jueves, 9 de junio de 2016

Increíble pero habría pruebas que complican aun más a Voodoo!

La Justicia y el Periodismo Independiente, dos instituciones intachables de la patria han cumplido, por medio de investigaciones profundas han descubierto los grandes desfalcos, los crímenes bestiales de Voodoo.

Voodoo tuvo un divorcio, en algo andaría, y le dejó el auto a su ex, algo así grave por el estilo, y, con toda intención confiscatoria, se quedó sin pagar el repantentamiento, una fortuna calculada en casi 5 mil pesos, alcanza para pagar el gas en Bariloche, fíjense si no es plata.

A Voodoo lo llevaron en helicóptero, seguramente una dadiva mafiosa del Chapo Guzmán y Don Corleone, el viaje en ese helicóptero del mal cuesta la friolera de mil quinientos pesos, una cifra fabulosa.

Por estos 2 hechos gravísimos de corrupción fue juzgado Voodoo, los mal pensados, los paniaguados del régimen, dirán que no llega a ser la guita que valen los 20 minutos de abogado y el papel que se usó para las citaciones.

Cuando se trata de corrupción el dinero que esté implicado no importa, importa la devastación moral y el ataque a las investiduras.

Siempre y cuando se trate de los que te Jedi.

Después está, ya nadie se acuerda, la causa por Madonna Ciccone. Ciccone, la madona, era una imprenta, no es joda porque imprimía billetes, había un tal Sumbrule de por medio. Voodoo y Sumbudrule, Sumbudrule y Voodoo habían orquestado una maniobra siniestra, que nunca se entendió bien en que carajo consistía. Había tesoros, secuestros, lavado, terrorismo, sexo prenupcial, estaba la mosca y había también algún incesto. La campaña devino loca, Clarín pagaba decenas, cientos de miles, de dólares por una foto, la famosa y nunca encontrada foto de Voodoo con Sumbudrule. Por los noticieros perdidos de TN paseaban una foto donde se lo veía a Voodoo y algún, hipotético, acompañante, pasaban la foto frente a la cámara como haciendo un ¡Ole! Y desaparecía. No solamente eso, no mis queridos, hubo una denuncia, ¡Una denuncia de verdad con abogado y todo! ¿Qué se pensaban? Investigaron a Voodoo, el saqueador de Ciccone, el evasor de un autito usado, el pasajero del helicóptero. Pero, ojo, una ex mujer de Sumbudrule, nada menos, confirmó la relación, cimentada por décadas, sin que ellos mismos lo supieran, entre Sumbu y el Voodoo, la mujer estaba completamente segura porque había salido en el diario. Salió en el diario ¿Tenés alguna duda, chiquito? Un juez, no me acuerdo quien, incautó horas de las cámaras de seguridad de un restaurante, no recuerdo cual, buscando las reuniones de Voodoo con Sumbudrule o vaya uno a saber quien. Y… ¿Y que pasó? ¡Eso! ¿Qué pasó? ¿Dónde está el juicio? ¿Cuánto hace que está frenado? ¿Quién lo frenó? ¿Por qué? ¿Qué cámara lo infló? ¿Qué juzgado? ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Dónde?

Nada, queridos chichipios, el juicio desapareció en la nada, era solamente humo. Así se hace política: con argumentos, los argumentos son los 300 medios de Clarín y sus jueces adictos.

Uno sospecha, a esta altura, que la causa camina rumbo a la prescripción pero, por las dudas, la carrera política, del hombre que terminó con la ignominia de las AFJP, quedó hecha pedazos.

No digo, me importa un carajo, que Voodoo sea Manuel Belgrano o el Comandante Santucho.

Simplemente me pone de buen humor y disfruto de cómo engañan a la gilada.

Hemos evolucionado mucho.

Ahora tenemos unos tribunales televisivos que pueden decir cualquier cosa, después tenemos unos payasos de poca monta que aparecen por partidos desconocidos y, si el partidito desapareció, siempre te podes ir a ¡Cambiemos! O lo que sea, son figuritas que solamente existen para repetir las denuncias, casi, o directamente, siempre basadas en nada, pero que repiten la denuncia y la “elevan”. Y después viene, no se, un fiscal buchón, parece que existen cantidades importantes y después el juez de la patria, dechado de honestidad, como no hay un carajo que probar salvo el delirio de, por ejemplo, un Larrata, entonces te hacen un juicio farsa que sigue y sigue y se dilata hasta que prescribe. A eso hay que sumarle la claque de zombies descerebrados que te grita: “¡Ladrón!” mientras Aranguren es un ciudadano modelo.

Y nada, nada de nada, la gilada sigue comprando, la clase media, cada día un poquito más pobre, más rotosa, cada día más arroz y menos asado, gastándose los últimos mangos que ahorró en la época de bonanza, sigue feliz porque “se acabó la corrusion, se acabó”.


Triunfa la libertad, si no sos de la, gloriosa, CGT de Moyano no podes hacer paro, y si sos de la CGT de Moyano agarrámela con la mano, compañero.

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