martes, 30 de mayo de 2017

Un inglés en Moscú 1919. 2da parte.

Arthur Ransome, el señorito inglés, sigue su reportaje en el país del Soviet ¿Sobrevivirá la República Socialista?

El ejecutivo del soviet.
Se reúne el comité ejecutivo del soviet, aparece Krylenko, para empezar es el mismo tipo que substituyo a Dujonin como comandante del Ejército de Rusia, es abogado y llegará a ser uno de los juristas más prestigiosos del soviet, hasta que le llegue la noche en el año 37. Abre la sesión el mítico, el polaco, el jefe original de la CHEKA: Dzerzhinsky. Ransome nos cuenta que era un pésimo orador, aunque lo bastante jugado como para tomar el mando de la CHEKA. Durante el levantamiento de los SR de izq. el polaco encaró a los tipos que le estaban apuntando, les dijo que si no iban a meterle un tiro que lo dejaran salir y salió caminando.
Dzerzhinsky menciona los pogroms de borrachos en Petrogrado, la supresión de los anarquistas en abril del 18, dice que desde entonces los delitos descendieron en un 80 % y del terror rojo de septiembre. Hasta ese momento la revolución ha sido atacada por grandes movimientos, a partir de ahora, febrero 1919, el ataque es por parte de individuos y no se necesita la represión a gran escala, desde ese momento la CHEKA ya no tiene derecho a dictar sentencias, restando solo en el caso de contrarrevolución armada una instancia similar al estado de excepción. El tiempo para investigar un delito se establece en un mes.
Krilenko propone hacer incompatible la pertenencia a la CHEKA y a los tribunales.
El siguiente tema de discusión es la propuesta de imponer un nuevo impuesto a las antiguas clases privilegiadas, la presentación la hace Krestinsky, Ransome lo describe más parecido a un banquero que a un bolchevique. En algunos soviets mandan los kulaks que en vez de cobrarse a si mismos han distribuido los impuestos “equitativamente”. En general hay señales de que ya no queda mucha clase alta a la que cobrarle el “impuesto a las ganancias” del soviet.
Ransome conversa con Lenin, hablan de líderes de la izquierda del laborismo británico, cosa que solo tiene sentido, y hasta por ahí nomás, para los ingleses. Lenin le dice que la revolución en las islas británicas es cuestión de unos meses. Los rusos tienen un sentido de humor parecido al de los porteños y los ingleses no, desde ese punto de vista diríamos que el pelado lo está chicaneando. No es probable que Lenin pensara que la revolución llegara tan rápido, por el contrario, hay señales que muestran que sabe que la etapa de la “revolución mundial” terminó, por el momento. Lenin le dice que un aspecto fundamental para la revolución fue la enorme extensión geográfica de Rusia, que impidió, por ejemplo, que los alemanes los ocuparan en febrero del 18. Dice que el soviet, asambleas les decimos en BA, es un método más o menos universal para organizarse. Le dice que no lo van a dejar contar la verdad sobre lo que está pasando en Rusia, que lo van a silenciar como hicieron con un coronel yanqui llamado Robins. Robins era un yanqui progresista que sentía simpatía personal por los líderes bolcheviques y que creía que los soviets eran una representación popular auténtica, cosas que en el “mundo libre” eran anatema.
Ransome y Lenin hablan de un socialista yanqui, hoy en día olvidado, llamado Daniel de Leon que parece estar en sintonía con Lenin. Según parece de Leon anticipa algunas de las características de la revolución y de los soviets. El pelado es un adelantado en casi todos los sentidos, se queja de los medios, dice que no es que mientan exactamente sino de que “pervierten la verdad”.
Describe a Lenin como un tipo descontracturado y alegre, piensa que el credo revolucionario lo libra de creerse demasiado importante como individuo.

