Un poco estúpido, un poco pícaro, todo él socarrón. Son los mesías del 3er mundo. Así como siempre tuvimos un peronismo leal, nacional y combativo, siempre tuvimos a los que Evita llamaba los “vendepatria”. Hubo un peronismo de la tranza que pactó privilegios y negocios con Aramburu y Rojas, con Ongania. Estaba cerca de la JP en el 73, a medida que la JP quedó más y más enfrentada con Perón el zorro riojano se fue abriendo. Para el 76 el peronismo complaciente quedó, más o menos, donde está hoy el radicalismo, las ideas que reclama no tienen nada que ver con la práctica. Están aliados con los sectores más jodidos del capitalismo depredador. Lo interesante del caudillo riojano era el circo, la payasada, las celebridades. Un país con la economía “abierta”, integrado al mundo y queseyoque, no necesita mayormente gobierno, salvo para distraer. Como puede ser que eso funcione, que los distraídos terminen cagados de hambre y que no sepan ni que fue lo que pasó. Es interesante observar cómo se hundió el 1 a 1, como los dólares fueron desapareciendo, se iban en remeras baratas que bajaban en los barcos, se iban en “inversiones”, un sector de la clase media cumplía el sueño del pibe: Disneylandia. No me digan que eso no es cómico, unos descerebrados hunden a su país para ir a sacarse fotos con un boludo disfrazado de ratón Mickey. Como todo eran dólares y todo entraba libremente, el supermercado estaba lleno de queso francés, de cerveza belga, de salchichas alemanas y de fideos italianos, si eso no es la felicidad, entonces no sé qué es. Las empresas del estado que, bien o mal, habían prestado su servicio, que contaban con personal preparado que tenían tecnología, planes y futuro, fueron entregadas a grupos internacionales o los macris de siempre. Hay gente, hay gente para todo, que por ser muy joven o por carecer de criterio o por sufrir de disonancia cognoscitiva, cree que no hubo inflación en esos años de playas doradas de Miami. Vaya uno a saber qué clase de mecanismo perverso hace que gente, en apariencia normal, mienta patológicamente. Por ejemplo ¿Cuánto valía un boleto de colectivo cuando empezó la convertibilidad? 30 centavos ¿Cuánto valía en 1999? 80 centavos. Ustedes dirán que es un caso extremo y que el resto de los precios no se fue tan arriba, más vale pero… La inflación durante “la época en la que no había inflación” rondaba el 10 % anual, ustedes dirán que es poquito, casi nada en comparación con el gobierno revolucionario de Macri. A ver si nos entendemos 5 años, fueron más, con un 5% de inflación, seamos generosos, y salarios congelados equivalen a una caída del 25 % del salario. Yo recuerdo perfectamente haber vivido en esa situación. También tenía, el tío patilludo, una especie de oposición liberal, eran los radicales de siempre y se le sumaba el periodismo “progresista”, Lanata aparecía por canal 2, creo que era, con Verbitsky. De esa época y de ese grupo, nacen las denuncias interminables, que las alfombras, que los escritorios, que los peluqueros en los aviones y una sarta de giladas por el estilo. Nadie cuestionaba el esquema de fondo, el liberalismo era la verdad de la vida, el único problema que restaba eran los “inescrupulosos”. Si el me*nemismo hubiese tenido un mínimo de medios opositores, C5N, Navarro y un par de radios, el corralito hubiese llegado mucho antes, la noticia de que los bancos no eran sólidos y que había que sacar, ya, los dólares hubiese bastado, porque ya nada sostenía la ilusión. Una pregunta relevante sería saber en qué momento empezó la recesión, en mí, muy limitada, experiencia había menos laburo ya en año 94. Suele ser así, la primavera dura un instante y las deudas quedan para siempre. Hay una clase media que o bien tiene recursos muy sólidos, uno piensa en tipos que poseen un montón de tierras, o bien una habilidad enorme para acomodarse, por cierto que, llegar a funcionario, no era tan difícil, los “nuevos argentinos”, los ganadores, los chantas, los importadores, los privatizadores. Y a no olvidar que otros sectores, más numerosos, de la clase media recibieron su caramelo, apareció el crédito y fue posible endeudarse para conseguir el lavarropas que uno siempre soñó. Con ese pretexto lo votaron masivamente, en el 95 cuando ya se veía venir la noche. Después hay un sector, sigue habiendo, del pueblo que es infantil en política, si ve a un, notorio, pelafustán siendo festejado por usar pantalones que le quedan grandes, un módico Chaplin provinciano, y a los señores serios, aquellos comunicadores, como Morales Solá hoy en día, que dicen que está todo bien, entonces, el incauto va y lo vota. En el 95 todavía tuvieron votos los radicales, estaba ese tal Massacheci ¿dónde está? ¿ya se murió él también? en todo caso ¿falta mucho? El otro candidato era un tal Bordon, otro caído en combate, un peronista gris onda Luder. Era difícil no ganar esa elección, tampoco le echemos toda la culpa a los votantes. Yo creo que vote por Patricia Walsh y/o Vilma Ripoll, si vas a tirar el voto, hacelo bien. Uno de los problemas graves es que a la gente, muchos clasemedieros informados, le gustan las novelas policiales, a lo mejor, si, el putillo riojano tuvo que ver con la voladura de la AMIA, con la, otra voladura, de río tercero y casi seguramente con todos los negociados horribles que se mandaron en las privatizaciones pero frente a la “apertura”, el 1 a 1, los sueldos congelados y etcétera quedan como adornos. Es más, creo que se busca oscurecer la esencia de la colonización del 3er mundo con discursos morales. Dentro de las anécdotas lo más significativo fue la abolición del servicio militar, era de cajón que, después de la locura de Malvinas, nadie se bancaba el poder militar, los colimbas son la carne de cañón, pensándolo es increíble que mandaran a los pibes a morir a las islas. Igual la colimba murió porque ya no había guita para mantener a 300 mil pendejos jugando con escopetas. Me interesa más el otro punto de vista, el de los sobrevivientes, los tipos que se fueron a vivir al monte y vivían de la caza y de la pesca, no los estoy jodiendo, sé de gente que lo hizo. Me interesa recordar a los beneficiados con esas jubilaciones anticipadas, empleados de empresas del estado con décadas de experiencia que recibieron la gracia de una indemnización de miles de dólares, se compraron un kiosco y un taxi y al año estaban cagados de hambre. Me interesan, es más o menos una lectura simbólica, los tipos, los clase media, como uno mismo que perdieron los negocios, los emprendimientos, las pymes que podrían haberlos hecho felices, producir hace feliz a la gente, y que perdieron todo, se defendieron como pudieron, se atrincheraron en empleos sin esperanza, y todo eso para conocer a un desocupado de allá haciendo de Pato Donald. |
La famosa década menemista se terminó en 1994/95, a partir de la reelección se dedicaron a hacer la plancha con un respiro gracias a las obras en PBA (Reparación histórica mediante) pero ya nadie tenía un billete. Se cancelaban las horas extra, se postergaban los pagos, se hablaba de la canasta de monedas o la dolarización para salvar el modelo que ahora se añora tanto pero que fue una porquería para la mayoría.
ResponderEliminarY si la colimba murio por falta de guita. Y por que era a pesar de todo un momentaneo rasero social
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