martes, 11 de agosto de 2020

Como el general San Martín, Macri parte al exilio.

Uno no es sociólogo ni nada de eso para descifrar la realidad pero cualquiera entiende cual es el público de la derecha en nuestro país.

La base es gente de clase media, muchas veces cuentapropistas o con ocupaciones en los servicios, cada vez hay más, que pagan impuestos altísimos, pregúntenle a un quiosquero cuanto paga de impuestos o algún clase media profesional y van a encontrar que pagan la mitad de su ingreso en diversos tributos, a veces directos, muchas veces indirectos, muchas veces con mínimos no imponibles atroces, muchas veces obligados a pagarle a un contador para algo que debería completarse con un cuestionario en línea.

No solamente eso, durante décadas el estado ha ido debilitándose, como pasa en todos lados, excepto China y un par de lugares más, el atribulado medio pelo paga por servicios que no utiliza, hospitales, escuelas, planes de viviendas, subsidios y lo que se les ocurra por el estilo.

Es cierto que es un pensamiento retrógrado, de una clase media que le echa la culpa a los pobres porque no se atreve a cuestionar el sistema ¿y? repito ¿y? díganme cuando, en que época, en qué país, el medio pelo fue diferente.

El 2do aspecto es el de la grieta, tipos profesionales, con cierto nivel de educación, tipos con comercios, con trabajos en servicios y esas cosas, tienen influencia sobre otros clase media o, peor aún, clase baja que los ve como una meta aspiracional. Muchos están fanatizados o tienen estudios que les permiten llevar como chico al baño a gente más simple. También funciona el “efecto rebaño” tipos que disienten con estos ideólogos de bolsillo no se atreven a cuestionarlos. Hay gente que, sin estar tan despolitizada, tampoco está muy interesada en pelearse con un viejo amigo, con un pariente o con un compañero de trabajo en beneficio de gente, los pobres, que, en realidad, no conoce.

Un 3er aspecto son los medios, los antiguos periodistas que informaban han sido reemplazados por ideólogos que hacen propaganda, salvo que viéndolo a Majul o a Leuco te informes de algo. Los ideólogos reaseguran algo de lo cual el medio pelo ya está convencido, es el dogma liberal, con un poquito, o mucho, de condimento autoritario. Se trata de instituciones que proclaman y establecen todas las libertades y que en la práctica son la dictadura con crímenes y policía secreta. Videla gobernaba con los jueces de la, supuestamente, constitución, con los intendentes y hasta tenía una especie de parlamento bufo.

Remarco algo que ya está en muchos lados, en el último año de Macri el parlamento casi, casi, no se reunió.

A la clase media criolla no le gustan los fanáticos, tampoco a la de otros países, la extrema derecha se alimenta de votos obreros, ustedes saben los europeos/yanquis “étnicos” contra los inmigrantes, en nuestro país eso es menos importante, por eso la ultra derecha tiene candidatos con aura de “moderados”, supuestamente Macri y sus aliados no son ni racistas ni fascistas, supuestamente.

En la realidad practicaron una política de persecución contra los inmigrantes que hubiese sido la envidia de Mme. Le Pen, de Trump o los nazis alemanes.

Trump, a fin de cuentas, no se atrevió meter presos ni a perseguir jurídicamente a sus opositores, ni el italiano Salvini, ni los ultras austríacos.

Tampoco tuvo problemas la dictadura macrista en masacrar opositores o indeseables varios por la calle.

Se habla mucho de que, después de su nueva “gira europea”, la carrera política del inefable, eternamente joven, empresario, había llegado a su fin, bueno, opino que no es así, la pesadilla no solamente continúa, sigue con las mismas caras.

Hace cosa de un año, un poco más, predije que Macri no se bajaba, en parte porque ningún otro media mejor, en parte porque si se bajaba era un reconocimiento demasiado fuerte. La derecha no puede bajarse, nunca van a reconocer que hay una continuidad histórica, que Macri cayó igual que Delarua, que M*em, que las dictaduras, tuvo los mismos ministros con el mismo plan, que el plan es el único plan, que está bien así y que no van a cambiar nada.

Después de todo porque cambiarían algo que es perfecto.

Macri ha eludido la trampa del ego, no lee nada, no tiene opinión de nada, no es político ni ninguna otra cosa, es un depredador que se lleva la guita y que le da su tajada a los que corresponde. Y punto.

En años, décadas, de declaraciones públicas ha logrado conservar un discurso de nada, cuando el país entró en default, con inflación record, con ajuste record y con recesión record, Macri nos iluminó aclarando que “veníamos bien” y que “pasaron cosas”. Es muy difícil que un tipo, incluso un tonto o un loco de atar pueda eludir la necesidad de explicar, de explicarse, de, al menos, intentar consultar con sus ministros, asesores, consejeros o simples alcahuetes.

Hasta Michetti, una persona incapaz de hilar una frase coherente, intentaba dar explicaciones, hacerse entender.

Pero Macri no, el tipo es muy avanzado, carece de cualquier justificación o argumento. Fíjense, por ejemplo el relato de los 70 años, mezcla a todos con todos, Aramburu, Perón, Ilia y Lanusse caen en la volteada junto con Cámpora, que manera tan astuta de confundir a la gente.

Todo eso es para justificar años y años de vivir cada vez peor, después de 10, que se yo, 20 años de ruina y decadencia iban a seguir, van a seguir, justificándose, después de todo que son 20 años de “fortalecer las instituciones” contra 70 años de populismo, pobres Ongania y Videla, o de no se sabe bien qué.

Además está hecho para gente que no sabe contar porque 2020 menos 70 da 1950, o sea la idea es aludir al peronismo pero que no se vea bien claro, no sea cosa que se pierdan votos peronistas, que, por mucho que les duela a los cumpas, los tipos los tienen, Lavagna se llevó algunos votos del peronismo de derecha pero Macri también tiene.

Macri tiene incluso votos de una clase media que se cree progre, recuerden a esas almas buenas que luchaban por el aborto legal desde el macrismo.

Y ahora vamos a lo que estaban esperando, la demostración matemática:

La intersección entre la extrema derecha, los nazionanistas, los radicales, los progres gorila, los “emprendedores”, Edesur, los empresarios que no le quieren pagar a nadie, los loquitos ultracatólicos y los nostálgicos de la dictadura, es un conjunto vacío.

1 comentario:

  1. Por supuesto que la intersección entre todos ellos es un conjunto vacío. El problema es que en las elecciones no hay intersecciones, hay conjunciones. Y entonces sí, si amontonás a todas las almas demasiado sensibles para tolerar guarangos con empresarios ricos, laburantes asustados, chacareros gringos y fachos de pura cepa, entonces sí, "Dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos, vinieron los sarracenos y nos molieron a palos".

    El sector que logra aunar detrás suyo una conjunción de intereses accidentalmente coincidentes siempre, siempre le gana al sector purista que intenta reunir solamente a los subconjuntos que coincidan en todo. El peronismo nunca tuvo nada que temer de los troscos, y mucho de los gorilas en general.

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Piensa mal y acertarás