El futuro billete.
Ransome se encuentra con Rykov que es el presidente de un cierto consejo de economía que es como una representación de los soviets industriales o algo por el estilo. Rykov dice que están, entre otras cosas, en una crisis de energía, debido a que los checos se quedaron con el carbón de los Urales y los alemanes, ya no en ese momento pero que más da, con el carbón de la cuenca del Don en Ucrania. Los planes energéticos del soviet son hacer independientes a Petrogrado y Moscú construyendo centrales eléctricas. En la región de Petrogrado esperan construir represas, como ya se dijo y en Moscú usar turba. Las máquinas que necesitan para las centrales piensan comprarlas pero si no pueden las van a construir ellos mismos. Como ejemplo de que es posible cita a la sal, me hace acordar a Mahatma Gandhi en una película.
Después de casi 100 años los problemas de los antiguos soviéticos se parecen a los de cualquier país del tercer mundo que quiera evitar ser aplastado por el imperialismo.
El inglés le pregunta si es posible que Rusia se desarrolle sin ayuda externa. Por ahora, aparte de sal, el soviet está fabricando cajas de fósforos.
Para ese momento la inflación está haciendo estragos y los pagos de salarios se hacen cada vez más en mercadería. El problema, de eso vamos a hablar más adelante, es que el estado carece de mercadería manufacturada para pagarles su trigo a los campesinos. Mientras la especulación, la bicicleta como, bellamente, le decimos en BA esta generando una “nueva burguesía”. El remedio ideado por el soviet es… un cambio de moneda, para obligarlos a mostrarse. El futuro billete va a llevar un cartel que diga: “Proletarios de todos los países, uníos” en 8 idiomas.

Cualquiera que fabrique pólvora puede ser libre.
Ransome se encuentra con Víctor Nogin un bolchevique de los de Moscú, que llevaron una línea conciliadora al comienzo de la revolución, ahora se ocupa de reorganizar la industria textil, la más importante de Rusia en aquel momento. Antes de las guerras ocupaba a 500 mil obreros. Ahora 400 mil aun figuran pero muchas fábricas están paralizadas por falta de combustible o materia prima. Todas las grandes empresas han sido nacionalizadas. Anteriormente los productos sin terminar tenían que viajar de una ciudad a otra según la forma en que distribuía el trabajo una empresa determinada, ahora trabajan todas juntas y, en general, los productos no precisan transportes largos. La época en que las empresas competían entre si ha terminado, así como la variedad, la revolución es el fin de la elegancia. Para el control y la dirección tienen un sistema mixto donde participan tipos con conocimiento técnico y delegados obreros. Trabajaban con algodón llegado desde América que ya no entra y del Turkestan que tampoco llega. Aun así, pueden seguir unos meses más. Están pensando en modificar las máquinas para poder usar hilo de lino. Un par de técnicos, descubren a Ransome y le piden libros técnicos de Inglaterra ¿se podrá?
Nogin dice que casi todos los ingenieros que abandonaron las fábricas al comienzo de la revolución han retornado. Incluso muchas cosas han mejorado excepto que se cagan de hambre. Por ejemplo los obreros que vivían en galpones ahora disponen de las viviendas que los propietarios abandonaron.
El comisario de agricultura afirma que las nuevas comunas agrícolas tienen propósitos de propaganda y educación, que los campesinos no van a ser obligados a incorporarse a ellas. Editan una revista informando a los campesinos de métodos para mejorar el rendimiento de las cosechas. Dice que no están disminuyendo el área sembrada pero que tampoco pueden cultivar todo lo que quieren por falta de tractores.
Ransome se entrevista con Krassin, un dirigente olvidado, Comisario de industria y Presidente del comité de abastecimiento del ejército. Nos cuenta que Krassin no estuvo muy de acuerdo con la insurrección de octubre pero que, viendo lo difíciles que estaban las cosas para los compañeros decidió abandonar la buena vida, era millonario, y participar. Krassin decía que en el comercio exterior era mejor negociar directamente con las empresas y así evitar que se cartelizaran. Ransome estaba sorprendido de que los rojos pudieran seguir la lucha completamente aislados de los países occidentales, que al fin y al cabo es el mensaje de todo lo que están leyendo. Krassin le respondió que contaban con grandes cantidades de dinamita, que podían reparar cañones y fabricar pólvora y balas.

