Que quieren que les diga para mí el mini-Goebbels se ha convertido en un clásico. Un periodista político que no es periodista. Nunca te vas a enterar de nada leyendo al mini. Y que no escribe de política. Mejor dicho escribe de política poniendo Chucuchuu! Para que no se noté el pescado pasadito que vende. Mini-Goebbels escribe propaganda y chicanas. Van dirigidas a un público progresista. Como los progres criollos pueden llegar a ser flojitos de mollera o, mejor dicho, perdón por la muletilla, incontinentes, es un asunto serio. Goebbels es un especialista en caricaturas. El espejo lo ayuda. Esta vez el mini escribe sobre los trenes. El principio de la desinformación es tomar un rasgo de un problema y ampliarlo hasta el infinito. Los trenes están mal, se viaja para el orto. El tren descarriló, los trenes andan mal pero no es imposible que una “mano amiga” haya dado ayuda para que descarrilara. Pero esto es completamente ridículo puesto que vivimos en Disneylandia y no hay nadie que haga cosas malas por causas políticas, a no ser que sea parte del gobierno. El 24 de diciembre pasado hubo un corte en Constitución organizado por 20, repito la cifra: 20, personas y aparecieron unos pibes con bolsos llenos de piedras pero eso no ocurrió nunca. Es solamente el loco del bigote, contra el que no te animas a discutir, que está mintiendo. Goebbelito se conduele de la crueldad contra tipos que fueron detenidos en incidentes en los trenes. Porque a zurdo a Goebbels no le gana nadie. Él defiende a los obreros y los sindicatos, siempre y cuando estos últimos no trabajen en el Clarín. Él defiende al PO y a Pino. Porque Goebbelin está con la revolución y el pueblo. Ojo que mini Goebbels es un progre bárbaro. Yo aclaro que no tengo ni la más mínima prueba de que el PO participe de estas provocaciones aunque si tuvo que ver con el corte de los 20 en diciembre (no justamente el 20 de diciembre). De cualquier manera ¿Alguien en su sano juicio pone las manos en el fuego por los dirigentes del PO? La CTA del tano Degenerado pacto con duhaldistas en Tucumán y le afanó la elección a Yasky. Me inspiran una confianza bárbara. Si uno no supiera con los bueyes que ara sería, digamos, irritante hasta límites peligrosos que un tipo escriba sobre los trenes sin mencionar la privatización. Porque con Delarua los trenes andaban que era una pinturita. Mire, vea. No solamente eso, al mini todavía le queda resto para emprenderla contra los subsidios. Esos subsidios que hacen que el boleto cueste monedas. Pero claro como va a figurar esa demagogia vacía del boleto barato si lo importante es que Anibal le echó la culpa al bueno de Pino y al demócrata Altamira. Y lo peor es que se la agarró con los muchachos de Quebracho, el grupo de izquierda favorito de la derecha. Ahora de re-estatizar los trenes ni hablar, eso es política ¿Se imaginan lo que diría el patrón? Igual que no panda el cúnico que estos al jefe no se le retoban nunca. Tienen 50 mil razones para guardar la compostura. Y acá se trata de agarrárselas con el bigotón. Porque el bigote, de frente, te pasa por encima. Pero no se preocupen que el “periodismo de investigación” va a ayudar mucho para resolver el tema de los trenes. Ustedes esperen tranquilos. Chucuchucu! Y se me olvidaba, este año viajaron un millón de pasajeros más por aerolíneas que el año pasado, se incorporaron aviones nuevos y el déficit re redujo a una tercera parte de lo que era en manos privadas. Lástima que a Chucuchucu Goebbels se le pasó. |
Como siempre; un lujo de post.
ResponderEliminarJA. Buenísimo!
ResponderEliminarYo sé que me voy del tema del post, pero ¿qué hace TBA con la guita de los subsidios? Ahí el estado tiene que controlar más y obligarlos a que el servicio funcione y que sea seguro. Si ves el estado de trenes y vias es lamentable. La empresa actúa como si el boleto a precio subsidiado fuera el único ingreso que tienen. Yo soy partidario de la estatización, pero aunque no se estatice, hoy el Estado tendría que hacer valer su rol de controlador, y parece que hace la vista gorda.
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