El 24 la plaza de mayo estaba que reventaba, había gente para llenar 3 plazas de mayo y me quedo corto. Pero también tuvimos la otra marcha, la troscomarcha, a esa va cada vez menos gente, el poder que tienen los trosquines y los neo troscos y es franja que ocupa lugares intermedios y que nos votó a Binner y que se pasea de aquí para allá buscando vaya-uno-a-saber-que, para piantar votos, es increíble. A mi me gusta la troscomarcha, sirve para comprender la defección de la izquierda liberal y a los revolucionarios que nunca hacen ninguna revolución y que, según parece, están orgullosos. Porque los dirigentes troscos se escondieron en los 70 porque eran muy vivos, ellos si que se la veían venir. Mientras Hebe de Bonafini, esa populista incurable, salía a la calle, se comía las amenazas y la persecución y a las madres las hacían desaparecer, los líderes del troscaje brillaban por su ausencia. Troscos conocí en la cárcel, eran delegados o simples obreros pero dirigentes ni a palos, ni uno. Los milicos los conocían Altamira ya era famoso en la década del 70, y no era el único, a Altamira lo metió preso Ongania y después nunca más. Aun un personaje boludo como ese podría haber ayudado, podría haberse exiliado en serio y podría haber alborotado al troscaje europeo contra la dictadura, pero no, ni ese modesto servicio nos prestó. Esos dirigentes troscos y afines no fueron perseguidos, algunos ingenuos, que se pasan de ingenuos, nos dicen que eran muy jóvenes y no, yo los conozco, son unos grandulones, eran tipos grandes en el 75 y no se comprometieron para nada. Pero no quiero discutir eso, porque nunca va a faltar algún boludo que salga diciendo: “Porque en los 70 blablabla”. Pero en los 70 Hebe de Bonafini estaba y ellos no. Hebe de Bonafini estaba y estos boluditos no. Hebe de Bonafini estaba y estos, que uno nunca esta muy seguro de quien los financia, no. Estoy hablando del troscaje porque son el blanco obvio pero hay otros grupitos, algunos se las tiran de ultraizquierda, otros son los que pululan entre los sindicatos y que están furiosos con los populistas porque tienen que pagar ganancias, otros son lumpenes que trabajan para el estado y parece que los hacen laburar, otros no saben bien lo que piensan. Me acuerdo cuando Micheli, no se si era con rulos o planchado, decía que había que votar a Massita. El grupito que quemó el muñeco, los muñecos son ellos por cierto, es un grupito de esos que celebran congresos en una cabina de teléfono, en realidad son muchos, pero están divididos en una nube de grupitos porque son unos individualistas del orto. Son incapaces de juntarse e ir a una puta interna. En el 2001 ellos mismos se dedicaron a boludear en las asambleas, querían que alguien les hiciera la revolución ¿Qué era lo que esperaban? ¿A qué le tenían miedo? No me voy a cansar de repetirlo en el 2002, D’elia le pedía por favor a Degenaro que se presentara a elecciones por la izquierda. Pero Degenaro era prudente, esperó años para presentarse y sacar 3 votos con Binner y la Vicky Tonta. Los que siguen a dirigentes notoriamente pelotudos o bien son unos reventados que cobran, lo que desde ya me parece un modelo insuperable de moral revolucionaria, o son unos pelotudazos al cuadrado, capaces de reírse y aplaudir mientras los gorilas que se las dan de zurdos queman el muñeco de Hebe. En cuanto a los supuestos descargos las imágenes muestran que la acción deleznable contó con la participación pasiva, que es la única que conocen, de los grupitos de siempre, desmienten pero nadie sensato les cree la desmentida porque sabemos lo que dicen y sabemos con quien están. El día que vuelva a existir la izquierda en la Argentina se van a dar cuenta porque los quemadores, los que se ríen y los que aplauden van a aparecer con un palo en el orto. |
Espectacular.
ResponderEliminarFirmo al pie.
ResponderEliminarY sigo esperando la llegada de la flotilla de platos voladores que confirme la reBOLUción que no se cansan de anunciar los profetas del troskaje.
Abrazo patagónico !!!
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Lo que han hecho es imperdonable. Tienen suerte que no estamos en los setenta...
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