Los radicales, divididos o no, son los fieles representantes de la clase media embarullada y confundida.

Algunos extremistas, bien ahí, dirán que son unos hijos de puta pero olvidan que el culeao, el turro, el motherfucker tiene que tener un plan. El sicópata usa a las personas como medio para alcanzar sus fines pero al menos tiene ciertos objetivos. Eso está claro en personajes como los milicos de la dictadura o los Macri. Más allá de sus características personales llevaban, llevan, adelante un plan, en la máxima síntesis sería exportar muchos porotos y que la mitad de la población se cague de hambre. Pero hay un partido que sostiene métodos parecidos sin objetivos claros. Diría que no son unos Aramburu sino unos Leonardi. Leonardi inició la revolución libertadora en nombre de la iglesia, de los principios éticos, incluso de la lucha contra la corrupción. Son parecidos a las ideas de Catón y de los romanos que le hacían la guerra a Julio Cesar hace 2 mil años. 2 mil años después ese es el puro interés de la clase alta, en nuestro caso vendría a ser la pertenencia al 1er mundo sin un programa para gobernar. El antiguo partido del orden ha gobernado años, décadas, siglos enteros. Lo hacían, lo hacen, señores más o menos serios. Un gobernante serio era Macri, nos confundimos por la imagen que nosotros vemos, un playboy decadente, un empresario chorro y un haragán que no ha trabajado un día en toda su vida, incluso hay una leyenda negra macriana que lo pone como drogón, pederasta y culpable de haber atropellado, y matado, gente con el auto. Pero es lo que pensamos nosotros. El Macri que ve mucha gente se muestra como carente de intereses personales, las viejas peinado cocker creen que perdió millones postulándose para presidente, es una mentira alevosa pero no importa porque estamos ante la estrategia de la ilusión, el ex presidente es desinteresado supuestamente pero, ante todo, es un tipo sólido del sistema, no es ningún loquito a pesar de los disparates que repite todo el tiempo. Es posible que sea el peronismo que viene en caída o son contradicciones del sistema pero la derecha se nos está dividiendo. Una parte es, digamos, Macri, probablemente es el único, tiene el apoyo incondicional de los yanquis, va a resolver la crisis ajustando y exportando, todos sabemos que es imposible que una política así se imponga si no es por el lado de una represión salvaje, de un poder judicial por completo subordinado, de intervenciones en las provincias y de alguna clase de acuerdo con la derecha del peronismo, y también de alguna clase de golpe institucional con muchos, algunos insospechados, peronistas presos. No es demasiado distinto de lo que hicieron la vez anterior. Es tan evidente que hasta es posible que algunos políticos de la derecha lo vean, aunque muchos peronistas no. La derecha, como alternativa a la “salida principal” está, eso parece, tanteando una variante. Hablemos de Larreta, representa un régimen lleno de represión, de choreos, de pérdida de derechos, de entrega del patrimonio del estado pero con discurso “amplio”, mientras le caga la vida a la gente hay diálogo, consenso y participación. Larreta es un loquito y un aventurero, toda su vida es una larga lucha para tapar eso. Y no me vengan con que es distinto de Delarua, chupete también era un aventurero, se hizo votar sin tener idea de nada, cuando la cosa, era inevitable después de 10 años de 1 a 1, se puso complicada, lo trajeron, Delarua en si se enteró por la tele, a Cavallo y cuando eso también se hundió, declaró el estado de sitio y las patotas salieron a matar gente. Hay una fracción, supongo que es la que representa ese tal Negri, que es simplemente el furgón de cola del macrismo pero ha surgido otra compuesta por individuos ambiciosos, tenía que pasar. Negri es sólido, es un estadista, es un títere. Gobernaba con Delarua pero del lado de la embajada. Últimamente la derecha se ha convertido en una especie de foro de arribistas, perfectos nadies que salen por televisión y que aspiran a, vaya uno a saber, la presidencia, después de todo si Macri fue presidente y, dios no lo permita, hasta podría volver a serlo ¿Por qué no Lousteau o Gerardo Morales o Manes o algún otro fracasado aun no cartografiado? Fíjense que Morales, por ejemplo, es un dictador con presos políticos, hace negocios turbios, más o menos a la vista de todo el mundo pero no tiene un discurso tipo Milei, no que va, es casi un social liberal, a la embajada no le gustan los discursos extremos. ¿Qué van a hacer estos advenedizos una vez que lleguen a la presidencia? Lo mismo que hacen siempre, no hacer nada, dejar que gobierne el FMI o algún Toto Caputo ¿se acuerdan? o que vuelvan los Sturzenegger o los Cavallo que siguen, reconozco que es insólito, incluso para el 3er mundo, dando vueltas, haciendo declaraciones y cobrando guita de los yanquis. Lo importante de estos estadistas es que no les importa lo que pase después, saben que son impunes y no sienten empatía por los argentinos en general. Visto desde el punto de vista del puro beneficio egoísta, van a disfrutar de fama y honores, harán buenos negocios, a lo mejor les dejan una herencia tipo Macri a sus familiares y después se van a perder en la lontananza y Clarín les va a hacer un reportaje. Escúchenme ¿no es eso lo que pasó con Delarua? Figuró, hundió a sus conciudadanos, en especial los de clase media que todavía tienen mucho que perder, mató 40 personas, eso contando nada más que con los crímenes directos y más groseros, y se fue a su casa ¿Qué tenía Delarua que no tenga Manes o Lousteau? En cada provincia, en cada gran ciudad hay una serie de políticos sin discurso político, hablan del bienestar, de la corrupción o de la droga, o de lo buenos que son ellos. Todo barullo nada de contenido. Están a favor de buena parte de las iniciativas progresistas, se alían y, cuando nadie los ve, les dan los votos a los que se oponen furiosamente a las iniciativas progresistas. Esos abogados fracasados representan a la clase media sin cabeza, gente que vive más o menos bien y que no tiene un puto libro en su casa, y, a veces, representa a los trabajadores, muchas veces de la aristocracia obrera o cuentapropista, que han perdido la orientación. Uno de los aspectos que más dudas me generan del marxismo es la tendencia al determinismo, como que la dichosa revolución se va a hacer sola cuando se cumplan no se que carajo de condiciones, todo indica que no funciona así. Sin embargo, a veces, uno cree encontrar cierto sentido histórico a las cosas. A Leonardi le dieron una patada en el culo, tal vez la historia del antiperonismo para completarse tenga que llegar de nuevo a esa encrucijada, que llegue una derecha díscola, más miope que Macri o que Delarua, una derecha del corazón, sin programa, con poco FMI y mucho Dujovne y/o Melconian. El resultado va a ser terrible al punto que uno prefiere no pensarlo. Pero, pero, tal vez, tenga que ser así que un proyecto de país, más bien lo contrario, se complete habiendo agotado todas las posibilidades, incluso las más nefastas.