La paz, la tierra y un gobierno bolchevique.
26 de octubre de 1917 Petrogrado
Ese día amaneció frío, húmedo y oscuro, la gente decente de la clase media se levantó a boludear, como lo hace siempre, los periódicos, Clarín, TN y el pelotudazo de Santo Biassati decían, reordenando sus prejuicios, que unos chiflados habían estado jodiendo en el Palacio de Invierno y que el infalible Kerensky pronto llegaría del frente con millones de soldados ansiosos de volver a poner en el poder a 4 millonarios, a 4 milicos fascistas y a la comparsa liberal. Había que disfrutar y reírse de los aventureros zurdos, durante las horas en que estuvieran al mando. Los amigos mencheviques dicen que, apartados de la sabiduría y el control técnico de la clase media, los bolcheviques se hunden inexorablemente. Para los "liberales de la bomba" los bolches no son más que agentes del Káiser Guillermo.
Pasan dos cosas, por un lado desde Petrogrado sale la orden de formar los CMR y de darle el poder a los soviets, donde sea y como sea, y por otro los milicos golpistas de Kornilov y compañía no se escaparon de la supuesta cárcel donde estaban sino que, simplemente, los dejaron ir. Estos simpáticos soldaditos del Zar van a organizar una guerra civil con 10 millones de muertos.
La huelga de los servicios públicos comienza en la central de telegrafos, el centro bolchevique en el palacio Smolni envía telegrafistas militares. Lenin propone un gobierno puramente bolchevique, los SR-istas de izquierda todavía vacilan, los nuevos ministros se llamaran "Comisarios del Pueblo". La segunda sesión de congreso de los soviets, y, tal vez, la segunda parte de la historia de la humanidad, empezó a las 9 de la noche. Entonces aparece Lenin, el mismo, para dirigirse a las tribunas, se escuchan gritos y aplausos, se hace silencio, durante unos momentos interminables Lenin juega con sus tiradores, se levanta las mangas, carraspea, se inclina como para leer, apoya los brazos en la mesa, eleva la mirada, 160 millones de habitantes del antiguo imperio esperan su palabra, Lenin dice la frase que va a marcar a fuego a varias generaciones, la frase que lo muestra como el pensador político más profundo de su tiempo. Lenin dice: "No contaban con mi astucia".
El, recién nacido, gobierno bolchevique propone una tregua de 3 meses y conversaciones de paz inmediatas, sin condiciones. El llamamiento es no solo a los gobiernos de las principales potencias sino a la clase obrera y el pueblo de todos los países. Para ubicarse, recuerden que en ese momento, Rumania había sido invadida y aplastada, Italia había perdido una gran batalla, los submarinos alemanes le daban a todo lo que se movía y se preparaban para bombardear Paris desde 100 kms de distancia. Créase o no, el documento que, de hecho, saca a Rusia de la guerra y que va a determinar una lucha política brutal dentro del partido comunista, es aprobada por unanimidad. Y eso sin contar con que es una ruptura de los tratados con los imperios Británico y Francés y con los yanquis. Con el paso de los días y de los meses se va a hacer cada vez más claro que, la "declaración de Paz", refleja el deseo de los soldados campesino. Más adelante seguimos con eso.
El siguiente paso de Lenin en el congreso es, si cabe, todavía más grandioso, la propiedad terrateniente es abolida. Esta ley viene del congreso de los soviets campesinos en agosto, establece que las tierras de los nobles y diversos garcas son de los campesinos y que los soviets, que no son más que las antiguas comunas, se harán cargo de la distribución y el reparto, los vienes y herramientas de los terratenientes y afines son confiscados, es decir sin indemnización. La ley surgió de un resumen de una bocha de mandatos de los soviets campesinos y formaba parte del programa del partido SRista. Lo que prueba que no era un mandato para ser cumplido sino un sueño bonito como si dijéramos un romance con Angelina Jolie. De modo que las tierras de los terratenientes que eran gente sana y trabajadora que se levantaba temprano para ver crecer la cebolla fue robada por esa brutal manga de negros sucios que viven de subsidios, que quieren que el estado les de y que hacen el pasito de los wachiturros, una vergüenza, señora, una vergüenza. Por otra parte esto si que es una confiscación y no boludeces. Lo pior, lo más pior es que el objetivo de la ley no era hacer felices a los campesinos, y a los niños ya que estamos, era para joder a los terratenientes, a los bancos que quedaron de rodillas sin las hipotecas y a la contra revolución que nunca volvió a tener base en el campo. Al último proclaman el nuevo gobierno, el consejo de comisarios del pueblo.
Sujanov
Por suerte tenemos el testimonio de un, casi pongo bloguero de centro izquierda para contarnos como fue el día 26 de octubre, el día 1 por así decirlo, de 1917. La gente como uno se reunía para juramentarse en resistir a los intrusos que se habían apoderado del país, los diarios, esos maravillosos que leen los perejiles en el colectivo, habían sido cerrados o las ediciones secuestradas y el CMR los estaba quemando en la calle, ante la vista azorada de los vecinos, que ya no se enterarían de las ofertas en el COTO.
