Guaidó es Macri, Añez es Macri y Macri es un koala quemado. Termina el carnaval en el 3er mundo o, mejor dicho, comienza, se acaban los experimentos sociales, la redistribución y la ilusión del progreso. A ritmo de maracas llega Guaidó. Vuelve la farsa, los chicos jodones, Guaidó se lleva la guita de los yanquis, que, no se preocupen, en el sistema, donde la guita es dios, no les importa un carajo despilfarrar fortunas en fiesteros y pajeros como Guaidó o Añez o como se llame el nuevo semi dictador, semi fascista. Porque reconozcamos que Piñera nos aburre a todos pero a ese no lo saca nadie. En los buenos tiempos un golpe era un asunto serio, era necesaria una conspiración, una crisis, matar líderes populares, movimientos de flotas yanquis y movidas así. Bueno, ya no más, con unas docenas de policías, principalmente esos del tipo “cascarudo”, los medios adictos de siempre y un par de payasos, además de animar un cumpleaños, te mandas un golpe de estado. La política de verdad es la lucha por el poder, el poder es la guita de los yanquis, la política son los payasos que luchan por quedarse con la guita que reparten los gringos. Es lo que está pasando en Venezuela, donde un montón de fachos y maomeno fachos se están peleando por el botín. Ya se que, medio milagrosamente, todavía los progres gobiernan Venezuela pero el cerco es tan grande que hasta los progres criollos, los mismos que nos dicen: “ojo que la alternativa al peronismo es Macri!”, esos mismos, vacilan, creen que al chavismo existe alguna alternativa que no sea Guaidó. Uno, que ha visto unas cuantas cosas, se pregunta hasta donde dará el progresismo de los chavistas, de lo que estamos seguros es que, si caen, van a venir, además de una masacre, más golpes en el resto de los países. Los payasos, los de antes y los de ahora, necesitan crear su propia oposición, en la dictadura moderna es necesario una opo para “corregir” los abusos más visibles, en eso hay discusión, algunos dicen que, ante la enormidad de la catástrofe, si persiguen a los gays, a los originarios, a las abortistas, a los fumetas y/o a los judíos a nadie le importa. Pero una Bachelet y una buena OEA no se le niegan a nadie. Es un ciclo político perfecto, de dictaduras terroristas, Pinochet mató 100 mil tipos como si nada, por ejemplo, pasamos a democracias donde siempre ganan los mismos cambiando de partido, como en Perú, en algún momento, en algunos países, hubo una dosis de democracia demasiado real y ese proceso terminó en golpe de estado y en la dictadura payasista, con chiflados llevando una biblia gigante. ¡Marx! dios santo ¡es Marx! ¡La historia se repitió como farsa! Pinochet no era simpático, alguien tenía que decirlo, pero era sólido, nadie le hacía cancioncitas, ni le armaba noticieros hablando mal de él, le manejaban la economía los Chicago Boys en persona, un liberalismo raro donde se llevaban el cobre y usaban parte de la ganancia para financiar un ejército de ocupación. Con Macri teníamos una dictadura pero, los muy turros, se ahorraban el ejército de ocupación, en vez de eso tenían a la gendarmería, la “pajendarmeria”, un chiste que hacíamos con los pibes. A la pajendarmeria se le sumaban los fiscales y jueces de la patria que encargaban de expropiarles los medios y meter presos a opositores. La esencia de la situación política es que sale mucho más barato tener un Guaidó, una Añez, un Macri, un Lacalle que un ejército. Perú, o Chile para el caso, nos han demostrado que se puede cambiar un yosapa por otro y después por otro, así, indefinidamente. El sentido común, que no es tan común, dice que el rejunte de payasos lleva al caos, los opositores venezolanos se pelean entre ellos para quedarse con la “ayuda” de los yanquis, los honestos políticos peruanos se suceden, se meten en cana entre ellos y hasta se nos suicidan en un sacrificio surrealista. Pero el caos es solamente una apariencia, las empresas extractoras, extraen a lo loco, suben los porotos, el silicio, el oro a los barcos y se lo llevan, como lo que son: una maquinaria bien aceitada. La que está en caos son todos los servicios del estado, la economía de los pobres y de la clase media y la vida de la gente común en general. Macri y los otros te descalabran el estado, las cuentas públicas y lo que sea, mientras el curro sigue en perfecto orden. Sin dictadura militar, con apariencia de democracia. |
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