sábado, 15 de agosto de 2009

Montoneros en Roma: La batalla final


Julius en la Galia. Pompeius en Roma, con la suma del poder. Crassus de conquista por Persia. ¿Qué será del partido popular? ¿Renunciara el montonero?
Capítulos anteriores…
http://elhombre3.blogspot.com/2009/08/los-montoneros-infiltraron-al-imperio.html
http://elhombre3.blogspot.com/2009/08/auge-del-montonerismo-en-la-antigua.html
http://elhombre3.blogspot.com/2009/08/tiemblen-gorilas-que-llega-el-general.html
http://elhombre3.blogspot.com/2009/08/mecanica-del-golpe-de-estado-en-roma.html
http://elhombre3.blogspot.com/2009/08/el-eterno-retorno-del-partido-popular.html

La Galia se hallaba en un proceso de dislocación, los germanos habían ocupado una parte considerable del territorio y venían por más. A su vez los galos estaban divididos en distintas tribus. Lo peligroso de la situación era la posibilidad, de que un tercero en discordia, terminara por unir a todos en contra suya.
El único romano al que podía ocurrírsele ir a meterse ahí, ya saben quien era. Julius tenía dos objetivos, el principal era un compromiso con el país romano, que no podía convivir con un imperio germano en su frontera, el otro era contar con un ejército popular. No por nada Julius era heredero de Sertorius.
Cuando estos artículos se conviertan en una película, en la escena en la que Julius parte para la Galia, tienen que aparecer los villanos de la oligarquía, frotándose las manos y diciendo que el montonero está perdido.
Hasta ahora habíamos visto a Julius como un político brillante. Es difícil entender como le alcanzaba el tiempo para:


  • Andar con todas las minas casadas y los taxiboys de Roma


  • Ser un esposo enamorado y padre de familia


  • Escribir textos geniales, modelo de prosa latina


  • Organizar y dirigir el partido popular


  • Bancar orgías costosísimas junto a sus amigotes


  • Convencer al turro de Crassus de que lo financiara


  • Ser un legislador excepcional


  • Construir el mejor ejército de la época


  • Conquistar Francia y romanizarla por completo
Supongo que es este tipo de cosas lo que hace difícil entender el populismo. Porque todo está relacionado, con el hecho de que Julius es un hombre del partido. Cuando había que pelear, Julius se ponía el casco, levantaba su escudo y salía al frente. Los soldados lo hubieran seguido hasta el infierno.
Mientras Julius pelea contra los galos, en Roma nada es más popular que denigrar al partido popular. Basta que, algún teatro, aparezca una alusión a Julius para que una multitud de mediopelos romanos se queje e insulte. Esta de más aclarar que los candidatos de Julius perdieron las elecciones, pero, eso, no tiene nada que ver con algo que haya pasado por estos pagos, recientemente.
Tampoco tiene nada que ver con el presente, el hecho de que, la oposición agrogarca, tuviera los medios y al medio pelo a favor.
Julius, en vez de perseguir y censurar, se dedicó a buscar el buen trato y las buenas relaciones con sus críticos feroces. No traten de entenderlo, Julius era demasiado.
Para ese momento los persas, hay gente que, 2000 años después, todavía no aprendió que con los persas no se jode, han aplastado a Crassus y su ejército en Carrhae. Y Julius se enfrenta al último caudillo Galo: Vercingetorix. En ese momento Pompeius decide abandonar a los populares.
Después de más de cien años las cosas están de nuevo entre el partido popular y los oligarcas. Drusus había derrotado a Gaius Gracchus, Sulla a Cinna. Aunque tanto Julius como Pompeius adscriben al partido popular, el popular es Julius. En esta, nuestra perversa época, muchos confunden "cintura política" con la traición. Nadie tuvo más cintura que Julius, pero cuando uno espía en la historia, el programa de Julius es el de Gaius Gracchus. La negociación, entre el senado oligarca y el líder popular, terminan, cuando los partidarios de Julius, son obligados a abandonar el senado bajo amenaza.
Caesar cruza el rubicon, que es el límite entre la Galia y Roma. Aún sabiendo que, todos los reyezuelos, los oligarcas, el medio pelo y la burocracia estatal están contra Caesar, ni un solo soldado deserta y, en el norte de Italia, miles de voluntarios se suman a los insurrectos.
Pompeius parecía tener ejércitos en todas partes, si Caesar hubiera seguido las "leyes de la guerra", hubiese esperado hasta el final del invierno y se lo hubiesen morfado al horno en primavera. Caesar ha cruzado el rubicon con una sola legión (5000 soldados) ahora tiene 40000. Caesar tiene a Roma y a Italia casi sin pelear, la oposición está segura (¿no lo dijo TN?) de que Caesar va a imponer el comunismo y a socializar a las mujeres. Desgraciadamente, nadie es perfecto, no se produce ningún despelote, por el contrario el gobierno de Caesar es moderado y actúa siempre según la ley y, si la ley es mala, hacemos otra. La clase pudiente, que no está alienada por la propaganda oligárquica, sigue con los negocios de siempre.
Parte de la estrategia del partido oligarca y de Pompeius era cortar las comunicaciones entre Roma y las regiones trigueras para rendir, a Caesar y al pueblo, por medio del hambre. Por suerte, hoy en día, a nadie se le ocurriría una bestialidad como esa.
Después de derrotar al ejército de Pompeius en España, Caesar se enfrenta con su rival en lo que ahora son esas republiquetas de los Balcanes. Caesar es derrotado en Dyrrachium pero consigue escapar y reorganiza su ejército. Finalmente en Pharsalus el ejército superior de la oligarquía se desbanda, Pompeius escapa, aun antes de que termine la batalla. Esa noche los soldados, y el propio Caesar, se encuentran con las lujosas tiendas de campaña de los senadores y se llenan panza, con el banquete que estos tenían preparado para festejar.
En Egipto, el último país independiente del mediterráneo, a Pompeius, el rey Tolomeo, le corta la cabeza. Caesar depone al tal Tolomeo y se queda tres meses de vacaciones con la reina Cleopatra, un gil el Caesar. De ahí todavía al África y, de vuelta, a España. Esta campaña interminable muestra la persistencia del partido oligarca. Aunque líderes, como Cato o el propio Pompeius, intentan impedirlo, el ejército de la oligarquía es vengativo. Este último es un factor notable, siempre se ha dicho que, la clemencia, el atenerse a la ley y perdonar, era de conveniencia política para Caesar pero, leyendo un poco, uno piensa que es la inclinación de un hombre adelantado a su tiempo. Y también el modelo para todos los políticos populistas en el futuro. Los únicos que no reciben clemencia son los asesinos, los sádicos y los traidores.
Los puntos del programa de Caesar:


  • Poner la economía en balance con una moratoria de las deudas privadas.


  • La reforma agraria para volver a tener una clase campesina en Italia.


  • Las colonias para mejorar la posición de los pobres. Y, de hecho, reducir el reparto de pan.


  • Terminar con la explotación irracional y despiadada de las provincias


  • Ir hacía la igualdad de todos los hombres libres de la república.

El año 45 AC fue el más largo de la historia porque, debido a la reforma en el calendario, tuvo 455 días. Ese año Caesar regresa triunfante de la guerra civil. Lo vamos a dejar así. Caesar marcha al frente con su carro de caballos y los lictores y diversos alcahuetes que tiran flores, detrás marchan sus esforzados legionarios que le gritan: "¡Pelado, trolo entrega a la Cleopatra!". En la multitud que lo recibe están todos los bichos raros de Roma. Nosotros el pueblo. Los actores, los villeros, los poetas callejeros, los judios, familias de clase media con chicos, algún que otro emo, los caniches y otros bloggers y (¿Por qué no?) los putos peronistas con sus pelucas y su maquillaje. Y los ancianos veteranos de la lucha por el estado nacional y la democracia.




PD en el próximo artículo, les juro que es el último sobre este tema, hablamos de las maravillas de Roma y no se olviden de reclamar, en la compu más próxima, la cronología, para zafar en un examen de historia.

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