Nuestro comentarista replica azorado que “el zarismo nunca aplicó estas represalias masivas contra la prensa”. Nuestro corresponsal nos cuenta que Martov, el menchevique decente, se apareció, la noche del 26, para pedir por los ministros del Palacio de Invierno que estaban presos, en apariencia, los bolcheviques no le hicieron caso pero los ministros fueron puestos en arresto domiciliario. En toda su sencillez, esto nos dice más sobre la voluntad de diálogo de los terroristas bolcheviques que kilómetros de libros de cháchara política.
Ahora Lenin lee el decreto de la paz, nuestro amigo suspira, “es lo debiera haber hecho el gobierno provisional hace meses”, nos dice. Además ve claramente que Rusia ya no tiene ejército, ya no, la proclama es una rendición incondicional disimulada. Los SR-istas de izquierda y aun los chupatintas del diario de Gorky avalan la declaración.
Llega el decreto de confiscación de la tierra, Sujanov dice que, no solo está de acuerdo sino que él mismo ha estado insistiendo y peleándose, con otros mencheviques, a favor de la propuesta pero resulta que la propuesta conlleva, por ejemplo, la abolición del trabajo asalariado en el campo y en eso no está de acuerdo porque “un decreto no puede cambiar las realidades económicas”, salvo los decretos del capitalismo, claro.
Ahora hay debate ¿Deben los bolcheviques gobernar en soledad? Por supuesto que no. Incluso los propios bolches insisten con una coalición, buscan a los SR-istas de izquierda que, después van a ver, en muchas provincias donde casi no hay bolcheviques, han hecho la revolución por su cuenta. Pero los SR quieren un gobierno de coalición con los mencheviques y la derecha SR.
No quedan, en el congreso de los soviets, representantes de la derecha de los SR y de los mencheviques de modo que el que habla es un representante del sindicato ferroviario. Tiene un ultimátum para el Congreso, si no se forma un “gabinete multipartidario”, es decir con los derechistas que han abandonado el congreso, que están organizando un “comité de salvación” junto con los liberales y que están apoyando a Kerensky que ronda el cuartel general del ejército buscando tropas, si no están esos, el sindicato ferroviario va a paralizar todo el transporte, con una huelga “por tiempo indeterminado”.
Trotzky quedó como comisario de relaciones exteriores, de eso nos vamos a ocupar (¡Ay! de los trotskistas) cuando lleguemos a la paz de Brest-litovsk. Stalin quedó como comisario de las nacionalidades y también va después. Vamos a escribir sobre los bolcheviques “menores” del consejo de comisarios del pueblo.
Educación: Lunacharski, hombre de cultura, crítico de arte y periodista, bolchevique de siempre pero apartado, en 1917 pertenecía al grupito de Trotzky, se le atribuye responsabilidad en los avances enormes que hizo la joven república socialista en alfabetización, intentó defender a dios, alegando demencia, en el juicio que le hicieron los soviets en enero de 1918, finalmente el todopoderoso fue declarado culpable y fusilado por cien salvas de cohetazos dirigidos hacia arriba, lo que viene a querer decir que ni dios se salvo del terror rojo. Se convirtió en diplomático y murió en Francia en 1933.
Interior: Rýkov, bolchevique desde el comienzo tuvo posturas a favor de un entendimiento con los mencheviques, formaba parte de la “fracción moderada” de Moscú, no estuvo cerca de Lenin en abril de 1917 y tampoco en la insurrección de octubre, la semana que viene más sobre Moscú. Estuvo en el grupo de “bolcheviques disidentes” en noviembre del 17. Ocupó muchos cargos en el área de economía. Y se alineó con la derecha (Bujarin,Tomski) en los años 30, cuando Stalin se inclinó hacia la izquierda, Rýkov terminó en el pelotón en 1938.
Comercio e Industria: Noguín, bolchevique pero del ala conciliadora desde el comienzo, uno de los líderes bolcheviques de Moscú se opuso a casi toda la política leninista del año 17, hizo la autocrítica se ocupó de la industria textil, en los 20 negoció tratados comerciales con el Imperio Británico y con los yanquis, murió en 1924.
Trabajo: Shliápnikov, en el ‘17 presidía el sindicato metalúrgico en Petrogrado, formó parte de la oposición obrera en año ‘21y terminó en el pelotón en el ‘37. Shliápnikov es como el Cipriano Reyes de Lenin y ahora que los viejos peronistas les expliquen a los pibes, y a los zurdos aliados, quien era Cipriano Reyes y el Partido Laborista.
La lista de funcionarios soviéticos menores, continuara.
Artículos anteriores:
1.Con el Zar estábamos de fiesta, estábamos..
2.Los 4 zurditos de siempre.
3.El ascenso revolucionario.
4.La revolución en el descenso.
5.El país oscuro.
6.El retorno.
7.La guerra es el mejor negocio, 1914.
8.La retirada interminable
9.la revolución de febrero
10.Lo que dejó la revolución de febrero.
11.Lenin, el mismo, en Rusia.
12.La renuncia del ministro liberal
13.La gran ofensiva desastrosa
14.Semi insurrección semi bolchevique
15.El golpe de estado
16.infiltración bolchevique
17.El Comité Militar Revolucionario contraataca
18.Del palacio de invierno al congreso de los soviets
19.el 25 de octubre
¿Por qué tanto odio? Seamos amigos, tontito.
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