sábado, 13 de agosto de 2022

Algunos apuntes científicos e imparciales sobre cómo la gente común, de a poco, se caga cada vez más de hambre.

Desde Macri, aunque mucho de esto venía desde antes, disfrutamos alborozados de un boom de exportaciones. Puede ser que en algún momento, hace décadas, exportar servía para traer dólares e industrializarse.

No estoy muy seguro de eso pero vaya y pase.

Se supone que debería existir una cuota, todo el mundo dice que la hay, que resguardara el mercado interno.

Los exportadores deberían perder plata, algo, poquito, vendiéndonos pan barato.

Uno tiene la impresión de que el cupo no se cumple, que exportan todo y que nos cobran como si fuéramos europeos.

Además los dólares, que deberían llover de la exportación, se van. Los tipos están sentados sobre 10, 15 o 20 mil millones de dólares y no liquidan.

O liquidan y se fugan.

O contrabandean.

No solamente eso, como si los exportadores no fueran suficientes, tenemos a los importadores que traen basura comprada con dólares de 150 pesos y te la venden a un dólar a 350 o que toman deuda o que hacen una serie de trampas.

Y como si eso todavía quedara alguna duda tenemos a la clase media que se las rebusca para viajar por Europa con dólares, inexplicablemente, baratos.

Ya los conocemos, son esa clase extraña de empleados coloniales, revientan fortunas en estupideces y después se quejan del país.

Industrializarse es intrínsecamente progresista, da buenos laburos y permite exportar y lo que ustedes quieran, pero con un 30-40 o más % de componentes importados ya no estoy tan seguro.

Eso no es industria es ser una factoría.

Se me olvidaba que deberíamos estar exportando, por ejemplo, culadas de autos al 1er mundo y que no nos dejan porque tienen una serie de leyes proteccionistas que no te compran ni un tornillo.

Si eso no fuera suficiente, la mayor parte del mercado está en manos de empresas del 1er mundo que… ¿qué otra cosa esperaban? se llevan los dólares.

Es interesante, 1ero tenemos una especie de economía dolarizada, las viviendas por ejemplo las devaluaciones continuas han convertido, incluso deptos. modestos, incluso ranchos en inaccesibles.

Es imposible, no ya para un trabajador, para un tipo de clase media bien, comprar una vivienda.

¡Incluso los créditos, impagables, en dólares han desaparecido!

Por supuesto que las subas continuas del precio de los alimentos han convertido la falta de viviendas en una trivialidad.

Si por el contrario el peso se pone durito, me viene el recuerdo de los dólares de Macri a 20 pesos, la catástrofe lleva a la explosión de la deuda externa, solucionada por el préstamo imposible de pagar del FMI.

La gente común, que tuvo la pésima idea de haber nacido pobre, duerme bajo cajas de cartón, papel de diario o bolsas de plástico.

Pero nadie se fija en eso porque, por suerte, tampoco tienen para comer.

No son los dólares, en última instancia importan un carajo. Es la obligación de exportar la comida al punto que la gente se cague de hambre.

Es más, el precio de la comida que exportamos no lo ponemos nosotros.

Si yo tengo, supongamos, uno es del 3er mundo, bananas en mi huerta, les pongo un precio, debería calcular cuánto me cuesta, no sé, el fertilizante y el machete que necesito y un par de changarines, lo que se les ocurra, de ahí cuanta guita espero ganar y pongo el precio.

Si no me pagan lo que corresponde no vendo, como banana frita.

A nuestra comida le ponen precio en Chicago o donde sea.

Si no nos pagan lo que pedimos que le compren el trigo a Ucrania.

Pensaba escribir que estamos como en el virreinato pero ¿saben qué?

Al bueno del virrey Cevallos le hubiesen pegado una patada en el culo si hubiese permitido semejante grado de dependencia.

1 comentario:

Piensa mal y acertarás