martes, 9 de julio de 2013

A propósito de la debacle sufrida por un conocido seudo periodista del grupo hegemónico. Nada en especial, que el rebote continúe.

En realidad no pensaba escribir sobre eso pero digamos que el “clima de época” pudo más.

Conozco mucha gente que está festejando. En cierto sentido es un error porque la propaganda grasa de Larrata, el gordo pedorro, el ladriperiodista o como quieran llamarle, no es de lo más eficaz que se ha creado.

La opinión pública, la de la masa despolitizada, es como la de las señoritas que recuerdo de mi lejana juventud, para llevarlas a la cama hay que hablarles bien, no van con cualquier atorrante que grita y hace gestos.

Con un tipo que exagera, que parece desesperado por convencerte, con la tribuna que se ríe y la chica que muestra el culo y la imitadora berreta de la shegua, no se puede ganar a nadie.

Es una propaganda hecha desde la furia, el dedito, los gritos, las puteadas. No es casualidad que las grandes marchas del pueblo gorila terminan en golpes, corridas y gas pimienta.

Si hay algo en lo que los argentinos de clase obrera y el medio pelo divergen es en relación a la histeria y a los reflejos violentos.

Se veía que la grosería prepotente, además de dar efecto boomerang, estaba desgastando a los propios militantes de la causa. Lo que les pasó el domingo pasado es que se desmoralizaron.

Bastó que un tipo, no uno cualquiera, les hiciera frente para que se desbandaran. Eligieron a Luis D’elia por dos motivos, porque es “racialmente incorrecto” y porque vive en un municipio incorrecto como es La Matanza.

Aunque D’elia tiene defectos mucho más graves que esos, es un cuadro político de la izquierda peronista, tiene una organización y es emergente de la ideología que teníamos en la década del 70.

Es la segunda vez en unos pocos meses que nuestro gran “periodista independiente” se mete con D’elia. La vez pasada se habían pasado largos minutos de televisión empecinados con la pileta, quien sabe, tal vez, el país blanco le tiene miedo a sol. También se habían metido con los hijos de D’lia lo que constituye un buen antecedente de la canallada extorsiva que padeció el “testigo estrella” el domingo pasado.

El encargado del apriete fue el nuevo empleado del “periodista” roedor, Levinas.

Levinas es uno de eso tipos candidatos a extrañar su época feliz de anonimato. Se ha vuelto muy conocido y no parece poseer la fortuna y el entramado de relaciones que tienen los “periodistas profesionales” del grupo que viven en un mundo aparte. Además es candidato a un lindo juicio por extorsión. Y es posible que en esa el grupo lo deje en bolas puesto que es previsible que empiece una retirada ordenada después del desastre. El pasado inconveniente se tapa y a otra cosa. Le van a dar el horario a Majul.

En el primer mundo no se permiten las difamaciones e injurias y el “vale todo”, incluso con aquellos que son enemigos del sistema, se permite denostar a los “populistas” pero hasta cierto punto. No lo hacen de buenos que son, lo que quieren es evitar el efecto rebote.

Las acusaciones ridículas terminan por fortalecer la militancia de aquellos en quienes se quiere influir.

La diferencia radica en la posición, la propaganda en posición dominante es suave, después de todo tiene toda la fuerza y todo el tiempo del mundo para convencer a los ciudadanos de a pie del ajuste o de la bondad del Papa.

El problema es que pasa cuando tenes que pelear desde afuera del poder del estado.

Siempre pensé que las redes sociales eran solamente una moda estúpida pero, como en tantas otras cosas, estaba equivocado. “Tiene razón pero está herrado” decía un viejo amigo.

Las redes pusieron la respuesta de D’elia al “informe” de Larrata en tiempo real. Al parecer hubo decenas, cientos de miles de criollos, divirtiéndose a lo grande, viendo como le retrucaban a los roedores.

Y el roedor y sus secuaces pudieron asistir a su propia bancarrota, así, en vivo y en directo.

Una pregunta es porque los “informes” de Larrata no resultan en ningún juicio y ninguna otra acción seria. Para empezar si el investigador es Levinas no se entiende que puede salir de ahí, siguiendo por ese lado casi cualquier investigación de lavado, evasión en masa, contrabando, etcétera tiene que incluir a los bancos y a sectores del poder en serio ¡Los periodistas de Clarín deberían empezar investigando a Clarín! Y si no terminas investigando la pileta de natación de D’elia.

Así fue, al menos por esta vez, las redes sociales les terminaron jugando en contra. Además lo hicieron rápido, de sorpresa.

Esas redes son la inmediatez, nada se puede decir de bueno en 140 caracteres o lo que sea por el estilo. Ninguna frase ingeniosa es suficientemente ingeniosa.

La red social es el olvido garantizado.

Y cuando uno escribe, escribe contra el tiempo, contra el olvido.

Supongo que por eso estamos escribiendo está historia menor, aunque las historias menores no tienen nada de malo, para que siga dando vueltas y, de ser posible, el rebote continúe. Reírse de tipos tan sobradores, con tanta prensa, es como reírse de los dioses.

Vencidos por un negro de La Matanza.

3 comentarios:

  1. "Esbirro mediatico" le han dicho. Quien puede definirlo mejor?

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  2. Si va Majul en reemplazo de Larrata, en lugar de Boca o River, con ponerle a Defensa y Justicia en ese horario ya está.

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  3. Me parece que Cacanata tiene un "mercado" cautivo: los ultragorilas. Pero por otro lado entra en los margenes de los argentinos chantas, incultos, soberbios, idiotas que se la saben toda.
    Yo tampoco entiendo cómo este hdp no tiene juicios en su contra...
    saludos
    Pino

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