Macri, Bolsonaro, Kast: el nazi-onanismo del tercer mundo.

Es así, fíjense que este tal Kast, o como se llame, la quedó por declarar zonzeras, como declararse pinochetista o contra el feminismo. Por si no queda claro, Macri es este tal Kast, hasta es peor. Porque tanto el chileno como Bolsonaro figuran como "nacionalistas", no importa si le entregan el país, y una parte de su anatomía, a los yanquis, salen con el himno y la bandera. Por ahí de tanto pavear terminan por firmar alguna ley o algo a favor de su país, vaya uno a saber. Y tiene una contraparte que es muy interesante, el nazi-onanismo. Ustedes dirán que el nazi-onanismo de los ultra es una payasada. Acordate argentino como terminó con Galtieri, los desastres y los muertos que costó la farsa. Uno sospecha que Bolsonaro no mandó tropas contra Venezuela 1ero porque es un payaso y 2do porque le ha ido como el orto, el matrimonio entre la extrema derecha política y la economía liberal es inviable en el 3er mundo. ¡Ah! pero Macri, bueno, el joven estadista, él no, no sabe quien es Pinochet, no sabe, no se acuerda, no lo conoce, no le dijeron, pasaron cosas y vamos viendo. Tampoco sabe que es el feminismo, los derechos de las minorías ni de las mayorías, ni nada de nada. Kast, lo mostraran los estudiosos, perdió los votos de la derecha culposa, de la derecha esa medio liberal, que se ve a sí misma como socialdemócrata. Si a Macri lo votara la derecha de verdad, nada más que la de armas tomar, perdería mucho peor que Kast. Pero el gato, de ahí su apodo, es escurridizo, no figura como partidario de la dictadura, no que va, no figura como Bolsonaro, a él, simplemente… le pasan cosas. La derecha fue, y es, anticuarentena, antivacuna, anti pase sanitario pero el señor no quedó pegado, la prensa adicta guarda silencio. Mientras Bolsonaro se quemó hasta el culo. Es misterioso como la derecha va quedando en manos de cada vez peores energúmenos, uno se pregunta cómo la derecha chilena, que siempre fue muy avanzada, recuerden como Pinocho se cagó de la risa mientras Videla murió en la cárcel, no pudo buscar a un representante a medida de la clase pudiente, otro Piñera, vamos. El caso de Brasil es ligeramente distinto, los tipos, creo que un tal Temer y otro pajarraco más, que dieron el golpe contra Dilma cometieron varios errores fatales y se creyeron que bastaba con el apoyo de los yanquis y un par de empresarios tercermundistas, un bocón demagogo los cagó. Uno, que no es experto en nada, ha podido contemplar, en general sufrir, como el capitalismo destruye, eso se ve fácil en los países que tienen riqueza minera, los buitres se llevan los metales, a veces es simple saqueo, a veces los dólares se fugan, es decir que les vuelven a ellos, en esencia se llevan el metal, que es valiosísimo, sin pagar o pagando centavos, y dejan miseria y contaminación. Hay como un proceso de tipo destructivo/autodestructivo en la sociedad, los viejos políticos con elegancia y cierta formación están desapareciendo, la clase media, real o pretendida, que votaba a los Piñera, a los Delarua, a ese que estaba en Brasil cuyo nombre no recuerdo, ahora vota a locos de atar que prometen regresar al siglo XIX. Kast logró espantar hasta a votantes de un tal Siches, o lo que sea, nadie se va a acordar de él el mes que viene, que eran votantes de Piñera. En la Argentina el equivalente de Kast sería Milei, aunque, repetimos, la diferencia es que Kast plantea conquistar la Antártida y un pedazo de Bolivia y Milei es solamente un liberal del palo y de la picana. ¡Ah! pero Macri es capaz de absorber esas contradicciones, él, por ahora solo él, es capaz de juntar a Milei con el “Radicalismo Evolución”. Al escuchar hablar del radicalismo los amigos que comentan en el blog se ríen, sin embargo, los zombies existen, ese cadáver tiene millones de votos y acaba de ganar una elección nacional. Aunque no por eso deje de ser un walking dead. Los fachos tercermundistas asustan y repelen, incluso a gente conservadora, al medio pelo, a la clase media antiperonista. Si me permiten una interpretación pesimista, aunque sostengo que no hay motivos para el pesimismo, no fue que Boric haya ganado la elección, la perdió ese bala perdida de Kast. Da la impresión de que es un fenómeno latinoamericano, incluso mundial, la derecha pone candidatos que reflejan el disparate del capitalismo.