Siempre para atrás.
Resulta que, después de la guerra donde cada partido socialista de Europa había apoyado a su propio gobierno, los socialistas de la 2da internacional se habían vuelto a juntar, en Berna, Suiza. La comisión de Berna había decidido visitar Rusia para ver que estaba pasando, los soviéticos estaba divididos entre los que veían una buena oportunidad de buscar la paz y los que creían que todo era una provocación para conseguir el apoyo de los socialdemócratas a la intervención aliada en Rusia. Ransome piensa que el surgimiento de la 3ra internacional es de alguna manera una respuesta a la comisión de Berna. El soviet decidió que la comisión sería recibida sin hacerle honores. Mientras el ejecutivo del soviet mantiene una discusión similar a la que, en ese momento, mantiene Trotsky con la oposición militar: la necesidad de usar especialistas que trabajaron con, y para, el zarismo.
A continuación Kamenev lee una carta donde los SR de derecha se arrepienten de haber atacado al Soviet, el error de haber insistido en continuar la guerra junto con los aliados, el error de haber ido en coalición con la burguesía y el haber apoyado a la Asamblea Constituyente. Fuera de las macanas que dicen los políticos no se puede negar que la autocrítica, aunque tardía, tuvo efectos prácticos, en Siberia por ejemplo. Ahora viene la crítica al diario menchevique llamado: “Siempre Adelante” por los editores y “Siempre para Atrás” por los bolcheviques. La crítica de los mencheviques es que la guerra civil es la causa del hambre, de modo que los títulos son “Abajo la Guerra Civil”. Mientras los demagogos proponen pacifismo y desarmar a la clase obrera, la república está rodeada por ejércitos enemigos. El comité ejecutivo ordena la clausura del “Adelante”.
A la mañana siguiente Ransome, que no descansa nunca, se reúne con el comisario del trabajo, un tal Schmidt explica que los sindicatos tienen un consejo de 9 miembros, 5 son representantes directos, los otros 4 son representantes del Soviet. El control directo ya no funciona como al principio, en muchos casos los intereses de los obreros en una fábrica en particular no eran compatibles con el bien común. Las fábricas no le pertenecen a sus propios trabajadores sino al estado, aunque participen de la dirección
Junto con técnicos, soviets locales y los burócratas de siempre a los que hay que darles algo que hacer para que no se vuelvan peligrosos.
A la noche, el inglés, se encuentra con un empleado del servicio público, empleados de comercio y cosas por el estilo, este sindicato declaró una huelga que paralizó la actividad del estado durante los primeros días del poder soviético, ahora se quejan porque la república socialista va hacia el “capitalismo de estado”. La postura de este sindicato de servicios es claramente opuesta a la de los sindicatos de la producción. Ransome pregunta si los sindicatos van a desaparecer de la república en el futuro.
Al unificar a todas las industrias bajo el estado los sueldos y los aumentos pasaron a un escalafón único, la única diferencia es que, como los precios varían de región en región, tienen un coeficiente de costo de vida.
Los revolucionarios mantienen su visión utópica, quieren un proyecto para automatizar todos los trabajos sucios y desagradables. En 1919 tienen un sistema de vacaciones extendidas para los que ejecutan esos trabajos. Todavía tienen horas extras y menores de edad en las fábricas pero planean terminar con eso en cuanto termine la guerra.

Cultura II.

