El momento en que atendemos a los nismaníacos.

Hay muchos resúmenes más exhaustivos y mejor hechos en la blogosfera pero déjenme contarles que descubrimos sobre el super-fiscal en estas semanas nimanianas. Por ejemplo, en cuanto apareció el cadáver la familia, la mamá, la tía, no-se-quien vació las cajas en, al menos, un par de bancos. Apareció el inefable Lagomarsino, que le prestó un arma, vos, criollito de a pie que no te conoce nadie, prestale un caño a un tipo que aparece muerto y vas en cana 2 años. Aparecieron listas de gastos disparatados de la fiscalía, el fiscal tenía asesores de vaya-uno-a-saber-que guruses, homeópatas y gimnastas que costaban fortunas. El auto del fiscal estresha no era de él, para que meterse en gastos ¿verdad? era de una empresa, que tampoco era una empresa de nada sino una tapadera de la CIA. Surgieron empleados, pagados por el estado, es decir nosotros los regilastros que pagamos impuestos, cuya función es desconocida. Resurgieron las filtraciones de wikileaks o como mierda se llamen donde queda que el gran fiscal de la pequeña república era poco menos que un empleado de la embajada. Supimos que la denuncia que iba a terminar con la shegua y sus paniaguados estaba basada en la INTERPOL que la desmintió y en escuchas, más bien ilegales y de ideología ligeramente asquerosa, del gordo Delia, que tiene un programa de radio en el que, desde hace 10 años, habla bien de los iraníes y de un pobre pibe que tiene apellido árabe. Tuvimos una marcha de ancianos mojados, conducida por otros fiscales no nos cabe duda que animados por la misma sed, insaciable, de justicia que animaba al difunto. Un periodista de verdá, de raza, raza fox terrier podríamos agregar, después de arriesgar su vida investigando, encontró los hilos de la conspiración iranio-venezolana con raíces en cuba y con un pibe que es de Tanganica, que son los mismos que mataron a Charlie Hebdó. Conocimos a la, presunta, más bien improbable, novia modelo del fiscal. Nos enteramos de que el fiscal había tenido una señora que era jueza, la familia judicial al palo, que contrató 2 peritos que habían sido además de famosos embarradores de causas, alcahuetes de los milicos, una garantía, vea. No conforme con esto la ex del fiscal de la patria se dedicó a demorar y empelotar la investigación, todo eso en salvaguarda de la memoria del fiscal de la noche y de la justicia. Se nos apareció un juez, que desgraciadamente era serio y que destrozó la denuncia, quitándonos la alegría de vivir. Nos enteramos de que había otro fiscal llamado "polishita" o algo así que insistía con la denuncia y que pasó a no-se-que-cámara, podría ser la cámara de la pelota, me don't know. Descubrimos a una fiscal, ¡otra más!, que investiga, desde hace meses, uno de los suicidios más obvios desde el de Hitler. Nos encontramos con una tremebunda presentación de la ex del sublime fiscal de la patria, donde los peritos del barro, llegaron a la conclusión de que el fiscal de los fiscales fue asesinado y que lo asesinaron por "una cuestión de dinero". ¿Qué dinero? ¿En dónde? ¿Sacado de dónde? ¿Quién? Averigüenmelo ustedes si son tan vivos. Supimos que para la viuda tiene que ser asesinato si o si, porque si no se le va la herencia. Que guachos que son esos tipos de los seguros por otra parte. Hemos sido informados también de la floreciente vida nocturna del fiscalazo y de sus coquetas secretarias pagadas, ellas, también con la guita de los boludos de los contribuyentes. Y hoy, ahora mismo, se supo que Lagomarsino no cobraba 40 mil pesos por no hacer nada, la vida no es tan buena, cobraba la mitad y la otra mitad la ponía en el banco en una cuenta del fiscal de la república. Pero todas estas grandes revelaciones no son el objetivo central de esta nota, no. Se trata de todos esos piojos, chantas y perejiles varios que se pasaron todos estos meses en continua fijación con el fiscal suicidado por la sociedad como dijo Artaud. Ahora viene el silencio y el olvido, el juguete ha sido usado para comer coquitos y nublarle la sesera a la clase media. Ya está, ahora vienen, no se, los culos del otoño en el programa de Tinelli, la interna del PRO, las niñas muertas, el Ébola, lo que sea, para tapar este asunto. Y si quieren un consejo gratis, si vos llegas a leer esto, Shegua, peroncho con poder, pingüino encumbrado, auditen todas las fiscalías y todos los jueces porque sospecho que son todos Nisman.

Pagaron 50 mil mangos para estar en la cena de Macri. Ustedes que lo van a ver, acuérdense: La Revolución no es para que no haya más pobres, es para que no haya más ricos.