Belgrano, háganme caso, si, algún día que no voy a llegar a ver, hay un gobierno de verdad democrático en nuestro país, cierren esa fábrica de ignorantes. Mientras Isabelita le bailaba la danza de los 7 velos al político senil, el Payaso Bobito, le sobaba el que te jedi a Magnetto y los dueños del país. Y ahora como en los viejos tiempos, el país serio de los políticos de saco y corbata, le siguen la corriente a una tipa que habla con los perros muertos y a un payasote que vive de amenaza en amenaza. Isabelita terminó en un golpe de estado y los políticos serios, llenos de votos, formados, verdaderos padres de la patria no hicieron un carajo, se fueron a su casa a esperar a que se le caigan las bolas al toro.
Justamente por eso escribo esta divertida semblanza. No vaya a ser cosa que se den un golpe ellos mismos y venga algo, suena inverosímil pero…, todavía peor. |
Que susto.
ResponderEliminarEn serio... Que lumpenaje.