Ahora entrevista a uno de los comisarios de educación pública, un profesor de historia llamado Pokrovsky, Pokrovsky tiene su propia historia, murió siendo el más importante historiador soviético en 1932, sin embargo un par de años después fue defenestrado, da la impresión como que el tipo era lo que llamamos un estructuralista, supongo que un estructuralista te cuenta la historia de la revolución sin hablar de Lenin, Trotsky o Stalin y te habla de categorías sociales, algo como eso que a Stalin le debía dar alergia.
Pokorovsky cuenta que, en medio de la guerra, se han abierto, por iniciativa de los soviets locales 6 nuevas universidades. Ransome nos cuenta que toda la educación es gratuita y, estos zurditos, no hay examen de ingreso. Los universitarios de Moscú se han duplicado, el soviet busca llevar a la universidad la mayor cantidad de obreros posible. Las escuelas primarias dan de comer y entregan ropa y zapatos a los más necesitados. Hay un curso de agronomía para campesinos, a pesar del frío terrible, hay mil alumnos. También el soviet está imprimiendo todos los libros que puede y vendiéndolos a precio económico.
Ransome visita a Timiriazev, biólogo evolucionista, uno de los científicos más grande de Rusia, miembro de la Royal Society, doctor en Cambridge, de 80 años y bolchevique. Timiriazev está indignado con la intervención británica, más teniendo el mismo ascendencia inglesa, se mueve con dificultad, al igual que todo Moscú está medio muerto de hambre.

La oposición.
Ransome intenta entrevistar a los líderes de la oposición, en el primer caso, con Spiridonova de los SR de izquierda, no puede, acaba de ser encanada. En general los SR de izq. están por un ejército guerrillero no uno regular, no quieren usar oficiales del zarismo, no quieren técnicos de la burguesía en las fábricas, se oponen a cualquier tratado de paz con los aliados, consideran a los bolcheviques los gendarmes de los aliados. Spiridonova, en aquel momento fue sentenciada a permanecer en un loquero durante un año.
Los mencheviques aprueban los tratados de paz pero quisieran la vuelta del capitalismo para así ser “la oposición de izquierda”. Unos días después hay una elección de autoridades en las cooperativas de Moscú. Apareció el menchevique Dan, a quien francamente dábamos por muerto, dijo que estaba contra Kolchak, todavía el principal enemigo de los rojos, pero a favor de la delegación de Berna, según parece el compromiso de los socialdemócratas con la guerra mundial podía quedar en el olvido. Dan no revela cual es su programa de gobierno, Ransome piensa que es porque es la liquidación del Soviet. Después de eso aparece Martov, a punto de lanzar un nuevo diario. Martov afirma estar en contra de cualquier clase de intervención, en parte porque radicaliza todavía más a los bolcheviques, característica que Martov no le gusta, que destroza la economía del país y favorece a la reacción en general porque “todos los partidos que no sean reaccionarios están dispuestos a defender la revolución”. Martov le muestra cartas de campesinos que critican a los bolches por obligarlos a formar “comunas”.
Ni los SR de izquierda ni los mencheviques han tenido alianzas con los blancos, en ese sentido los SR de derecha están mucho más lejos del gobierno del Soviet. Ahora se han arrepentido aunque no de su postura a favor de la asamblea constituyente pero si de sus alianzas. Volsky había sido uno de los tipos del Directorio, el gobierno Liberal-SR que había nombrado a Kolchak comandante en jefe, como se sabe, los cosacos de Kolchak mataron a varios de sus ex aliados SR. Los dirigentes le pidieron la escupidera a Moscú, el Soviet en vez de mandarlos al pelotón se reunió para buscar un acuerdo. Aun más Volsky, un político sabio, no se priva de criticar al gobierno del Soviet, es impresionante el argumento, dice que al dar electricidad gratis el soviet deja a todos sin electricidad, de cualquier manera “la intervención va a prolongar el gobierno del soviet”. Y dice también que la contra no puede triunfar porque no tiene nada que ofrecer.

