domingo, 11 de diciembre de 2022

Golpes en Perú y Argentina.

Yo se lo cuento a la gente, algunos son jóvenes y otros grandulones un poquitín desinformados que el ex presidente del Perú ese tal Castillo, acaba de ser depuesto por un golpe constitucional.

Que haya sido el parlamento, da lo mismo, en nuestro país puede llegar a venir, o ya vino, según el punto de vista, por el lado del poder judicial.

La condena contra Cristina es un golpe de estado, más o menos suave, más o menos escondido.

Yo era chico pero recuerdo perfectamente cuando Lanusse le prohibió a Perón ser candidato, obligando a que los candidatos tuvieran que estar en el país antes del 25 de mayo, creo que era esa fecha, de 1972. Lanusse quería proscribir a Perón pero que no se notara, además podía hacerlo porque era el dictador y ponía las reglas.

Por supuesto que, por ahora, en estos países los golpes a la antigua, el golpe que buscaba/busca Bolsonaro ya no se estilan. Eso puede cambiar en cualquier momento.

En realidad el peruano Castillo no se diferencia mucho de nuestro Alberto. Yo, hago reír a la gente con cosas así, le llamo “el albertismo”.

Aparentemente Castillo logró una especie de milagro, hacer concesiones a la derecha que le quitaron el apoyo de los progres sin lograr nada, salvo irse antes de tiempo. Al mismo tiempo el progresismo le hizo la cruz.

Cuando quiso reaccionar ante él, milésimo, intento de destitución y dar un golpe él, los progres, indignados prefirieron hacerse los ofendidos y apoyar el golpe.

El parlamento argentino no representa a nadie, ni al peronismo, ni a los que votan por la derecha, uno podría llegar a pensar que sería más democrático votar diputados por circunscripción. Vos lo queres a Milman de diputado, votalo.

Castillo tenía, al menos, los votos, él no entró por una lista sábana o como se llame. Aun en un intento de golpe era el que representaba la democracia.

Una vez en el gobierno decidió hacer albertismo, ese progresismo del DNI trans, con todo respeto por los compañeros trans que ninguna culpa tienen de estos desaguisados, ese progresismo del discurso que no va a ningún lado y que parece ser la línea dominante de la política latinoamericana de estos años, con excepciones.

El progresismo que dejó en banda a Castillo es tan o más culpable que el propio Castillo.

Por otra parte habría que ver que dice la constitución peruana acerca de la legalidad del golpe parlamentario, para empezar es la constitución de Fujimori que, cuando le convenía, cerró el parlamento, de modo que es muy probable que el golpe de Castillo sea legal y el del parlamento no.

Castillo había prometido una Asamblea Constituyente, igual nadie se acuerda de eso, el tipo prometió de todo y no hizo nada.

No solamente no lo dejaron, eso me parece cuando pienso en Alberto.

De cualquier manera, habría que ver si los gobiernos albertistas que, básicamente, dejan todo como está no son un gobierno mejor que el de la derecha.

Ojo porque Alberto deja hacer, deja a los piqueteros protestar, a los docentes y médicos hacer paros y a los peronistas, progres, K y etcétera tener medios y propalar su línea sin impedimentos.

La gente me pregunta porque no estoy en algún partido político y no es por, digamos, alguna profunda diferencia ideológica, aunque de eso también hay, o por el rechazo a ciertas figuras, es porque no hay un partido, de porte razonable que sea de izquierda y que dé, con las críticas que sean, apoyo al peronismo.

No lo hay, lo que hay es una tendencia increíble a crear mini sectas y grupos y cosas que no son ni genuinas organizaciones de masa ni verdaderos partido políticos sino una mezcla que no está saliendo bien, que nunca salió bien y que, uno adivino no es pero, no va salir bien, pase lo que pase.

Esos mismos grupos andan dando vuelta en el Perú, no necesito un informe de inteligencia para saberlo.

Y tampoco me manden comentarios aclarándome que el Perú es distinto de Argentina.

Si el Perú es tan feudal como lo vemos eso no quiere decir que no haya analogías razonables con lo que pasa acá. Donde, alguien debería estar discutiendo, incluso discutiéndome, esto.

Salis unos kilómetros del centro de las ciudades y la gente ocupa unas chozas, tipo edad media sin alquiler, ni contrato, ni escritura y no estoy muy seguro de entender de que vive.

2 comentarios:

  1. Castillo fue un candidato pintoresco que disimuló toda la ruindad de la izquierda (con muchísimas comillas) peruana. Los sin votos le hicieron el hueco ni bien asumieron, sumado esto a las pocas luces del candidato.

    Alberto también asumió con muy pocos votos propios y quiso estar bien con dios y con el diablo, pero aflojando siempre para el mismo lado.

    La principal diferencia, me parece, es que Castillo es inepto y Alberto, cagón.

    Feliz Navidad y que el año que se avecina nos encuentre confesados.

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  2. Tengo la tentación de titular su post con "Que poca izquierda, la izquierda" , porque a estas alturas es obvio que si algo se parece a una izquierda funcional es el peronismo (no todo, digamos el K) y la que pretende el copyright es básicamente antiperonista y atada a un folklore de bochinche y revoluciones de fantasía.... para solaz de la derecha, que los tolera y difunde de buenita que es. Así CFK es satanás y la Bregman una invitada frecuente a difundir sus delirios.
    De los progres, diría que funcionan como coartada de gobierno - éste en especial - para simular una "universalidad de derechos" que se limpia el traste con otros derechos (económicamente importantes) y así una tontería como el lenguaje inclusivo tapa un imprescindible y nulo debate sobre la igualdad de salarios de las mujeres y todo sigue igual, salvo el chamuyo (con la elemental colaboración de la derecha anti derechos y, ay, qué casualidad!, anti lenguaje inclusivo).
    De Perú no opino por ausencia de conocimientos, de AF podría pero mejor me la guardo, que puede haber chicos leyendo, podría sí compartir que aunque no me inspiraba muchas expectativas, no pensé que llegara a tanto su defección.
    Buen 2023, que hasta es posible que sea cierto.

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