Un cambio necesario, para atrás.

Cambiemos, o como mierda se llame, no importa, es el núcleo, la consumación del sueño del medio pelo criollo, son la gente linda que no quiere política ni ninguna de esas cosas raras, la gente buena quiere beneficencia dentro del neoliberalismo. Escúchenme, si todos donáramos, no se, 200 pesos por mes, los niños estarían felices, podríamos llevarles frazadas, o esa computadora ¿Por qué no? Que ya no se usa, sobre todo eso: no se USA. No hacen falta cosas feas como obligar a los ricos a pagar impuestos o, horror de los horrores, quitarles sus legítimas posesiones. No hay nada que la buena onda no pueda solucionar ¿No tenes para comer? Te llevamos lo que nos sobró de anoche, estaba riquísimo, ¿No tenes donde vivir? Te llevamos unas chapitas. El plan que llevan adelante, no se, los de Clarín que se llama “Un techo de algo” ya les construyó como mil casitas prefabricadas a no-se-bien-quien. Esa es la salida. Porque yo tengo lo mío, me lo gane y si quiero donar un calzoncillo usado lo dono y si no, no. Porque la libertad, por cierto ¿hay algo más boludo que un pobre que habla de la libertad?, es hacer lo que uno quiere y yo hago lo que quiero. La salida es de-a-poquito ir, por ejemplo, fabricando artesanías con los huesos de las vacas y, con lo que quedó con el trigo que se tira, hacer la cerveza artesanal. Con el correr de los milenios los artesanos se van a convertir en empresarios y van a mandar cohetes espaciales. Ya van a ver, sobre todo eso: Ya van a ver. Porque estamos en el putísimo reino del ya-van-ver y ahora-va-a-venir. Porque lo peor ya pasó, lo que viene ahora es un jolgorio. Lo peor era el tarifazo, pero eso ya pasó ¿No es cierto? Lo peor era la inflación ¿No es cierto? Lo peor eran los recortes terroríficos, malignos a la seguridad social y ya está, ya pasaron. Si, claro. Los tipos que entienden algo de finanzas, sentido común y economía, y que no trabajan para el gobierno, van a pensar que estoy loco y que miento, cuando les digo esto, pero no, ahí va: hay gente, aparentemente normal, que cree que viene no-se-que-cosa, las inversiones, pongámosle, los nuevos préstamos o lo que sea y que, el 2018, va a ser una maravilla. En los barrios se ven boliches nuevos, tipos que pusieron carteles, tipos que abrieron pequeños, o no tan pequeños, comercios, boliches de servicios. Porque lo peor ya pasó y ahora viene el tiempo de facturar. A esto ya lo vimos, en el 2000-2001, el 2001 era el “año de la recuperación”, después de lo que habíamos pasado en el 2000, las cosas tenían que ir mejor, por eso había que invertir porque se iba a ganar mucha plata. Bueno, algunos ganaron mucha plata en el 2001. Pasó en el 2015, cuando se vio que ganaba el Payaso, grandes sectores de clase media se pusieron a invertir. Y perdieron para el culo. Con el Payaso el “clima de negocios” estaba garantizado. Hay un montón, un montón de gente de clase media, que es clase media porque todavía comen y tienen donde vivir pero no mucho más que eso, hacen changas, nosotros le pagamos a una muchacha, nada indecoroso mal pensados, para que acompañe a nuestra hija a la escuela, le pagamos lo que podemos, serán unos 200 dólares, no sabemos cuanta gente come de esa guita, ni como hacen para darle de comer, en realidad, si, tienen una olla y la llenan con bolsas de papa y cebolla que traen del mercado central. Yo, ya se, soy un tipo duro y despiadado, les llamo white trash, ese concepto merece ser tratado aparte, en la elección, mientras ponían, la muchacha y su familia, por millonésima vez las papas en la cacerola, mandaban un tuitter/feisbuc, lo que sea, que hablaba de lo bien que había estado el gobierno en el “caso Maldonado” y que llamaba a votar contra los K. El white trash es un clase media blanco, pobre e ignorante. En la Argentina no son fascistas porque el fascismo es el nacionalismo del primer mundo y eso, acá, no tiene lugar pero, por lo demás, tampoco les calienta tanto si matan a un indio o un amigo de los indios para el caso. El white es un indio sometido, esta asombrado de que en Alemania, o en Suiza creo que era, los trenes lleguen siempre a tiempo y la gente no tira papelitos. Reconozco que si no estuvieran los white trash este país sería una especie de utopía andante, sería como Cuba pero con industria. Pero la clase media, media muerta de hambre, me divierte, sueñan con competir cuando no pueden hacerlo, el día que se imponga del todo el “libre mercado” se van a joder, pero mal. Van a ir atenderse a un hospital que les va a cobrar hasta el uso de la chata. Los hijos de ellos ni siquiera van a correr como obreros del tercer mundo, ni siquiera va a haber una clase media escolarizada que les tire unos mangos por hacer una boludez como hacemos nosotros. Voy a repetir algo que ya les conté, durante la crisis del 95-2001 los criollos se escapaban al campo, llevaban una escopeta con perdigones o no se que catzo y se iban a cazar perdices. No se rían porque es en serio, me lo contó mucha gente, entre los que lo contaron estaban unos chicos villeros que vivían de pescar en el Río de la Plata, a esos los vi con mis propios ojos, nadie me lo contó, tenían unas cañitas de esas que se compran si vas por la ruta, saliendo de la ciudad, son como las que usan los pibes en el lago de Palermo, se iban en bicicleta a la mañana y volvían a la tarde, casi al caer la noche, orgullosos con unos cuantos bagres, supongo que eran bagres, de buen tamaño. Teníamos unas muchachas, en el grupo que íbamos a la villa, eran estudiantes de biología, cosas así, decían que el pescado se podía comer pero no todos los días, te podías terminar envenenando con plomo, cadmio que-se-yo-que. Dios proteja a nuestros hermanos villeros de lo que se viene. En el 95 ganó la derecha, con el país ya firmemente enfilado hacia el desastre y ganó por aplastamiento, me acuerdo que el candidato opositor era ese tal Bordón, eso pasó aunque los más jóvenes puedan creer que los estoy jodiendo. Desde ese punto de vista la votación de Cristina en la provincia lejos de ser una derrota es un triunfo enorme.