Malos recuerdos, hoy presentamos: Alfonberto.

En el 2019 medio que nos hicieron/quisimos creer que entre Alberto y Cristina no había mayores diferencias o, igual de ingenuo, que iba a gobernar Cristina. Bueno, no resultó así. A lo mejor si piensan lo mismo pero no hacen lo mismo. El viejo Nietzsche decía que no existían hechos sino interpretaciones, bueno es mentira. No existen interpretaciones, existen hechos. Y el hecho es que cuando habla, en la época en que hablaba, Alberto pensaba como Cristina pero no actuaba como Cristina. Ahora es cosa juzgada porque también hay un momento para actuar. San Martin cruzó los andes en 1817, en 1952 hubiera sido tarde. No sé qué pasaría si por alguna clase de milagro, Alberto empezara a mandar decretos. Por ejemplo que declara el estado de sitio ¡Como hizo Alfonsín! Y metiera a la corte suprema y juececillos varios en cana. ¿Por qué Alberto no se decidió a actuar? No creo que sea un problema de coraje personal, es mucho peor que eso, es la convicción de que por medio de “las instituciones” y el “voto” se pueden hacer los “cambios”. Que la realidad no es así y que, mientras las “instituciones” se “autodepuran” y el parlamento hace no sé qué cosa y “debate libremente” el pueblo se caga bien de hambre, no les llega. Aparentemente les explota la cabeza. Por cierto que uno piensa, no sin maldad, que la cabeza les va a hacer pumpum cuando la derecha los meta en cana. Algún día todo va a cambiar, si porque algún día vamos a estar todos bien muertos. No faltara el lector que me señale que, lejos de haber hecho todo como el culo, al gobierno de Alberto pueden señalársele muchos aciertos. Al menos no es la derecha y que los salarios recuperaron un poco, que la desocupación esta en cifras bastante razonables, que, en algunos casos, se recuperaron conquistas importantes. Sin embargo las concesiones son bastante más grandes que los aciertos. Por supuesto que la inflación, hiperinflación. La hiper no es vivida como una catástrofe por la clase media pero si por un montón de sectores que “viven al día” y que si no son mayoritarios son una minoría enorme. El gobierno no puede controlar la hiper porque no puede controlar la salida de dólares que se escurren, en otras cosas, en las cautelares de jueces truchos. Y en el precio de los alimentos, que son controlados por 20 empresas, probablemente menos. Si no tenes control severo sobre esas 20 empresas cualquier clase de gobierno popular se vuelve una quimera. Cada día que pasa Alberto se parece más a ¡Alfonsín! No creo que haya gente medianamente normal que plantee la reelección de Alberto de modo que lo que le pase y lo que haga son cosas irrelevantes. El peronismo tiene un problema, en principio le conviene, al menos electoralmente, que la derecha este tan radicalizada, terminan por asustar no solo a los criollos de a pie sino a sectores del establishment. En Europa, en donde, por si no se dieron cuenta, la política yanqui se parece cada vez más a la que llevan adelante en el 3er mundo, elijen gobiernos liberales o de diversos grados de tibieza para llevar adelante una política imperialista pero con “derechos humanos” o lo que sea por el estilo, los nuevos gobiernos de extrema derecha están lejos del nacionalismo fanático de los buenos tiempos. Hunden a los africanos en el mar pero ¿racistas? No para nada. Qué carajo importa si haces 500 declaraciones antirracistas si hundís a los africanos, del color que sea, en el mar. Hechos, no interpretaciones. ¿Cómo se podría aplicar la receta europea acá? No sería Alberto, tal vez ni siquiera Massita, sería Macri pero con la secretaría de la mujer y alguna Lilita ¿Cómo era que se llamaba? ¿Stanley? Que dé algunos planes para las víctimas. En cuanto a la derecha más extrema deberíamos pensar en esa tal Meloni ¿se acuerdan? una nazi que se comía los chicos crudos pero que, salvo hundir a los africanos desesperados, y a los tanos desesperados, ya que estamos, hace lo mismo que los “progresistas”. Quiero decir que la derecha no se va a dividir y que existen grandes posibilidades de que gane las elecciones. ¿Saben? Hace mucho que no hablamos de Grecia, es un espejo en el que deberíamos vernos. En Grecia emigró el 10 % de la población, seguramente más. Tienen suerte, tienen un pasaporte europeo y parece que la ansiedad de los alemanes por hacerse barrer el piso es inagotable. Se perfila un país con una extrema derecha competitiva y una oposición de derecha. Gerardo Morales tiene presos políticos pero los hace pasar por ladrones, en Perú están haciendo lo mismo.