La 3era Internacional.
Para el día 3 de marzo de 1919, Ransome recibe una invitación misteriosa, aparece en la antigua corte de justicia, la habitación está totalmente cubierta por banderas rojas, se revela el misterio, están creando la 3ra internacional. Lenin se sienta en el medio, con Albrecht un espartaquista alemán, que terminó alejándose del partido, y el suizo Platten, que terminó cayendo en la gran purga del 38. En la sala están casi todos los personajes que citamos anteriormente, dirigentes escandinavos, representantes de los Balcanes, algún turco, algún chino. Trotsky, disfrazado de guerrero con una especie de uniforme, Zinoviev y Kamenev están ahí. El idioma común es el alemán. Vuelven a discutir el congreso de la 2da internacional en Berna.
Lenin discute en 4 o 5 o 6 idiomas al mismo tiempo. De los delegados o, más bien, representantes del congreso Ransome nos dice que los socialistas de izquierda de Inglaterra y los americanos de Reinstein no representan a nadie.
El día 4 discuten el programa de la nueva internacional que es, naturalmente, la dictadura del proletariado.
El día 5 se discute si se debe crear una nueva internacional, hay algunos que no están de acuerdo. El día se proclama la 3ra internacional en el gran teatro, que debe ser bien grande, de Moscú. Kamenev, ¿Cómo se las arreglaba para figurar siempre? da el discurso de apertura, cantan la Internacional
Habla el pelado, el teatro se viene abajo. Hay un mensaje de unos italianos, no saben de qué se trata pero están con el soviet. Después hay un día feriado “San Lenin”, por supuesto.
Ransome habla con Lenin una última vez, el soviet busca hacer la paz mientras lanza una organización que plantea hacer la revolución en todos los países del mundo. La revolución mundial está alejándose del horizonte, aunque la ola de 1917 todavía está. El fondo de la cuestión, y lo dice Lenin, es que Rusia no puede ser gobernada como la India. Discuten sobre los campesinos rusos, el tema de siempre, Lenin dice que los campesinos o bien son pequeños propietarios más o menos ricos o son de los excluidos. Los excluidos son la gran mayoría. Pero no pasa lo mismo en Ucrania, donde la guerra civil se prevé desvastadora. Lenin le dice a Ransome que le encantaría volver a verlo, no se si volvieron a verse.


La semana que viene llegan los húngaros.


1.Con el Zar estábamos de fiesta, estábamos.
2.Los 4 zurditos de siempre.
3.El ascenso revolucionario.
4.La revolución en el descenso.
5.El país oscuro.
6.El retorno.
7.La guerra es el mejor negocio, 1914.
8.La retirada interminable
1917
9.La revolución de febrero
10.Lo que dejó la revolución de febrero.
11.Lenin, el mismo, en Rusia.
12.La renuncia del ministro liberal
13.La gran ofensiva desastrosa
14.Semi insurrección semi bolchevique
15.El golpe de estado
16.Infiltración bolchevique
17.El Comité Militar Revolucionario contraataca
18.Del palacio de invierno al congreso de los soviets
19.El 25 de octubre
20.El nuevo gobierno
21.La batalla de Moscú
22.La despedida de Kerenski y la derecha SR
23.El poder a los soviets
24.La elección de la constituyente
1918
25.El fin de la constituyente
26.Se proclama la República Socialista
27.La paz infame
28.Contra en el sur round 1
29.Ucrania, Finlandia y el Caúcaso.
30.Cosacos al ataque
31.Los Checos, los SR y Samara
32.Sovdepia!
33.El denso verano de 1918
34.El Terror Rojo ¡Uy! ¡qué miedo!
35.Interludio Alemán.
36.El golpe de Kolchak.
37.Kolchak se despide.
38.Makhno, la guerrilla anarquista
39.El final de Makhno.
40.Siberia antes de 1919.
41.La contrarrevolución levanta la cabeza.
42.El 5to ejército rojo en Omsk!
43.De regreso a la URSS.
44.Un inglés en Moscú. 1919.
El paraiso socialista de siempre.

1 comentario:

  1. Hay que reconocer una cosa, en todo quilombo, aquí, allá y en todas partes, siempre, pero siempre hay puesto un inglés metiendo la nariz.... es un talento ése, no?.
    ¿No tiene a mano la historia de ese pobrecito, canning, que destinaron al "pantano maloliente" de la Buenos Aires?. Digo, pa´postergar a esos húngaros....

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Piensa mal y acertarás